El primer ministro Netanyahu, en su calidad de ministro de Relaciones Exteriores, dijo el miércoles que redirigiría 2 millones de dólares del financiamiento de Israel a instituciones de las Naciones Unidas para “profundizar y ampliar proyectos israelíes en el campo de la asistencia internacional”, una referencia al programa MASHAV del Ministerio de Relaciones Exteriores.

“Esta decisión es parte de la campaña de Israel, junto con sus amigos, y especialmente Estados Unidos, para corregir la discriminación obsesiva contra Israel en la ONU y sus agencias”, dijo Emmanuel Nahshon, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU celebró el pasado viernes en Ginebra, donde el Consejo aprobó cuatro resoluciones condenando a Israel, incluyendo mociones condenando la construcción en Judea, Samaria, Jerusalem oriental y los Altos del Golán, y una instando a los países y corporaciones a evitar todos los vínculos con los asentamientos.

El embajador israelí ante la ONU Danny Danon escribió en Twitter que “en los salones de la ONU se está infiltrando el BDS”.

Las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU) son sólo las últimas de una ola de condenas de Israel. A principios de este mes, un informe de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas (CESPAO) dijo que “las pruebas disponibles demuestran que más allá de toda duda razonable Israel es culpable de políticas y prácticas que constituyen el crimen del apartheid tal como se define legalmente en instrumentos de derecho internacional”.

En diciembre, la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad afirmó que los asentamientos en “el territorio palestino ocupado por Israel desde 1967” son ilegales bajo el derecho internacional y constituyen “un obstáculo importante para lograr la solución de dos Estados y una paz justa, duradera y global”.

Desde la investidura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, sin embargo, ha aparecido que Israel tiene un aliado en el organismo mundial. En marcado contraste con el tono establecido por el ex presidente Barack Obama, la embajadora de Trump en la ONU, Nikki Haley, ha declarado la guerra a lo que consideraba un sesgo evidente contra Israel. A principios de esta semana Haley dijo a la conferencia anual de AIPAC en Washington que los días de golpear a Israel en la ONU se han acabado y que hay un “nuevo sheriff en la ciudad”.

La financiación de Israel a las Naciones Unidas asciende actualmente a 3,7 millones de dólares, tras una reducción anterior de 9 millones de dólares como consecuencia de la Resolución 2334.

Fuente: Breaking Israel News – Traducción: Silvia Schnessel –  Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico