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En su primera visita a Israel como jefe del Estado Mayor Conjunto, el general norteamericano Martín Dempsey tratará un viejo asunto convertido hoy en una prioridad máxima: el proyecto nuclear iraní.

Mientras se ha decidido retrasar (para evitar ‘malentendidos’ que incidan en el clima de tensión) en muchos meses el mayor ejercicio defensivo en la historia de las maniobras israelo-estadounidenses, Dempsey llega a Israel este jueves para estrechar la colaboración ante el régimen del Ayatola Jameini y asegurarse que su aliado no le “sorprende” con un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes.

Fuentes israelíes reconocen hoy su “decepción” por la actitud de la Casa Blanca ante “la ausencia de sanciones verdaderas” para frenar el proyecto nuclear. “Sin una acción auténtica e inmediata contra su petróleo y el Banco Central, el liderazgo iraní no se sentirá amenazado y no cambiará de posición en el plan nuclear”, afirman.

En los últimos meses, la Administración Obama ha estado en contacto con las autoridades israelíes, en un esfuerzo para disuadirlas de proseguir una acción encubierta contra Irán, pero, al mismo tiempo, han comenzado a trabajar en un plan de actuación en caso de que sus esfuerzos caigan en saco roto, como informa el diario estadounidense y como constatan fuentes de las IDF israelíes. De ahí que EE UU se prepare “para una serie de posibles respuestas” en función del escenario y, de momento, ya temen un ataque de las milicias pro-iraníes chiíes contra su embajada en Irak. Como elemento de disuasión, EE UU confirma que ha enviado 15.000 soldados a Kuwait y recuerda el refuerzo de su despliegue naval con la llegada al Golfo de un segundo portaviones con cazas de guerra.