RUTH BARÓN EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

¿Has vivido alguna crisis? Todos los seres humanos hemos experimentado crisis existenciales y, crisis espirituales.

Como “crisis existencial”, se entiende un desarreglo de lo que estaba en su lugar y deja de estarlo. Nos causa dolor cuando perdemos alguna cosa importante. Por ejemplo: mudanza, el cambio de trabajo, algún rompimiento, cuando los hijos se van del hogar.

Pareciera que la vida nos lleva bajo una sombra oscura; estamos descompuestos y desorientados.

En esos momentos, quisiéramos desaparecer, dormir, desconectarnos – podemos negar el dolor y hasta nos mostramos muy enojados actuando agresivamente muy convencidos de que nadie comprende.

Sólo podremos salir de ésta crisis con el tiempo, sin castigarnos; permitiéndonos escuchar música, compartiendo nuestros pensamientos y reacomodando nuestra nueva realidad. Esto ayudará a reconstruirnos comprendiendo que la vida es cambio, crecimiento y, nuevos retos.

La “crisis espiritual” es sentirse desamparado, sin motivación ni fuerzas para vivir. La alegría está cancelada así como el sentido para continuar la vida; experimentamos el sufrimiento con profundo vacío espiritual y pérdida de esperanza.

Cuando hemos enfrentado la muerte de un ser querido, cuando hemos estado sumergidos en una real depresión, sabemos lo que es la debilidad de pensamiento acompañado por la completa fragilidad y desarmonía – la debilidad ganando la parida.

La des-conexión y, la pérdida del sentido de vida: son los puntos con los cuales nos identificamos.

El contar conmigo mismo y recuperar el camino hacia mi espíritu es exactamente lo que me hice creer en el Sí Puedo; cuando he luchado por recuperar el camino al reconquistar mi vida con el valor del esfuerzo, me conduce a sentirme digna, orgullosa, fuerte y en libertad.

El privilegio de la razón. El privilegio del éxito. Muchos conocimientos y poca sabiduría. Son los 3 factores que favorecen la emergencia de la crisis.

1º. Porque cuando entro mucho en la razón, me impide ver muchas cosas fundamentales que me ayudarían a evitar o darle sentido a la crisis. El razonar es siempre útil hasta un punto; dejar que se acomoden las situaciones, muchas veces da el mejor resultado. Quedarme en el pasado o futurear, sólo logra que me desconecte del presente para dejar que la vida me pase.

2º. Aislarme de las críticas y comentarios: como resultado, valoro a las personas cuando yo misma las conozco y, confío en mi propia percepción y poder de análisis. La impotencia se refleja en las personas que se sienten poca cosa, que intuyen que no van a poder. No creo en que se debe de declararse perdedor antes de hacer el mejor esfuerzo. Los perdedores son aquellos que no se dan la oportunidad y no quieren esforzarse.

3º. Poco conocimiento y mucha sabiduría es parte de la madurez porque una serie de vivencias nos muestran que no es necesario saber para sentir. La intuición, la experiencia y percepción de los acontecimientos nos acompañan en los momentos más importantes de la vida. Los conocimientos, la información son de gran importancia pero más interesante me parece una persona que posee la inteligencia y la sabiduría para llevar a cabo grandes decisiones en sus relaciones con los demás.

La búsqueda de ayuda, la necesidad de sentirse libres, la compasión por uno mismo y el nuevo espejo son los elementos potenciales más útiles para acompañar a una persona en su crisis existencial y/o espiritual.