AVI MELAMED/POR ISRAEL.ORG

El programa militar nuclear iraní y la posibilidad de un choque militar masivo en Medio Oriente ocupan, claramente, la atención del mundo.

Estas preocupaciones no son infundadas. Sin embargo, ¿es inevitable una confrontación militar?
En este artículo, me gustaría llamar la atención sobre el hecho que, en este momento específico, debido a la confluencia de acontecimientos particulares, occidente tiene una oportunidad única, que, si “se juega correctamente”, podría forzar al régimen iraní – de manera completamente no combativa – a poner fin a su programa nuclear militar.

Con el fin de tomar ventaja de esta oportunidad, occidente debe entender, fundamentalmente, qué está ocurriendo actualmente en Medio Oriente que hace tan especial a este momento. Es necesario saber cómo aprovechar al máximo la situación para su beneficio y el del mundo, Lo más importante, dado que existe una pequeña ventana de tiempo, occidente debe aprovechar el momento y actuar rápida y decisivamente.

¿Qué está sucediendo en este momento que ofrece esta oportunidad única?

El régimen iraní está bajo creciente tensión. Están contados los días en que podría seguir manipulando a la comunidad internacional.

Una de las razones de ello es la grave crisis económica dentro de Irán, causada por las sanciones internacionales que occidente ha impuesto sobre el régimen.

Hay otra razón muy importante para la debilidad de Irán: el Eje de Resistencia empieza a desmoronarse.

¿Cuál es el Eje de Resistencia? Una poderosa red de aliados y apoderados, desarrollada y patrocinada por los iraníes. Sus miembros principales son: El régimen de Assad en Siria, Hezbollah en Líbano y las organizaciones terroristas palestinas en la Franja de Gaza, incluyendo a Hamas, la Jihad Islámica y los Comités de Resistencia Popular.

¿Cuál es la capacidad militar del Eje de Resistencia? El enorme arsenal, en el que los miembros del Eje de Resistencia confían, está compuesto por cohetes y misiles suministrados y, principalmente, desarrollados y fabricados por los iraníes y los sirios. Según las estimaciones de inteligencia israelíes, la capacidad combinada de cohetes y misiles de Irán, Siria y sus apoderados, Hezbollah en Líbano y Hamas y otros grupos terroristas en Gaza, no tiene comparación con casi ninguna otra nación.

¿Cuál es el propósito de esta masiva acumulación militar? Ayudar a Irán en su aspiración de convertirse en la superpotencia dominante en el Golfo Pérsico; disuadir a Israel de dañar los intereses iraníes; impedir que Israel detenga o destruya el programa nuclear militar iraní; y atacar a Israel en el caso de una confrontación militar entre Irán e Israel o Irán y occidente.

El Eje de Resistencia es uno de los principales activos de Irán: Esta capacidad militar masiva es una importante carta que el régimen iraní juega en lo que respecta a su programa nuclear militar. En sus conversaciones con occidente y la comunidad internacional, el régimen pone totalmente en claro lo siguiente: si sus intereses vitales están en peligro, Irán tiene la capacidad de crear una inmediata erupción masiva en la región, ordenándoles a Hezbollah y Hamas utilizar sus arsenales para atacar a Israel.

Es fundamental para occidente entender que hay señales, en el mundo árabe de hoy, que indican que Hezbollah y Hamas, los principales apoderados de Irán en la guerra contra Israel, podrían no saltar tan rápido para cumplir con dicha orden. Esta posibilidad crea una ventana de oportunidad única.

La principal razón de este cambio en la relación entre el patrón Irán y sus apoderados, Hezbollah y Hamas, es la crisis en Siria – Siria actúa tanto como patrón y apoderado.

Los acontecimientos en Siria están provocando importantes fisuras en el Eje de Resistencia, con el resultado que los miembros del Eje enfrentan crecientes tensiones y dilemas.

Los acontecimientos en Siria y su impacto en los miembros del Eje de Resistencia: Siria

Cuando los levantamientos comenzaron a barrer el mundo árabe, a finales de 2010, el presidente sirio, Bashar Al Assad, concedió una entrevista a The Wall Street Journal, en la que dijo que Siria no estaba amenazada por el actual tsunami porque es el “líder de la Resistencia”.

