HAARETZ/TRADUCCIÓN SHARON GESUND

Los grupos judíos de presión de la Casa Blanca, defendiendo a sus  de la Unión Soviética, molestaron a Henry Kissinger al demandar una intensa presión sobre Moscú, al punto que denunció a un colega de la Casa Blanca como egoístas “hijos de p…”, indican documentos recientemente publicados.

Entre los documentos que existen en la Casa Blanca se encontraba uno de la ex Primer Ministro de Israel, Golda Meir para el Presidente Richard Nixon en agosto de 1972, en el que le pide protestar ante el Kremlin sobre la recaudación de impuestos para los permisos de salidas.

La Casa Blanca, defendiendo su estrategia de diplomacia silenciosa, trató de asegurar a los judíos estadounidenses que Nixon estaba realmente preocupado por la situación de los judíos soviéticos, había abordado la situación con los líderes soviéticos directamente y seguía convencido de que la diplomacia discreta era el mejor enfoque.

Un funcionario de la Casa Blanca, Leonard Garment, diciendo que estaba inundado de cartas y llamadas telefónicas con apelllidos judíos, pidió a Kissinger su ayuda y orientación. El fallecido Alexander Haig, asesor de seguridad nacional de Nixon, le envió la carta de la Sra. Golda Meir y dijo: “Vamos a tener que considerar la mejor manera de proceder.”

De acuerdo a las transcripciones publicadas por el Departamento del Estado, Kissinger, quien fue diputado de Haig, le dijo a Garment: “¿Existe un grupo más egoísta que la comunidad judía?”. Cabe mencionar que Kissinger es judío.

Garment, también judío, respondió: “Ningún otro en el mundo.”

Hasta este punto, Kissinger fue citado diciendo: “¿Qué demonios se creen que están logrando?”

Kissinger continuó: “Ni siquiera se les puede decir nada confidencial a los hijos de puta, porque lo van a soltar.”

Sin embargo, Kissinger dijo que abordaría el tema con el Embajador soviético Anatoly Dobrynin y que se reuniría de nuevo con los líderes judíos. “Se debe recordar lo que este gobierno ha hecho”, dijo.

Las declaraciones se encuentran en documentos que tratan de relaciones soviético-norteamericanas, publicados por el Departamento del Estado.

Una llamada a la oficina de Kissinger en Nueva York en busca de comentarios no fue respondida el jueves.