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El ciudadano estadounidense-israelí Ilan Grapel aterrizó en la noche de hoy, jueves, en el aeropuerto Ben Gurion, tras cinco meses detenido en El Cairo y en el marco de un intercambio de presos por 25 traficantes de armas y drogas egipcios, y de inmediato se reencontró con su madre (foto).

Viajó en un avión privado junto al enviado del primer ministro Benjamín Netanyahu, Itzhak Molcho, y el diputado de Kadima y ex subjefe del Shin Bet (Servicio de Seguridad General) Israel Hasson, que negociaron el canje.

Poco antes del despegue en El Cairo, este último declaró a la radio oficial, Kol Israel, que Grapel se encontraba en buen estado de salud.

Después de hablar con su madre, el recién llegado fue trasladado a Jerusalem para una breve reunión con Netanyahu.

En tanto, el congresista Gary Ackerman, quien presionó para la liberación Grapel, viajó a Israel para acompañarlo de regreso a los Estados Unidos, informó su despacho en un comunicado.

Por su parte, los 25 contrabandistas egipcios -entre ellos, tres menores de edad- cruzaron a Egipto por el paso fronterizo de Taba, adonde llegaron en tres minibuses escoltados por vehículos policiales.

De ellos, tres ya han completado sus condenas, otro lo habría hecho esta semana y cinco más a fin de año.
A última hora de ayer, miércoles, la Corte Suprema rechazó dos apelaciones al canje con el mismo argumento que utilizó en el caso de Gilad Shalit: este tipo de operaciones son facultades del gobierno.

El diputado de Ijud Leumí (Unión Nacional) Michael Ben-Ari y el partido de la extrema derecha religiosa Éretz Israel Shelanu (“Nuestra Tierra de Israel”) habían solicitado que el máximo tribunal le ordenase al Estado que les diese más tiempo para presentar apelaciones y peticiones contra la liberación de prisioneros.

Los demandantes argumentaron que el “desproporcionado e irrazonable” acuerdo para liberar a los prisioneros es problemático desde el punto de vista legal porque fue aprobado ayer, martes, por los catorce miembros del gabinete de seguridad y no por el gobierno en sí.

Este canje se produjo tan sólo nueve días después de que Israel y Hamas llevaran a cabo otro para liberar al soldado Gilad Shalit, secuestrado por terroristas palestinos en territorio israelí, pero la diferencia, señalaron, radica en que Grapel “se fue a Egipto por su propia y libre voluntad de participar de diversas actividades de movimientos extremistas”.

“No puede ser que cada vez que un anarquista intente iniciar una Primavera Árabe violemos la ley israelí y liberemos presos”, escribió Ben-Ari.

“Deseo un acuerdo tripartito por el cual los estadounidenses liberen a (el israelí Jonathan) Pollard, los egipcios liberen a Grapel y entonces liberaremos a estos prisioneros”, propuso.

Inicialmente, éste fue arrestado en El Cairo, el 12 de junio, por espionaje, pero luego cambiaron la imputación a incitación e intento de incendio del Ministerio del Interior y la Jefatura de Policía.

El lunes de la semana pasada, fuentes de seguridad egipcias al tanto de las negociaciones habían señalado que Grapel sería canjeado por los 81 egipcios que están presos en Israel, pero ello no será así.

Las autoridades acusaron al estudiante de Derecho en la Universidad Emory de Atlanta de haberse identificado como musulmán en su solicitud de visa, con pasaporte estadounidense, en la embajada cairota en Tel Aviv.

Grapel ingresó a Egipto poco después del inicio de la sublevación de finales de enero que derrocó a Hosni Mubarak.

Las autoridades israelíes, al igual que sus amigos y familiares, sostienen que viajó para experimentar esa rebelión en favor de la democracia y enrolarse en una organización no gubernamental que ayuda a los refugiados africanos.

Por otra parte, Egipto rechazó incluir en el canje a Ouda Tarabin, un pastor beduino que lleva 11 años detenido por espionaje.

Su abogado, Mahmoud a-Sana, le explicó hoy, miércoles, a la radio oficial, Kol Israel, que el único error de su defendido fue haber cruzado la frontera con el Sinaí para visitar a su hermana, sin pasaporte o identificación, y por ello fue enviado a prisión sin ser sometido a juicio.

Para el letrado, Tarabin aún no fue excarcelado por “ser beduino”.