En marzo de 2011, pocos meses después de esa tranquilizadora entrevista, el tsunami llegó a las costas del gobierno de Assad. Un año después, Assad está luchando para sobrevivir a la sublevación del pueblo sirio. Más de 8.000 sirios – la mayoría civiles – han sido brutal e indiscriminadamente asesinados, miles están desaparecidos y miles están siendo torturados en cárceles sirias.

La fuerza armada de los rebeldes en Siria se llama “Ejército Sirio Libre”. Está compuesta por decenas de miles de soldados y oficiales sirios que han desertado de las fuerzas de Assad – la mayoría de ellos sunitas. Hasta ahora, la mayor parte del ejército sirio permanece leal a Assad. El ejército sirio es, en su mayoría, sunita, alauita y druso. Las unidades de élite, así como los mandos medios y superiores, son miembros de la secta de Assad – los alauitas Los alauitas son minoría, representan alrededor del doce por ciento de la población de Siria, pero han gobernado Siria durante décadas. Son considerados como una rama lejana de los chiítas. Los clérigos sunitas se han opuesto a la dominación alauita sobre los sunitas porque, en su mente, los alauitas no sólo son no musulmanes; son “infieles”.

En su esencia, el levantamiento en Siria es la manifestación de la voluntad de los sunitas, la mayoría en Siria, de poner fin a la dominación de los alauitas. A medida que la lucha se ha intensificado, se desliza más hacia una guerra civil dividida a lo largo de las líneas sunitas-chiítas. Y vemos signos de otros movimientos sunitas que también se vuelven contra Assad. El líder de la rama de la Hermandad Musulmana en Jordania está llamando abiertamente a la jihad militante contra el gobierno de Assad. Llamados similares han sido hechos por Ayman al Zawahiri, el líder de Al Qaeda. Y hay informes de que militantes musulmanes sunitas están entrando en Siria desde Irak, Líbano y Libia para ayudar a las fuerzas rebeldes.

No está claro cómo evolucionarán los acontecimientos en Siria, ni cuáles serán los resultados del actual levantamiento.

Pero tres cosas son ciertas: Assad ha perdido su legitimidad en el mundo árabe; ha perdido su legitimidad en occidente; y Siria nunca volverá a lo que solía ser.

Irán

El colapso del régimen de Assad sería un fuerte golpe para Irán. Assad es el principal aliado estratégico de Irán, y el régimen ha invertido enormes cantidades de dinero en Siria. La alianza con Siria le ha permitido a Irán aumentar su influencia y promover sus intereses en el mundo árabe. La alianza con Siria le permitió a Irán, a través de Hezbollah, construir una fortaleza de facto en Líbano. La alianza con Siria y la presencia iraní en Líbano ha permitido el acceso directo de Irán al Mar Mediterráneo. El acceso al Mediterráneo es importante para Irán, tanto por razones estratégicas como ideológicas – incluyendo su capacidad para exportar la Revolución Islámica.

La caída del régimen de Assad significaría que Irán perderá su puente terrestre hacia el Mediterráneo y su principal puesto de avanzada en la región – Hezbollah en Líbano.

Si Assad cae, está claro que los sunitas llegarán al poder en Siria, y un gobierno sunita será mucho menos amistoso hacia Irán que el actual régimen.

Y lo más preocupante para Irán es que la caída del régimen de Assad podría inspirar al pueblo iraní y desencadenar un nuevo levantamiento popular. Aumentan los Informes de la evolución de disturbios en Irán, cuando las elecciones parlamentarias previstas para principios de marzo están a la vuelta de la esquina.

Considerando lo anterior, no es de extrañar que el régimen iraní esté haciendo todo lo posible para salvar al gobierno de Assad – incluyendo proveer al régimen con dinero, petróleo, materias primas, armas, asesores, etc. Los iraníes, incluso, han enviado unidades de sus fuerzas de élite de la Guardia Revolucionaria, para ayudar a las tropas de Assad a sofocar la rebelión.

El régimen iraní da servicio, de boca para afuera, al mundo árabe y se presenta como el defensor de la causa árabe y de los intereses musulmanes, pero la mayoría del mundo árabe no compra esta línea. A los ojos de la mayoría de los árabes, el régimen iraní es brutal, peligroso y cínico. Su participación en la masacre del pueblo sirio es la prueba definitiva.

El mundo árabe no derramará ninguna lágrima si el régimen iraní cae.

Hezbollah

El colapso del régimen de Assad también sería un fuerte golpe para Hezbollah, el apoderado de Irán en Líbano. Siria es la línea vital de Hezbollah – las enormes caravanas que transportan las armas suministradas a Líbano por Irán y Siria, viajan a su destino a través de Siria.

Al igual que su patrón iraní, Hezbollah está haciendo esfuerzos para salvar al régimen de Assad. En muchos discursos públicos, Nasrallah, el líder de Hezbollah, ha instado al pueblo sirio a apoyar a Assad, y describe la insurrección en Siria como un “complot estadounidense-israelí”. Hace un par de semanas, Nasrallah dijo, sin pestañear, “Nada pasa en Homs”, aún cuando filmaciones mostraban a la ciudad reducida a escombros bajo el incesante bombardeo de armas disparadas sin descanso y sin piedad por las fuerzas de Assad.

El apoyo de Hezbollah a Assad no termina con la retórica. Según los informes, militantes de Hezbollah murieron mientras luchaban, codo a codo, con el ejército de Assad contra los rebeldes. En un intento de ocultar el apoyo y el involucramiento de Hezbollah, Hezbollah ordenó que los cuerpos fueran enterrados secretamente.(1)

La mayoría de los sirios son sunitas. Nunca olvidarán ni perdonarán a Hassan Nasrallah, por apoyar la masacre a sangre fría de más de 8000 (y se sigue contando) sirios, la mayoría de los cuales son sunitas. Con Assad fuera, Hezbollah puede muy bien encontrarse enfrentando a militantes sunitas enfurecidos, masivamente armados, al mismo tiempo que cortada la ruta de suministro de armas. Es importante señalar aquí que Nasrallah ha estado escondido en un búnker desde la guerra de 2006 – no se esconde de Israel. Se esconde de los sunitas, porque sabe que aprovecharán cualquier oportunidad para eliminarlo.

Secuestrado por Hezbollah, Líbano está al borde de una erupción masiva nacional que desataría la total ira de los opositores de Hezbollah en Líbano – los sunitas, junto con la mayoría de los cristianos y los drusos.
Y para empeorar las cosas para Hezbollah, tras la declaración de Nasrallah que “nada pasa en Homs”, incluso los chiítas en el bastión de Hezbollah en el sur de Líbano, renunciaron descaradamente a la organización y quemaron su bandera. Sólo hace unos pocos años , algo así habría sido impensable.(2)

Hezbollah podría muy bien encontrarse luchando por su existencia – y Líbano, una vez más, se encontraría ahogado en sangre.

El dilema que enfrenta Hezbollah es profundamente grave. En un reciente discurso público, Nasrallah aludió al aprieto de su organización, anunciando que “Irán no espera que Hezbollah ataque a Israel automáticamente, en una situación de confrontación iraní-israelí… Irán respeta la libre decisión de Hezbollah”.
Éste es el problema de Hezbollah:

Irán ha invertido miles de millones de dólares en Hezbollah, mayormente en un enorme arsenal de cohetes y misiles. Las decenas de miles de cohetes que posee Hezbollah no se supone que se oxiden, sino que sean utilizadas en contra de Israel cuando Irán lo ordene. El incumplimiento de dicha orden le costaría a Nasrallah más que su posición.

Por otro lado, Nasrallah sabe que seguir las instrucciones de Irán traería una catástrofe sobre Líbano. Peor aún, una masiva confrontación con Israel dejaría a Hezbollah debilitado y, por lo tanto, totalmente vulnerable a los sunitas de Líbano, que contarán con el apoyo de los sunitas sirios. Los sunitas podrían utilizar esa oportunidad para vengarse de Hezbollah – una venganza que sería sin duda implacable.

Hamas

Al igual que Hezbollah, Hamas, otro apoderado iraní, se enfrenta a un dilema similar.

Hamas y Siria

Mientras los eventos en Siria evolucionan y la represión del régimen a su pueblo se vuelve más y más brutal, Hamas se encuentra cada vez más tensionado y enfrentando una grave coyuntura.
Con Assad como su patrocinador, Hamas, tradicionalmente, ubicó su sede en Siria donde, durante décadas, disfrutó de la cálida bienvenida de su anfitrión, el actual régimen.

Un vástago de la Hermandad Musulmana, Hamas se define, ideológica y operacionalmente, como una rama de esa organización. Pero la Hermandad Musulmana no podía permanecer en silencio frente a la masacre de miles de sirios, la mayoría de los cuales eran sunitas, y condenó enérgicamente a Assad. Como he señalado anteriormente, el líder de la Hermandad Musulmana en Jordania llamó abiertamente a una Jihad militante contra el gobierno de Assad.

Es así que Hamas está atrapado entre su afiliación y lealtad a la Hermandad Musulmana, por un lado, y su dependencia de la hospitalidad y el apoyo de Assad, por el otro. Aunque el liderazgo de Hamas ha hecho un gran esfuerzo tratando de “agarrar el palo por ambos extremos”, la presión sobre la organización ha aumentado constantemente. El presidente Assad exigió que Hamas permanezca a su lado, oficial y públicamente, mientras que el mundo árabe criticó duramente a la organización por permanecer en silencio mientras el régimen de Assad continuaba con su brutalidad.
Cuando la presión se hizo tan intensa que el liderazgo de Hamas tuvo que elegir un lado, optaron por abandonar el barco sirio que se hunde, y retiraron su sede del país, dándole la espalda a Assad.

Hoy, el liderazgo está viajando por todo el mundo árabe, en busca de un huésped alternativo.

La Turbulencia interna de Hamas

Salir de Siria fue sólo el comienzo de los problemas de Hamas.
Al distanciarse de Irán y Siria, Hamas expuso las siempre presentes diferencias, que han existido desde hace mucho, entre aquellos que lideran el movimiento, fuera de la Franja de Gaza, y aquellos responsables dentro de esa volátil localidad. La creciente tensión ha evolucionado rápidamente hacia una riña pública.

Tradicionalmente, el liderazgo de Hamas en Siria ha adoptado una línea más dura sobre la violencia contra Israel, presionando a sus cohortes dentro de la Franja de Gaza para que continúen con sus ataques, sin importar el sufrimiento que la población de Gaza experimentaría como resultado de la respuesta israelí a tal agresión. Sin embargo, el liderazgo de Hamas en Gaza comenzó a entender que los ciudadanos de Gaza los harían responsables directos del trauma consecuencia de esa política. Hamas arriesgaría una pérdida de poder, en caso que fueran percibidos como crueles gobernantes que atacan sin tener en cuenta las consecuencias para su propia población.
De repente, “salir de casa” ha invertido los roles tradicionales dentro de Hamas.

Khaled Mashaal, el líder de Hamas con sede en Siria, se encuentra en una posición muy difícil. Al salir de su país anfitrión, se ha retirado del cálido abrazo de los sirios y los iraníes. Y ahora tiene que encontrar un nuevo hogar en el mundo árabe.

Es evidente que esta situación exige una nueva estrategia.

Así que Mashaal se ha volcado a la cuestión palestino-israelí como un medio para redefinir su relación con el mundo árabe y encontrar una forma de navegar por su paisaje político, espectacularmente cambiante.
Khaled Mashaal, como el líder de Hamas, acordó con el concepto de “resistencia pacífica palestina” contra Israel. Acordó además, nuevamente como el líder de Hamas, que el Primer Ministro del gobierno palestino de transición de la reconciliación, sería Mahmoud Abbas, el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina y líder de Fatah. Ese acuerdo, firmado por Mashaal y Abbas, dio lugar a una confrontación abierta entre Mashaal, por un lado, y el liderazgo de Hamas en la Franja de Gaza, por el otro. Aunque el acuerdo fue, finalmente, aprobado formalmente por Hamas, la brecha abierta dentro de la organización es evidente.

