Es una pregunta que parece simple, pero mantuvo dividida a la sociedad israelí en la práctica, aunque inconcientemente puso en riesgo la misma existencia del Estado de Israel.

No se trata de izquierda o derecha. Tanto uno como el otro hicieron concesiones al enemigo, que parecieran inexplicables, si no respondemos a esta pregunta.

Eraclito tenía razón en su tesis de unidad de lucha de contrarios de que dos fuerzas opuestas hacen avanzar la rueda.

El conflicto con los palestinos no es un conflicto político, ni geográfico, no nos interesó nunca Gaza y aceptamos la partición, realmente son detalles los que habría que terminar, el 97 por ciento de la conformación de los nuevos estados está acordado desde hace años.

Pero el problema es ideológico.

La mayoría del pueblo palestino se forma de niño en la idea, apuntalada por su religión, de guerra santa, de asesinar infieles y judíos a la cabeza, para tener el dominio del mundo, quieren que el mundo sea regido por el Irán y la Sharia su Ley suprema.

En contra de esa concepción ideológica está nuestra concepción democrática liberal, la de la coexistencia, la de respeto a los valores y derechos humanos, a las convenciones internacionales también en caso de guerra. Destrucción total contra coexistencia, ideologías incompatibles al extremo.

La izquierda y derecha israelí vienen desde hace decenas de años, sin tener victoria militar real sobre los palestinos, no por imposibilidad técnica, sino por la concepción ideológica de lo que significa victoria, que todos estos años fue tomada como persuasión.

Pero la verdadera victoria militar, de un enemigo que plantea la necesidad de tu desaparición porque Dios lo dice, la única victoria es su destrucción. ¿Tiene edad el enemigo, color, sexo, quien es un enemigo militar?

Básicamente todo aquel que empuña un arma y dispara en contra de tus ciudadanos o soldados, esa persona puede ser neutralizada y debe serlo, porque si no te matará. En el mismo sentido cual edificio, casa, mezquita u hospital, es un objetivo militar legitimo según las leyes internacionales.

Ahora volvamos a la pregunta, que aparenta una respuesta fácil. ¿Qué es vencer? ¿Qué significa? La respuesta no es otra que destruir al enemigo, matando o encarcelado a quienes en la guerra, disparan cualquier tipo de arma, que ponga en riesgo la vida de algún miembro de tu pueblo.

Matar es una palabra que a los israelíes no nos cae bien, nuestra educación y cultura nuestros valores, nos alejan de ella.

Pero en tiempo de guerra, no hay alternativa: son ellos o nosotros. Y también como advertencia a nuestros otros enemigos de otros frentes, que sepan qué les pasará si intentan otra masacre .

La pena de muerte para los líderes yihadistas debe ser utilizada, ya que solo así terminaremos el ciclo de secuestros a cambios de prisioneros.

Algunos pensaran: ¿Cómo el que escribe cambio tanto?

La verdad que el 7 de octubre me enseñó: que no podré construir la paz sin una victoria total y contundente sobre Hamás y el 66 por ciento de los palestinos que lo apoyan.


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