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domingo 09 de febrero de 2025

La progresión del Alzheimer está vinculada de forma encubierta al virus del herpes simple – estudio

Investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad Hebrea de Jerusalén han descubierto una correlación sorprendente entre la enfermedad de Alzheimer y la presencia del virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1). Su estudio, “Anti-Herpetic Tau Preserves Neurons vis the cGAS-STING-TBK1 Pathway in Alzheimer’s Disease”, se publicó en la revista revisada por pares Cell Reports a principios de enero.

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer depende de los ovillos neurofibrilares, que están compuestos principalmente de proteínas, β-amiloide extracelular (Aβ) y tau hiperfosforilada intracelular (p-tau). Las causas de estas patologías permanecieron en gran parte sin descubrir.

Durante las últimas tres décadas, se ha postulado la posibilidad de que el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer esté asociado con virus, bacterias, hongos y parásitos. Los patógenos como la acumulación de Aβ y la fosforilación de tau se han considerado desencadenantes potenciales de eventos neuropatológicos en los cerebros de pacientes con enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, el papel real de los patógenos en la activación de los procesos inflamatorios que conducen al diagnóstico de Alzheimer sigue siendo un territorio en gran parte desconocido.

Cada vez hay más evidencia que apunta a una posible conexión entre las patologías de la enfermedad de Alzheimer y los agentes infecciosos, siendo el HSV-1 un candidato principal. Para demostrar el vínculo entre HSV-1 y la enfermedad de Alzheimer, los investigadores intentaron detectar proteínas HSV-1 en los cerebros de pacientes con Alzheimer.

Neuronas infectadas con el virus del herpes simple tipo 1 (credito: DR. FRED MURPHY/SYLVIA WHITFIELD/USCDCP/PIXNIO/COURTESY)

Resultados del estudio sobre el vínculo entre Alzheimer y el herpes simple

Este estudio detectó ADN y proteínas del HSV-1 en muestras de cerebro humano mediante metagenómica, espectrometría de masas, transferencia Western y patología de expansión de despoblación. Estas técnicas avanzadas ayudaron al equipo de investigación a identificar 19 proteínas asociadas con el HSV-1 en los cerebros de pacientes con Alzheimer. Las proteínas del HSV-1 se detectaron en todas las etapas de la enfermedad, según The Jerusalem Post.

Un descubrimiento significativo fue el aumento de la actividad de una proteína del virus del herpes llamada ICP27, que se hizo más prominente a medida que la enfermedad se agravaba.

En el hipocampo, una estructura cerebral en el lóbulo temporal que desempeña un papel importante en el aprendizaje y la memoria, el área ocupada por ICP27 se duplicó desde la caracterización de enfermedad de Alzheimer leve a avanzada. Se triplicó desde la ausencia de enfermedad de Alzheimer hasta la enfermedad de Alzheimer avanzada.

En la corteza entorinal, una parte del lóbulo temporal medial que funciona con la memoria, la orientación y la percepción del tiempo, el área ocupada por ICP27 se duplicó entre los pacientes sin enfermedad de Alzheimer y los que tenían enfermedad de Alzheimer leve o avanzada.

Este descubrimiento refuerza la creciente evidencia de que las infecciones como HSV-1 podrían contribuir al desarrollo y la progresión de la enfermedad.

Se descubrió que la proteína ICP27 ocupa el mismo espacio que la proteína tau. Los investigadores plantearon la hipótesis de que la infección por HSV-1 conduce a la fosforilación de tau y contribuye a los cambios a lo largo del tiempo que se observan en el Alzheimer.

El equipo de investigación experimentó con organoides cerebrales humanos para observar más a fondo la colocalización de tau con las proteínas HSV-1. Estos experimentos revelaron que HSV-1 puede amplificar las modificaciones de tau en lugares específicos vinculados con el Alzheimer.

Sorprendentemente, estas modificaciones parecen funcionar como preservadores de neuronas, reduciendo la cantidad de virus y la muerte neuronal. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, estos mismos procesos pueden contribuir al daño cerebral asociado con la enfermedad de Alzheimer.

El investigador principal, el Dr. Or Shemesh, afirmó: “Nuestra investigación muestra cómo el HSV-1 interactúa con el cerebro e influye en las patologías de la enfermedad de Alzheimer. Al principio, los cambios en la proteína tau pueden proteger las células cerebrales al limitar el virus, pero a medida que la enfermedad avanza, estos mismos cambios podrían provocar más daños y acelerar la neurodegeneración”.

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