Ismail Haniyeh, el Primer Ministro del autoproclamado gobierno de Hamas en la Franja de Gaza, también, recientemente, fue a recorrer el mundo árabe. Organizó una visita oficial a Irán, a pesar del hecho que el liderazgo de la Hermandad Musulmana le dijo que no lo haga. Durante su gira, Haniyeh reafirmó el compromiso de Hamas por la resistencia militante y le reaseguró al líder iraní que su organización está dedicada a continuar la guerra contra Israel hasta que Israel sea destruido. De esta manera, Haniyeh está enviando un claro mensaje a Mashaal – Hamas, en la Franja de Gaza, tiene su propia posición independiente y no debe ignorar ese hecho.

Claramente, Haniyeh está tratando de mantener abiertas sus opciones, incluyendo la relación con Irán. Irán es el principal patrocinador de Hamas, pero el régimen iraní no da comidas gratis. Al igual que con Hezbollah en Líbano, los miles de cohetes que Irán ha proporcionado a Hamas en la Franja de Gaza no se supone que se oxiden, sino que sean lanzados contra ciudades israelíes, cuando así lo ordene Irán.

La fricción interna de Hamas no se limita a la lucha por el poder Mashaal-Haniyeh.
Por primera vez en su historia, existe la posibilidad de un “divorcio” interno. Informes confiables indican que las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, el ala militar de Hamas, también está experimentando una división.
Hamas e Irán

Cuando se trata de Irán, Hamas se enfrenta a los siguientes dilemas:
Si Hamas se niega a cumplir con una orden iraní de disparar misiles contra Israel, el régimen iraní tiene alternativas. Las organizaciones terroristas palestinas, como la Jihad Islámica o los Comités de Resistencia Popular, que operan en la Franja de Gaza, no dudarán en lanzar sus cohetes.

En el escenario anterior, Hamas podría encontrarse en una guerra que no desea, una guerra que podría poner en peligro su dominio en la Franja de Gaza. Para evitar que otras organizaciones obedezcan una orden de Irán a atacar, Hamas debe afirmar su liderazgo en formas que podrían, muy probablemente, antagonizan con otras organizaciones palestinas dentro de la Franja de Gaza. Las escenas de carnicería entre palestinos dañarían seriamente el intento de Hamas de presentarse como una entidad confiable y responsable, y desacreditarían la campaña para lograr legitimidad a los ojos del mundo.

Por otro lado, si Hamas cumple con una directiva iraní para lanzar misiles contra Israel, pone en peligro su relación con el mundo árabe. Si el ataque fuera a iniciar una guerra que produjera otra catástrofe para el pueblo de la Franja de Gaza, Hamas sería percibido por el mundo árabe como un movimiento sunita árabe que sacrifica a árabes sunitas en nombre del despreciable régimen chiíta iraní.

Un dilema adicional para Hamas es que, si cumple una orden iraní de lanzar un ataque contra Israel, coloca al movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto en una posición difícil. A medida que la Hermandad Musulmana en Egipto suba al poder, se espera que haga frente a los enormes desafíos internos de Egipto. Para ello necesita tres cosas: dinero, aceptación internacional y estabilidad. Lo último que necesita es una guerra en la Franja de Gaza, que desencadenaría enormes manifestaciones en las calles y caos en todo Egipto. Por lo tanto, la Hermandad Musulmana y la cúpula militar egipcias exigen que Hamas desempeñe un papel estabilizador. El gobierno de Hamas en la Franja de Gaza no puede permitirse una confrontación con el más fuerte factor político en Egipto y, claramente, una de las potencias emergentes centrales en el mundo árabe. Hamas tendrá que ser sensible a sus necesidades.
Severamente fragmentada y bajo tensión, Hamas se está moviendo rápidamente hacia una encrucijada fundamental en la que tendrá que tomar decisiones estratégicas.

