El príncipe William de Gran Bretaña visitó una sinagoga de Londres el jueves para actualizarse sobre el aumento del antisemitismo, informó Reuters.

Una semana después de que el heredero al trono pidiera el fin de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, William se reunió con jóvenes embajadores del Holocaust Educational Trust que buscan abordar el odio en medio del creciente antisemitismo en Gran Bretaña.

Durante su visita a la sinagoga Western Marble Arch, el príncipe, que portaba una Kipá, escuchó a estudiantes judíos mientras contaban cómo había ocurrido lo que uno describió como una “explosión” de antisemitismo, incluidas amenazas de muerte y agresiones.

También se reunió con Renee Salt, sobreviviente del Holocausto, de 94 años, para conocer sus experiencias.

La intervención inusualmente directa de William la semana pasada en el sentido de que “demasiados han sido asesinados” en el conflicto de Gaza y que Hamás debe liberar a los rehenes generó titulares internacionales, ya que la realeza, por convención, evita asuntos políticos polémicos.

Pero después de convertirse en el primer miembro de la realeza británica de alto rango en realizar una visita oficial a Israel y Judea y Samaria en 2018, ha seguido de cerca la región, dijo su oficina.

El miércoles, el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció 54 millones de libras de nuevos fondos para proteger a las comunidades judías después de que las cifras mostraran que los incidentes antisemitas habían alcanzado un nivel récord en Gran Bretaña el año pasado.

A principios de este mes, Community Security Trust, una organización sin fines de lucro judío-británica, dijo que Gran Bretaña registró miles de incidentes antisemitas después del estallido de la guerra entre Israel y Hamás en octubre, lo que convirtió a 2023 en el peor año para el antisemitismo en el Reino Unido desde que comenzaron sus registros en 1984.

La guerra estalló entre Israel y Hamás tras la masacre de Hamás del 7 de octubre, en la que terroristas mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 253 mientras cometían atrocidades generalizadas.

La consiguiente ofensiva israelí contra Hamás ha matado a más de 30.000 personas en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Salud de Gaza.

Estas cifras no pueden verificarse de forma independiente y no diferencian entre civiles y agentes de Hamás. Israel dice que ha matado a más de 12.000 agentes de Hamás desde el comienzo de la guerra y a unos 1.000 en territorio israelí el 7 de octubre.

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