JOSÉ KAMINER TAUBER PARA ENLACE JUDÍO

Durante siglos de historia hemos visto a la mujer con una imagen llena de fragilidad y subordinada, en muchos casos, a los hombres, así, nos es difícil suponer que las mujeres guerreras existieron, como el caso de las amazonas.

En el judaísmo encontramos varias mujeres que defendieron con mucho honor y valentía a su pueblo; ellas no siempre eran uniformadas ni miembros de un ejército regular y no pertenecían a una misma clase social; actuaron en su entorno y siguen en la actualidad combatiendo en lo que les ha tocado vivir. A ellas, las que son conocidas y las que no, les dedico este artículo.

En la antiguedad

En la biblia y en la historia han destacado varias mujeres que intervinieron en diferentes formas de guerrear para el bienestar de los hijos de Israel, ellas enfrentaron con valor y empuje a diversos enemigos. De las destacadas encontramos a Débora, a Yael, a Judith y a Esther.

Débora דְּבוֹרָה

Significado: Abeja, también el nombre proviene de la palabra hebrea דבר (Dabar) que significa palabra, aconsejar, cosa, anunciar, añadir y declarar,

Débora, la profetiza guerrera, vivió alrededor del año 1316 y 1256 a.c. Su historia se encuentra en la Biblia capítulo 4 y 5 del libro de los jueces. Por el papel que desempeñó, es reconocida como la mujer juez en Israel.
Los comentaristas hebreos dicen “mujer de Lapidot” no ciertamente se refiere a esposa de Lapidot, es probable que al mencionar “Eshet Lapidot”, sea más en el sentido de cualidad que de un nombre propio. La palabra Lapidot significa antorchas o llamas. Entonces “mujer de llamas” puede ser una descripción de su carácter. Toda la frase junta “Deborah, profetisa, mujer de Lapidot” nos dice qué tipo de profetiza era: apasionada, fuerte, con un celo ardiente por llevar a cabo la voluntad de D-os.

¿Por qué fue elegida una mujer como líder? ¿Qué no había un solo hombre entre tantos miles que lo pudieran hacer?, seguramente sí lo había pero les faltaba algo: responsabilidad y voluntad para obedecer a este gran llamado, veamos un ejemplo de ello lo vemos en Gedeón, el juez que vino 40 años después de Deborah quien recibió el llamado escondido en una cueva y dudó en ir a pelear por su pueblo, aun sabiendo que D-os estaba con él y solo lo hizo después de haber pedido varias señales de confirmación. En cambio, Débora fue valiente y aceptó llevar la responsabilidad de este gran llamado, no por ella misma, sino por la sabiduría y fortaleza que venía de lo alto, siendo ella solo un medio, un instrumento y no una mujer más digna que otras.

Débora, profetisa, mujer de Lapidot, acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió llamar a Barak hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado El Eterno Eloah de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón, “Yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísra, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos”

Yael יעל

El nombre original de ésta mujer es Yael יעל, que significa cabra montés.

La historia de Yael se desarrolla en el año 1316 a. d. m. aproximadamente. En el tiempo de Débora y Barak que habían ganado la batalla contra Sísra que salió huyendo del campo de batalla y se fue a refugiar al campamento de Heber ceneo (los ceneos, o Kanitas, fueron una descendencia que viene de Abraham con Keturá la mujer que tomó después de la muerte de Sarah (Génesis 25:1-6) porque había paz entre Jabín rey de Asor y la casa de Heber ceneo. “Salió Yael a recibir a Sísra, y le dijo: “¡Ven, señor mío! Ven a mí. No tengas temor”. Y él fue a su tienda, y ella lo cubrió con una manta. Él le dijo: “Te ruego que me des un poco de agua, que tengo sed”.

Ella abrió un odre de leche, le dio de beber, y lo volvió a cubrir. Y él le dijo: “Quédate a la entrada de la tienda; si alguno viene y te pregunta si hay alguien aquí, responderás que no”. Y Yael, esposa de Heber tomó una estaca de la tienda y un mazo. Vino calladamente cuando él estaba exhausto y cargado de sueño; le hincó la estaca en la sien y lo clavó en tierra. Y así murió. Cuando Barak perseguía a Sísra, Yael salió a recibirlo, Y le dijo: “Ven, y te mostraré al hombre que buscas”. El entró donde ella estaba, y vio a Sísra muerto con la estaca en la sien. Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán ante los israelitas. Y la mano de Israel empezó a fortalecerse contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.”*
Cabe destacar que Moshe Dayan nombró a su hija Yael en recuerdo de esta heroína.

Judith יהודית

Significado: Agradezco a D-os.
Judith es conocida como el cuarto libro de los libros apócrifos (el término “apócrifo” se aplica a ciertos escritos religiosos antiguos de dudoso origen y veracidad. También el término “apócrifo” significa “escondido”, e implica duda) del Antiguo Testamento en aquellas versiones de la Biblia como la católica romana y ortodoxa. No aparece en la Biblia hebrea.

Judith, era una viuda muy bella y con una alta educación, con su criada, se acercó al ejército enemigo haciéndoles creer que estaba de parte de los invasores, diciéndoles que el pueblo judío estaba siendo castigado por alejarse de las leyes de D-os y que se merecía tal asedio. Tras varias conversaciones con el general Holofernes, éste no sólo dejó de desconfiar de ella, sino que también cayó rendido a los encantos de la viuda y decidió invitarla a su tienda de campaña para cenar. Judith aprovechó la noche para emborracharlo, y después de que éste cayera dormido bajo los efectos del alcohol, Judith aprovechó entonces para cortarle la cabeza.

Avanzó después hasta la columna del lecho que estaba junto a la cabeza de Holofernes, tomó de allí su cimitarra, y acercándose, agarró la cabeza de Holofernes por los cabellos y dijo: “¡Dame fortaleza, Dios de Israel, en este momento!”. Y, con todas sus fuerzas, le descargó dos golpes sobre el cuello y le cortó la cabeza (Judith 13,6-8).

Esther – Hadasa הדסה – אסתר

El significado para Hadasa es flor de Mirto y para Esther es una derivación del nombre de la diosa Istar.

La reina Esther, mujer favorecida con dones de D-os, será siempre la heroína de su pueblo amado que estaba amenazado con su fin por un hombre de mal temple. Cuando el Visir al visiria (primer ministro) Amán, hijo de Hemdata el agagui, descendiente de los amalequitas, un hombre lleno de intrigas, decidió matar a todos los judíos del reino para apoderarse de sus bienes, principalmente porque Mardoqueo no se inclinaba ante él como lo había ordenado el rey.

Hay momentos que nos volvemos héroes y osamos realizar difíciles empresas. Ella ayunó tres días para hallarse a la altura de su preocupación por el bienestar de sus correligionarios y poder luchar contra la dureza del perverso, con su firme compromiso con los perseguidos, mujer admirable, llena de valor, encontramos en ella el silencioso lenguaje de amor que nuestro D-os usa con frecuencia para comunicarse directamente con nuestro espíritu.