Steve Linde fue el editor en jefe del Jersusalem Post por muchos años. Ahora dirige el Jerusalem Report, desde donde es testigo del convulso momento que vive Israel desde que fue atacado por Hamás, el 7 de octubre de 2023, lo que desató una guerra de múltiples frentes… como la propia información.
Enlace Judío lo entrevistó en Jerusalén, Israel, el 17 de noviembre, en las oficinas del Jerusalem Post.
¿Qué es diferente en Israel desde la fatídica fecha? le preguntamos.
“Todo es diferente y, sin embargo, es sorprendente cómo los israelíes son increíbles para continuar con la vida pese a la guerra y pese al 7 de octubre, aunque obviamente fue el peor ataque que hemos experimentado en la historia de Israel; cada día escuchamos que mueren más soldados, y todavía tenemos 101 rehenes en Gaza”.
Esas circunstancias no dejan de estar presentes en la mente de las personas, dice, “pero si sales a las calles de Jerusalén o Tel Aviv o donde sea, verás a la gente en los restaurantes, en los trabajos y ocupándose de sus actividades cotidianas, y aunque el ambiente no es de regocijo, y puedes sentir la sensación de la guerra, aun así creo que los israelíes han mostrado lo increíblemente resilientes que son“.
También son optimistas. Él, por lo menos, así lo percibe, siendo él mismo un optimista declarado. Se niega a profetizar el fin de la guerra porque entiende que no hay muchos elementos objetivos para hacerlo, pero también se refiere a las conversaciones que ha tenido con algunas personas que creen que, al menos para Líbano, Israel podría alcanzar un acuerdo que cierre ese frente pronto.
Hay siete frentes abiertos para Israel ahora mismo, recuerda Linde. Y tiene la impresión de que quienes negocian la actividad del ejército en dichos frentes lo hacen escalonadamente o por etapas. Por eso piensa que el primer acuerdo será para un alto el fuego en Líbano (esta entrevista se hizo antes del cese al fuego con Líbano). Quizás después venga Gaza y, al final, el resto de los frentes en los que actualmente combate Israel.
Sin embargo, advierte que diversos expertos en seguridad son más escépticos y piensan que este conflicto se prolongará por mucho más tiempo. “Uno de ellos es Yossi Melman, que escribió para el Jerusalem Post por muchos años, y dice que esta podría ser una de esas guerras interminables, y la sola expectativa me parece aterradora”.
Los rehenes, la prioridad
Ante la perspectiva de una guerra eterna, el editor recuerda que, aunque no se hayan cumplido todas las expectativas, el ejército de Israel ha conseguid muchos éxitos en Gaza y en Líbano. Por eso piensa que es tiempo de traer a los rehenes de vuelta. En ese sentido, se alinea con esa proporción de la sociedad israelí que considera que la liberación de los cautivos debe ser la prioridad absoluta de la guerra.
También habla sobre cómo la comunidad internacional se ha distanciado de Israel desde el 7 de octubre, y aunque parece consciente de esa realidad objetiva, también encuentra ahí un campo fértil para su optimismo.
“Acabo de entrevistar a Bernard-Henri Levy, quien publicó un libro llamado Israel Alone (Israel solo), sobre cómo la comunidad internacional le ha dado la espalda a Israel desde el 7 de octubre, pero él es optimista y yo hago eco de su optimismo cuando dice que Israel va a recuperar ese respaldo. Tomará tiempo pero este país es muy fuerte”.
Aunque muchos se refieren a los acontecimientos del 7 de octubre como un nuevo pogromo o incluso un holocausto, él recuerda que ahora los judíos tienen un Estado nacional y eso marca toda la diferencia. “Me gusta ver las cosas de manera optimista”, reafirma. “Y muchas cosas buenas están pasando ahora. Tanta gente buena, tantos héroes, israelíes que se ayudan unos a otros… ¡Si el mundo mirara ese lado de Israel y no solo el que retratan los medios internacionales…!”
Admite que “el 7 de octubre fue un golpe devastador pero desde entonces, el ejército israelí ha demostrado que puede conseguir grandes cosas, desde el estallido de los localizadores hasta la eliminación de los líderes terroristas, tanto de Hamás como de Hezbolá, y si es necesario, hasta atacar a Siria, Líbano e Irán. Creo que hemos mostrado que no tememos hacerlo”.
Si bien el 7 de octubre puso en duda la capacidad de Israel para anticiparse a los actos de guerra enemigos, e incluso la valía de sus servicios de inteligencia, para Steve Linde, las FDI han retomado desde entonces el control de los acontecimientos y han vuelto a suponer un factor disuasivo para los enemigos de la única democracia de Oriente Medio. Lo dice así:
“¿Hemos recuperado nuestra reputación como un gran poder militar? No lo sé, pero parece que sí que hemos recuperado algún tipo de poder de disuasión para la gente, la gente no atacará a Israel con impunidad nunca más. Especialmente Irán. Llevamos semanas esperando que Irán tome alguna represalia (por los ataques de Israel) y creo que es una combinación de nuestra respuesta y de la elección de Trump en Estados Unidos la que los ha hecho pensárselo dos veces”.
Tan buenos y tan malos
La noticia de que Israel había hecho estallar simultáneamente miles de dispositivos de comunicación en manos de Hezbolá, causando la muerte o la lesión grave de innumerables operativos de alto rango de dicha organización islamista, hizo que el mundo volviera a reconocer la capacidad de los servicios de inteligencia de ese país.
A eso se le suma la eliminación de importantes líderes de Hamás y Hezbolá en Gaza, Líbano e incluso Irán, y de varios militares importantes de este último en Siria. Es un contraste evidente si se toma en cuenta el enorme fracaso que representó el 7 de octubre para los servicios de inteligencia y para el propio ejército.
Los primeros no pudieron anticipar los hechos y el segundo tardó una eternidad en responder. La consecuencia fueron más de mil muertos en un día.
¿Cómo puede la seguridad israelí ser tan mala y tan buena, tan ineficaz y tan efectiva?
Así es el ser humano y así somos los judíos, asegura el periodista. Y recuerda que tanto la guerra de los seis días como la de Yom Kippur comenzaron como duros golpes y terminaron en grandes victorias. “Pienso que, en cierto sentido, de eso se trata la vida. En Israel todo es muy extremo. Nunca faltan las noticias, todo es muy dramático y nunca puedes predecir lo que pasará a continuación”.
Para concluir, Linde asegura que estar en Israel es motivador pero, al mismo tiempo, se da cuenta de que es un momento de gran dificultad para el país. Por eso, “tenemos que apoyarnos los unos a los otros, estar lo más unidos posible, especialmente entre Israel y la Diáspora, y ser realmente compasivos y cuidar a quienes se preocupan por nosotros”.
Dice que, si le pidieran dar un mensaje final, este sería:
“Si estamos divididos y nuestros enemigos nos perciben así, es algo terrible. Si estamos unidos y fuertes, y nuestros enemigos nos ven así, entonces podemos superar cualquier adversidad… Y lo haremos”.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: @EnlaceJudio
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