AJN

Con la salida de la primera estrella, el mundo judío comenzará esta noche a celebrar Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío) y en todas las casas de la comunidad se unirán para recibir el año 5772, según el calendario hebreo. Rosh Hashaná marca el comienzo del año judío. Su origen proviene de la Biblia (Lev. 23:23-25): “una conmemoración al son del shofar (el cuerno de carnero), una santa convocación”. El término Rosh Hashaná, “comienzo del año” es rabínico, al igual que los temas reverenciales de la festividad: arrepentimiento, preparación para el día del juicio Divino, y oración para un año fructífero.

Esta festividad de dos días cae el 1-2 de mes hebreo de tishrei, generalmente en el mes de septiembre del calendario gregoriano y comienza al ponerse el sol en la víspera, como todas las festividades judías. Las principales costumbres de Rosh Hashaná incluyen el toque del shofar en la mitad de un prolongado servicio religioso que se centra en los temas de la fiesta y elaboradas comidas en el hogar para celebrar el nuevo año. Las plegarias de la liturgia aumentan con raciones de arrepentimiento.

En muchos sentidos, Israel comienza su año en Rosh Hashaná. La correspondencia gubernamental, los periódicos y la mayor parte de las transmisiones llevan la “fecha judía” primero. Los augurios para el nuevo año se formulan generalmente antes de Rosh Hashaná.

Seguidamente llega Yom Kipur, a los ocho días después de Rosh Hashaná, es el día de la expiación, del juicio Divino y de “aflicción personal” (Lev. 23:26-32), de modo que el individuo pueda ser purificado de sus pecados. El único día de ayuno decreta- do en la Biblia, es el momento para que uno enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas. Se espera que el judío, en este día, ore por el perdón de los pecados entre el hombre y Dios, y corrija sus acciones erradas y pecados entre el hombre y su prójimo. Los principales preceptos de Yom Kipur – prolongados servicios religiosos y un ayuno de 25 horas – son observados incluso par muchos laicos.

El nivel de solemnidad pública en Yom Kipur sobrepasa el de cualquier otra festividad, incluyendo Rosh Hashaná. El país se detiene por completo durante 25 horas en ese día; los lugares de entretenimiento están cerrados, no hay transmisiones de radio ni de televisión – ni siquiera noticias; se suspende el transporte público e incluso las carreteras están completamente vacías. Esto se refuerza en Israel con el recuerdo de la guerra de 1973, un ataque sorpresivo lanzado en Yom Kipur por Egipto y Siria contra Israel.