ANA JERZOLIMSKI/ CCIU.ORG.UY

Cuando los países miembros de las Naciones Unidas-también el nuestro por cierto-se dispongan a votar en septiembre la iniciativa unilateral que presentarán los palestinos de reconocimento de un Estado palestino independiente (que no es producto de negociaciones bilaterales con Israel) y su aceptación como miembro pleno del organismo internacional, nos parece conveniente que recuerden: con eso no estarían aportando a una solución pacífica para israelíes y palestinos en el marco de la fórmula “dos Estados para dos pueblos” (que nos parece lógica), sino a la eternización en el terreno de otra fórmula diferente (que nos resulta peligrosa): tres Estados para dos pueblos. ¿Cuáles? Israel que ya existe, el Estado palestino gobernado  por la Autoridad Palestina con control parcial en Cisjordania y el Estado islamista de Hamas en toda la Franja de Gaza.

La reciente ola de violencia iniciada con el atentado terrorista del jueves en una carretera conducente a Eilat (que terminó con ocho israelíes muertos y más de 30 heridos) y continuada con el disparo de 150 misiles hacia Beer Sheba, Ashdod, Ashkelon, Ofakim, Beer Tuvia , Sderot y las localidades de toda la franja del sur israelí adyacente a Gaza,-violencia que no ha terminado ya que a pesar de la declaración de un alto el fuego los misiles continúan cayendo- no debe ser analizada únicamente como otro exabrupto de los terroristas . Esta vez, faltando tan poco para la votación mencionada en la ONU, es imperioso analizarla desde una óptica política con visión de futuro, preguntándonos qué significa en términos de control palestino del terreno.

Justamente desde la postura de apoyo a la creación de un Estado palestino independiente que viva en paz con Israel, no podemos menos que ver con gran preocupación el significado de los sucesos de los últimos días.

Claro está que una de las razones por las cuales la Autoridad Nacional Palestina firmó hace dos meses un acuerdo de reconciliación interna con Hamas, es poder alegar ante el mundo que cumple con el requisito exigido por el Derecho internacional, de control efectivo del territorio, uno de los atributos de un Estado independiente. El argumento es engañoso por cierto, ya que la Autoridad Palestina no controla Gaza y nada indica que volverá a controlarla en ningún momento y ni siquiera consigue que Hamas acepte que el actual Primer Ministro Salam Fayyad pueda encabezar un gabinete conjunto . Tampoco controla plenamente Cisjordania, donde dado que aún no se llegó a un acuerdo negociado con Israel, el estatuto de la ANP no es el de un soberano independiente.

¿Qué tiene que ver todo esto con la nueva ola de violencia? Que se lo analice por donde se lo analice, el tema de la unidad palestina que supuestamente puede allanar el camino hacia un desempeño normal como entidad soberana en el terreno del futuro Estado, está enviando un mensaje negativo.

Si realmente hay unidad entre la ANP y Hamas y las cosas van tan bien como dan a entender ante Occidente los palestinos al hablar de la reconciliación ¿acaso hay que deducir de ello que el Presidente Abbas estuvo de acuerdo con el atentado del jueves y con el posterior disparo intenso de misiles hacia Israel?

Queremos creer que no, que la ANP no sólo no sabía sino que tampoco aprobaba o habría aprobado nada de lo sucedido desde el jueves. Pero si no logran dejarlo bien en claro, si reaccionan como quienes miran de costado …y encima condenan la reacción israelí pero no el atentado ¿no es esa una muy mala señal?

Y si la verdad es que, como parece, no hay ninguna unidad real entre la ANP y Hamas ¿acaso se puede pretender que Israel acepte un Estado con base en Ramallah mientras otro lo rodea desde el sur, controlado por Hamas en Gaza? Si no hay unidad palestina y Gaza tiene sus propias reglas ¿cómo se puede reconocer a un Estado palestino en las líneas del 67 (que es lo que pedirán los palestinos), sabiendo que lo que hay en Gaza, parte de ese mapa, es una entidad terrorista que continúa abrazando el terrorismo como forma de relacionarse con Israel?

Difícilmente podamos creer que Hamas no sabía que entre 15 y 20 terroristas de los Comités de Resistencia Popular se habían infiltrado desde Gaza al vecino Egipto, para tratar, desde el Sinaí, cruzar a Israel. Ni una caja de cigarrillos entra a Gaza como contrabando sin que Hamas reciba sus comisiones..así que esa cantidad de gente con intenciones claras…no hay duda que no podían pasar desapercibidos. Aunque no haya tenido la iniciativa, todo indica que Hamas sabía y de hecho, hizo la vista gorda o aceptó tácitamente. También existe, claro, la posibilidad de que haya aprobado en forma más activa y quizás hasta ayudado.

El problema es que Hamas no es el único actor en el escenario de Gaza. En realidad, ni siquiera es el más extremista. Hay desde bandas de delincuentes como el clan Durmush relacionado a los ya mencionados Comités, hasta fundamentalistas que apoyan un califato islámico..y no piden permiso a Hamas para disparar un misil. Pero la dinámica de los últimos días ha demostrado que cuando Hamas quiere, aunque no en forma absoluta, logra imponer su voluntad. A la luz de los últimos ataques, esto es preocupante.

Lo paradójico es que resulta no menos preocupante la alternativa: llegar a la conclusión de que Hamas no tiene poder efectivo sobre los grupúsculos más radicales que pueden atacar cuando quieren y tienen oportunidad.

La comunidad internacional no puede permitir bajo ningún concepto que la Franja de Gaza se convierta en un estado independiente ni siquiera en el papel. No en la situación actual. Quizás para tener la valentía de ir contra la corriente en la ONU y de decir abiertamente “con terrorismo de por medio, no podemos dar nuestro reconocimiento”, los países democráticos deberían imaginarse cómo se sentirían si tuvieran a Hamas, el Jihad Islámico y los Comités de Resistencia Popular, de vecinos.