Un funcionario israelí subrayó este jueves que la última oferta a Hamás es la liberación de 33 rehenes y no de 20 como se informó anteriormente.
“En lo que respecta a Israel, se trata de 33 rehenes de las categorías de mujeres, soldados, adultos, enfermos, incluidos discapacitados mentales y heridos”, dijo la fuente, según Arutz Sheva.
Además, como parte del esfuerzo por llegar a un acuerdo, el Gabinete de Guerra autorizó este jueves al equipo negociador a mantener conversaciones con la delegación egipcia que llegará a Israel el viernes.
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Según el resumen publicado este día, Israel no declarará el fin de la guerra como parte de un posible acuerdo al que se llegue con Hamás.
El Canal 12 informó que el precio del acuerdo que Israel pagará será muy alto, pero la censura militar no permite que se publiquen más detalles en este momento.
Un alto miembro del politburó de Hamás con sede en Catar dijo en una entrevista con la AP el miércoles que el grupo terrorista está dispuesto a aceptar una tregua de cinco años o más con Israel y que depondría sus armas y se convertiría en un grupo político si se establece un Estado palestino independiente a lo largo de las fronteras anteriores a 1967.
Sin embargo, en comentarios separados publicados por el periódico árabe Al-Araby Al-Jadeed, con sede en Londres, el mismo funcionario, Khalil al-Hayya, indicó que esto sería sólo una postura temporal y que los palestinos conservan su “derecho histórico a todas las tierras palestinas”.
Al-Hayya también especificó en la entrevista con AP que el Estado palestino previsto requeriría “el regreso de los refugiados palestinos” al Israel de hoy.
La demanda palestina de un llamado “derecho de retorno” prevé la entrada a Israel de hasta seis millones de descendientes de refugiados, una demanda desestimada por Israel porque busca acabarlo como Estado de mayoría judía.
Los comentarios de Al-Hayya se produjeron en medio de un estancamiento en meses de conversaciones para una tregua y la liberación de rehenes.
La sugerencia de que Hamás podría desarmarse pareció marcar una posible salida del grupo terrorista, que está oficialmente comprometido con la destrucción de Israel.
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