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Según una fuente militar, citada por Interfax, Rusia ha entregado a Siria misiles de crucero antibuque, según ha informado este jueves una fuente militar a la agencia de noticias Interfax, a pesar de que hace cuatro días una comisión de investigación de Naciones Unidas recomendó la imposición de un embargo de armas al régimen de Bashar al Assad.

Al parecer, los misiles entregados a Siria, valorados en 300 millones de dólares (unos 222 millones de euros), permitirán al país proteger su costa de cualquier ataque lanzado desde el mar. Según esta fuente, el contrato está completamente cerrado. “Incluso antes de tiempo”, ha indicado, aunque no ha especificado cuándo se ha llevado a cabo la entrega del armamento.

El ministro de Defensa, Anatoli Serdyukov, anunció el pasado mes de febrero que Rusia cerraría este acuerdo con Siria a pesar de la oposición de Israel, al tiempo que apuntó que la entrega de los misiles se produciría este año. A principio de esta semana, el diario ruso ‘Izvestia’ informó de que Moscú planeaba enviar sus portaaviones y otros buques a Damasco, aunque no indicó la finalidad.

Las ventas a Siria representan un siete por ciento de los 10.000 millones de dólares (7.426 millones de euros) que Rusia consiguió en armamento el año pasado, según el ‘think tank’ CAST. Además, Siria alberga un centro naval ruso. El pasado lunes, una comisión de investigación de Naciones Unidas determinó que las fuerzas de seguridad sirias han cometido crímenes contra la Humanidad, como asesinatos, torturas y violaciones, y que el Gobierno de Al Assad es el responsable, por lo que recomendó imponer un embargo de armas a Siria.

Mientras, Rusia y China han bloqueado reiteradamente en el Consejo de Seguridad una resolución de condena a la violencia en Siria, al tiempo que han condenado las sanciones impuestas por la Liga Arabe, la Unión Europea y Estados Unidos al país árabe, al considerar que Damasco debe solucionar sus problemas sin injerencia extranjera. Desde que comenzaron las protestas contra el régimen sirio, más de 4.000 personas han muerto víctimas de la violenta represión de las fuerzas de seguridad, según ha informado este jueves la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay.