PRENSALATINA.CU

16 de septiembre- La cancillería de Israel convocó hoy al embajador de Egipto aquí, Yasser Reda, para expresarle su irritación por declaraciones del gobierno del país árabe, relativas a una posible revisión del tratado de paz de 1979.

El director general del Ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Rafi Barak, presentó una queja a Reda luego de que el primer ministro egipcio, Essam Sharaf, afirmó ayer en El Cairo que el referido acuerdo firmado en Camp David no era “sagrado” ni “invariable”.

“El tratado de paz no es algo sagrado y se le pueden hacer cambios”, remarcó el jefe de gobierno, mientras Barak manifestó a Reda aquí la “irritación (de Israel) por los recurrentes llamados de funcionarios egipcios sobre la necesidad de modificarlo”.

Según fuentes diplomáticas, la reunión tuvo lugar en la sede de la cancillería en Jerusalén y duró alrededor de 30 minutos, suficientes para que la parte sionista expusiera que “desde la perspectiva de Israel no hay ninguna intención de reabrir el tratado de paz”.

Asimismo, Tel Aviv subrayó que cualquier paso para modificar el acuerdo “no puede tomarse unilateralmente”, pese a que sectores populares y círculos políticos egipcios presionan para que se anule o, cuando menos, se modifique el documento.

En declaraciones a un canal televisivo turco, reproducidas por la agencia oficial de noticias egipcia MENA, Sharaf afirmó que “el acuerdo de Camp David está siempre abierto a discusión o a modificación, si ello es beneficioso para la región y para una paz justa”.

Los comentarios de Egipto se produjeron una semana después de que manifestantes asaltaron la embajada israelí en El Cairo, derribaron un muro que la protegía, arriaron la bandera y lanzaron al aire algunos documentos durante una protesta.

Israel evacuó aquel mismo día a su embajador y demás funcionarios, y esta semana volvió a retirar a su personal en previsión de nuevos incidentes.

Egipto fue el primer país árabe en firmar un tratado de paz con Israel, lo cual motivó en su momento amplio malestar en la comunidad árabe-musulmana y provocó el traslado temporal de la sede permanente de la Liga Árabe de El Cairo.

Sin embargo, pese a la gravedad de los incidentes de la semana pasada, los dos gobiernos expresaron la disposición a mantener vigente el acuerdo, que Estados Unidos defiende con vehemencia para garantizar la seguridad de su aliado sionista en Medio Oriente.