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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, “cree que Siria estaría mejor sin el presidente Bashar al Asad”, aseguró este miércoles el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney en su conferencia de prensa diaria.

La declaración, que sucede a la imposición de nuevas sanciones a Siria, es la más grave que Washington ha dirigido al régimen de Bashar al Asad desde que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, indicara el mes pasado que el presidente sirio había perdido su legitimidad como líder.

Estados Unidos planea recrudecer en los próximos días su postura y decir explícitamente que Asad debe abandonar el poder, tal y como hizo hace meses con el líder libio, Muamar al Gadafi, según fuentes oficiales.

“Estamos contemplando con horror lo que Asad está haciendo a su propio pueblo”, aseguró Carney, que añadió que esa brutalidad merece cada vez más “la condena unificada de la comunidad internacional”, que está cerca de “hablar con una sola voz hacia Siria”.

Las sanciones anunciadas este miércoles por el Tesoro, que afectan al Banco Comercial de Siria y a Syriatel, la mayor operadora de teléfonos móviles del país, “están diseñadas para negarle a Asad el dinero que necesita para seguir ejerciendo la violencia”, dijo  la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

Hillary Clinton mantuvo el martes por la noche una “larga conversación telefónica” con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, en donde “renovaron su compromiso a seguir luchando para aumentar la presión contra Asad”, añadió.
Estados Unidos y Turquía están trabajando “de forma muy cercana” para enviar el mensaje “de que la violencia tiene que parar, que los tanques deben retirarse y de que debemos comenzar una transición democrática real”, indicó la portavoz.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este miércoles que los tanques del Ejército sirio se han retirado de la ciudad de Hama, donde habían participado en la represión de las protestas antigubernamentales.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se encuentra reunido este miércoles para analizar la situación en Siria, y se espera que el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, entregue un informe sobre la misma.

En ese contexto, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, expresó su voluntad de que el Consejo de Seguridad aumente la presión sobre Asad y deje de lado “sus asuntos o intereses bilaterales”.