Enlace Judío México – Se acerca Janucá una de las fiestas más conocidas del judaísmo. En dos semanas estaremos prendiendo velas, jugando con el dreidele (pirinola) y comiendo sufganiot (dulce de Janucá). Sin embargo, ¿cuál es el sentido de esta festividad? ¿Por qué año con año volvemos a prender a mezuzá? A continuación rab. Yehuda Prero nos da una pequeña introducción a la fiesta.

Rab. Yehuda Prero. Puntos de Luz.

La festividad de Janucá usualmente es malentendida. Muchos se imaginan que celebramos la libertad política adquirida y el avance de tropas militares. Sin embargo, ni una de éstas es cierta. Janucá nos recuerda que podemos lograr milagros cuando nos dedicamos a D-os.

Los griegos de ese momento glorificaban lo externo. Preciaban la Fortaleza física y las grandes obras de arte, todas al servicio de sus ídolos. Olympia era el lugar donde se realizaban los juegos, porque tenía un santuario dedicado a los dioses; los escultores, artistas y poetas se reunían ahí también durante las Olimpiadas.

Cuando invadieron Judea, no expulsaron a los judíos ni los esclavizaron. En vez de eso, trataron de atacar el judaísmo; de eliminar las diferencias entre los judíos y las otras naciones; trataron hacer que los judíos abandonaran su identidad y aceptarán la idolatría.

Arremetieron contra tres prácticas judías especialmente, cada una de éstas diferenciaba a los judíos de las demás naciones: la circuncisión, la observancia del Shabat, y la santificación del mes. Eran prácticas que recordaban a los judíos la importancia de la espiritualidad en nuestra vida y que afirman la injerencia del hombre en el mundo.

Muchos judíos se asimilaron a los griegos y empezaron a participar en prácticas idolatras, sin embargo, los macabeos se rehusaron a hacerlo. Y como recordamos en nuestros rezos D-os “entregó al fuerte a las manos del débil, la multitud a las manos de pocos, lo impuro a lo puro, los malvados a los justos, aquellos que provocan a aquellos que se involucran en Tú Torá”

Cada una de estas frases es importante para entender la naturaleza de Janucá. Los judíos de ese momento no ganaron independencia política; no se convirtieron en una fuerza dominante de la región, ni continuaron como un eje del gobierno. Sin embargo, aseguraron libertad de creencias y prácticas judías.

El hecho de que un puñado de sacerdotes judíos haya derrotado a un ejército griego profesional, entrenado y masivo, rompe las leyes de la física y la lógica. También desde el punto de vista psicológico no tiene sentido. El mundo entero de ese momento era pagano, dedicado a los dioses idolatras. Lo lógico sería que los pocos judíos perseguidos sucumbieran a las ideas populares de la época en vez de estudiar Torá y continuar con las prácticas judías.

Hoy los dioses de los griegos han dejado de tener injerencia, mientras que las ideas del monoteísmo y la moralidad se han expandido por el mundo. En Janucá celebramos que un puñado de luces pueda empujar un mundo lleno de oscuridad.

Fuente: torah.org