JOSÉ KAMINER TAUBER

Los sabios del Talmud organizan la mesa (Tish en idish) del comedor de la casa judía como me’at Mikdash, un “pequeño altar”, elevando el acto mundano de comer a un nivel sacerdotal. La idea de una comida marcada con el estudio de la Torá también se remonta al menos hasta el Talmud (Avot 3:4; Taanit 5b). La práctica continúa en la Edad Media (Zohar II: 154 bis), seguida por los primeros Rabanim (maestros) jasídicos que siguieron con la tradición hasta nuestros días.

El Tish, es una especie de reunión de judíos que se celebra los viernes por la noche y en la seudá shlishit (tercera comida del Shabat), antes de concluir el Shabat.

En un Tish unas cuantas velas iluminan el salón y se encuentran sobre una gran mesa. Dentro podemos encontrar como trescientos individuos, cada uno con su caftán (bata de seda de color café y oro) y su shtraiml (sombrero de piel) que junto a los niños, se mecían todos al compás de una melodía celestial.

Esta “afluencia”, que tiene lugar en diferentes sinagogas, consiste en agrupar varios varones de un grupo jasídico alrededor de una mesa con su Rabino. El líder jasídico o Rebe dirige el Tish en una combinación especial de convite con canciones y comentarios sobre la Torá. Uno de los puntos culminantes del Tish es el reparto de shiraim (comida) por el Rebe, la cual, según la tradición, contiene en sí una bendición para aquellos que la ingieren.

Los shiraim es el alimento como el pan que ha sido bendecido y distribuido a través de la mano del rabino que tiende a significar una especie de gracia. Ya que este alimento, se considera de una gran santidad.

Para muchos hasidim devotos, el Tish es el punto culminante de su espiritualidad comunitaria, para algunos es más poderosa que la oración.