Miles de personas tomaron las calles el sábado por la noche en Israel para pedir la destitución del primer ministro Benjamín Netanyahu y nuevas elecciones, en manifestaciones que se extendieron desde Tel Aviv y Jerusalén hasta Haifa y Cesarea en el norte y Be’er Sheva en el sur, informó Haaretz.
Frente a la Residencia del Presidente en Jerusalén, Yosef Angel, abuelo de Ofir Angel, de 17 años, liberado del cautiverio de Hamás en Gaza, dijo: “Ustedes están a la cabeza y son responsables del Holocausto del 7 de octubre. Tratan de evadir responsabilidad y buscar a alguien más a quien culpar, la culpa es suya”.
“El Estado de Israel enfrenta las decisiones más importantes de su historia, quizás desde la Guerra de Independencia, y para reconstruir lo que se destruyó, debemos decidir”, señaló el mayor general (retirado) Nimrod Shafer.
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“Este gobierno no ha decidido sobre el regreso de los rehenes, no ha decidido sobre una visión política para el fin de la guerra y no ha decidido sobre el regreso de 200,000 refugiados a sus hogares. No ha logrado fortalecer las alianzas con sus socios, no ha logrado responsabilizar a sus ciudadanos, no ha logrado unir al pueblo y no ha logrado conducirnos hacia el futuro que merecemos”, acusó.
En la Plaza Habima de Tel Aviv, Sofy Berzon MacKie, directora y curadora de la galería en el Kibutz Be’eri, dijo: “No es un desastre natural lo que nos sucedió. Es un desastre provocado por el hombre. Un continuo y deliberado desastre de un gobierno que se construye sobre el poder, el odio y la destrucción”.
“Ustedes abandonaron a las comunidades fronterizas de Gaza con su política violenta, ciega y mesiánica. El proyecto de ley ha llegado a nuestra puerta. Pagamos con las vidas de nuestros hijos. ¿Qué pagaron ustedes? No perdonaremos tu intolerable traición”.
Alrededor de dos mil manifestantes marcharon más tarde hacia la Avenida Kaplan en Tel Aviv, y algunos intentaron bloquear la vía. Los manifestantes fueron dispersados por la policía, que detuvo a cinco personas y confiscó altavoces y tambores.
Un convoy de automóviles encabezado por familiares de rehenes y activistas que exigían su liberación bloquearon brevemente la carretera que conduce a Jerusalén.
Los manifestantes en la carretera hicieron una exposición con fuego con la inscripción “AYUDA”, bajaron de los vehículos y agitaron carteles exigiendo la liberación de los rehenes lo antes posible, gritando: “La vida del gobierno, no a costa de de las vidas de los rehenes” y “Acuerdo [de liberación de rehenes] a cualquier precio político”.
Las familias de los rehenes se dirigieron a los ministros en el gabinete de guerra Benny Gantz y Gadi Eisenkot: “El tiempo de nuestros seres queridos en cautiverio se terminó. Envíenle a Netanyahu un mensaje claro, un acuerdo que incluya a todos, o retirarse del gobierno”.
Cientos de personas en Haifa pidieron a liberación de todos los rehenes y la destitución de Netanyahu a pesar del frío extremo y la lluvia.
“Debemos dar un paso al frente, ser más agresivos y decididos para destituir a Netanyahu. Pagamos precios en una era de una fuerza policial que se ha convertido en una milicia para el ministro de la desgracia nacional”, dijo el general retirado Amir Haskel en referencia al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
“Recientemente hemos sido testigos de una escalada significativa en el trato que la milicia da a los eventos de protesta y a los manifestantes a través de arrestos falsos, demoras en investigaciones sin sospecha razonable de un delito, confiscación de dispositivos de protesta como megáfonos y tambores, y dispersión de manifestaciones mediante medios violentos injustificados”.
“Este es el precio que la sociedad israelí debe pagar para dejar un país reformado a la próxima generación. Por delante tenemos una lucha difícil y agresiva. Habrá momentos difíciles, enfrentamientos con la policía, detenciones, pero probablemente no hay otra manera”, apuntó.
La escritora e historiadora Fania Oz-Salzberger, hija del fallecido escritor israelí Amos Oz, dijo en Haifa: “Antes de cualquier resurgimiento, restauración, fusión y curación, el gobierno del 7 de octubre debe ser destituido del gabinete en Jerusalén y pasar a las profundidades de las páginas más negras de la historia de Israel“.
Oz-Salzberger aclaró que no está “en contra de los judíos religiosos ni en contra de toda la derecha nacional”, sino contra “el mesianismo político actual”, que calificó de “fanatismo, un peligro para todas nuestras vidas y una amenaza moral y desgracia cultural”.
A la manifestación en Cesarea, cerca de la residencia privada de Netanyahu, asistieron varios residentes que fueron evacuados de comunidades cercanas a la frontera con Gaza y reubicados en el Kibutz Sdot Yam, cerca de Cesarea.
Avivit John, evacuada del Kibutz Be’eri, dijo: “Somos como pasajeros en un automóvil con un conductor que conduce en una carretera de un solo carril, sin preocupare si otro vehículo llegará desde la otra dirección… Ya chocamos con él el 7 de octubre”.
Ron Besin, maestro jubilado evacuado del Kibutz Zikim, acusó al gobierno por la ausencia de fuerzas militares en la frontera con Gaza durante el ataque del 7 de octubre: “Ustedes tomaron los rifles de los escuadrones de emergencia. Protegieron a los colonos y al diputado de extrema derecha Zvi Sukkot, ocupados con provocaciones contra los palestinos. Ustedes descuidaron a las soldados a cargo de la vigilancia en la frontera con Gaza, cuya labor es protegernos”, acusó.
Besin finalizó su discurso con un llamamiento a Netanyahu: “Mientras usted siga siendo primer ministro, no tenemos ninguna esperanza. No tenemos fe en usted ni en su gobierno. ¡Salga de nuestras vidas!”.
Ante unos 400 manifestantes en la ciudad de Be’er Sheva, en el sur de Israel, Moshé Radman, uno de los líderes de las protestas contra la reforma judicial, afirmó: “No nos contentaremos con historias, no aceptaremos otra solución que no sea elecciones”.
“Merecemos un liderazgo con un apoyo amplio y unido que dé esperanza y comience el proceso de curación que este pueblo y este país tanto necesitan”.
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