Un nuevo informe del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS) hace sonar la alarma sobre la cercanía de Irán a convertirse en nuclear, elevando su nivel de amenaza a “Peligro Extremo“, el más alto de sus seis clasificaciones, por primera vez desde que comenzó el grupo tras el programa nuclear iraní en los años 1990, informó The Jerusalem Post.
Además, utilizando sus reservas restantes de uranio enriquecido, el país podría tener en total suficiente uranio apto para seis armas en un mes.
Desde 2022, dice el informe, el tiempo de “ruptura” de Irán ha sido cero, es decir, Irán “tiene más que suficiente… uranio altamente enriquecido (UME) para fabricar directamente un explosivo nuclear”. El uranio en sí no es el único componente necesario para fabricar un arma nuclear, aunque es, con diferencia, el más difícil de conseguir. “Si Irán quisiera enriquecer aún más su uranio enriquecido al 60 por ciento hasta uranio apto para armas (WGU) al 90 por ciento… podría hacerlo rápidamente”, dice el informe.
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“[Irán] puede liberarse y producir suficiente uranio enriquecido apto para armas nucleares en una semana”, continúa, “utilizando sólo una fracción de su uranio enriquecido al 60 por ciento. Esta fuga podría ser difícil de detectar rápidamente para los inspectores, si Irán tomara medidas para retrasar el acceso de los inspectores”.
Además, utilizando sus reservas restantes de uranio enriquecido, el país “podría tener en total suficiente uranio apto para seis armas en un mes, y después de cinco meses de producir uranio apto para armas, podría tener suficiente para doce”.
Un arma en sí tomaría más tiempo, pero no mucho
Aunque la fabricación del sistema de lanzamiento del arma en sí podría llevar más tiempo, un programa acelerado para desarrollar una ojiva simple lanzada por barco o camión “podría llevarse a cabo en unos seis meses”, lo que indica la nuclearización de Irán “ya sea dramáticamente mediante una prueba nuclear subterránea o sigilosamente mediante filtraciones sobre su realización”.
Además, Irán no ha cooperado con los inspectores nucleares internacionales durante los últimos años, señala el informe, lo que hace menos probable que el mundo se dé cuenta de dicha actividad a tiempo para impedir su éxito.
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