La Ventana de Oportunidad Única:

Los dilemas que Hamas y Hezbollah enfrentan, debilitan el poder de negociación de Irán y su capacidad para maniobrar y manipular.

Más importante aún, este enigma le da a occidente una oportunidad única para convencer al régimen iraní que detenga su programa nuclear militar, sin recurrir al conflicto armado.

Para aprovechar el momento, occidente debe actuar rápida y decisivamente, liderando un esfuerzo paralelo centrado en dos objetivos:

Incrementar las sanciones al régimen iraní y acelerar la caída de Assad.

Si el régimen de Assad cae, Hezbollah quedará aislado de Irán y separado de su fuente de apoyo militar. Hezbollah se debilitará, mientras que sus principales opositores, los sunitas de Líbano y Siria (generalmente se supone que un gobierno sunita reemplazará al régimen de Assad) se verán reforzados. En esta situación, Hezbollah, finalmente, se verá obligado a hacer lo que hasta ahora se ha negado a hacer – cumplir con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad y desarmarse. En ese caso, la capacidad de Hezbollah para dictar su agenda radical se reducirá considerablemente.
Una vez que Hezbollah, el principal apoderado árabe chiíta de los iraníes, esté debilitado y neutralizado, no pasará mucho tiempo para que Hamas, su apoderado árabe sunita, redefina su propia relación con el régimen. Hamas, entonces, hará la cosa más natural que sirva a sus propios intereses. Se volcará hacia su aliado natural – la Hermandad Musulmana en Egipto. En ese caso, al igual que Hezbollah, la capacidad de Hamas para dictar una agenda radical se reducirá considerablemente.

El tiempo para occidente, y para los adversarios de la ambición nuclear de Irán, de actuar juntos es ahora:
El Eje de Resistencia está comenzando a resquebrajarse, y occidente debe actuar para acelerar su desintegración.

Si occidente se mueve estratégicamente y con rapidez puede:
Obligar a Irán a detener su programa nuclear militar, sin ninguna acción militar.
Impedir que Irán represente una amenaza para occidente y el mundo árabe.

Asegurar la principal fuente mundial de petróleo.
Rehabilitar la imagen de occidente, especialmente de Estados Unidos, que actualmente es considerado como un “poder hundiéndose” a los ojos del mundo árabe.

La capacidad iraní de activar, a su antojo, el Eje de Resistencia, le ha permitido al régimen promover su agenda e intereses. Sin la capacidad nuclear, este Eje ha sido la principal fuente de inestabilidad, en la región, para la última generación.

Si Irán logra sus ambiciones nucleares, Irán y sus apoderados se verán reforzados y tendrán una mayor influencia en Medio Oriente. Por lo tanto, la esperanza de un Medio Oriente estable será una ilusión.
Si Irán no logra sus ambiciones nucleares, sus apoderados también se debilitarán. Por lo tanto, una importante fuente de inestabilidad en la región se verá disminuida. La región tendrá la oportunidad de disfrutar de estabilidad. La estabilidad es la mayor necesidad en el cambiante panorama actual del mundo árabe.

La pregunta que me mantiene despierto por la noche es… ¿Reconocerá occidente la oportunidad y actuará con rapidez y decisivamente?

Notas al Pie
(1) Tahir, Marwan. “¿Tendrá el Ejército Libanés una Presencia en el Sector Sur? ¿Declarará Nasrallah al Sector Sur como Zona Abierta?” Middle East Transparent. 11 de noviembre de 2011.
“El Ejército Sirio Libre: Matamos a Militantes de Hezbollah que Estaban Involucrados en Combatir Contra Nosotros” Alshark Alawsat. 3 de febrero de 2012.
Star, Wael. “Líbano: Los temores de un Levantamiento y las Preocupaciones acerca de una Conspiración”. alarabonline. Febrero de 2012
(2) Haydar, Ali. “Después del Anuncio de Nasrallah “Nada Pasa en Homs” Signos de un Levantamiento Popular Contra Hezbollah en las Zonas Chiítas”. Middle East Transparent. 12 de febrero de 2012