El nuevo primer ministro del Líbano, Nawaf Salam, anunció el martes que está contactando a todos los sectores políticos para ayudar a “rescatar, reformar y reconstruir” su país, que atraviesa una grave crisis.
“Mis manos están extendidas a todos para comenzar juntos esta misión de rescate, reforma y reconstrucción” expresó Salam en su primer discurso tras su nominación, a pesar de que el grupo chiíta libanés Hezbolá y sus aliados no respaldaron su candidatura.
Históricamente, Hezbolá había objetado cualquier sugerencia de que Salam fuera primer ministro, pero el grupo terrorista se ha debilitado a raíz del conflicto con Israel, que concluyó con un alto el fuego en noviembre.
Antes de asumir el cargo de primer ministro de Líbano, Nawaf Salam se desempeñó como presidente de la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
Nawaf Salam busca un Líbano unificado y se propone abrir un “nuevo capítulo” para el país. El nuevo primer ministro se comprometió a garantizar la autoridad del Estado en todo el territorio libanés después de la tregua del 27 de noviembre entre Hezbolá e Israel.
Salam manifestó su intención de “ampliar la autoridad del Estado libanés en todo su territorio” y “trabajar seriamente para implementar completamente la Resolución 1701 de la ONU”, que exige la retirada de Hezbolá del sur del Líbano.
Refiriéndose a Israel, Salam afirmó que trabajará para “imponer la retirada completa del enemigo del último centímetro ocupado de nuestra tierra”.
En medio de la peor crisis financiera que enfrenta Líbano desde 2019, el nuevo líder se comprometió a construir un gobierno capaz de “desarrollar una economía moderna y productiva”.
Cabe destacar que, en Líbano, la nominación de un primer ministro no garantiza la formación inmediata de un nuevo gobierno, ya que este proceso ha llevado semanas o incluso meses debido a profundas divisiones políticas y complejas negociaciones.
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