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Al menos una persona ha muerto y otras cinco (entre ellos una enfermera turca) han resultado heridas este lunes en un tiroteo en el campamento de Kilis. Aunque los detalles aún son confusos, las autoridades turcas han indicado ya a algunos medios turcos que, aparentemente, un grupo de soldados sirios ha disparado desde territorio sirio contra el campo de refugiados.

El campo de Kilis, que ABC visitó hace dos semanas, se encuentra en la misma frontera, junto a la aduana de Öncüpinar, separado de Siria por apenas unos metros. Al otro lado, la localidad de Azaz, una de las más castigadas por los combates entre el ejército sirio y los insurgentes en los últimos días. El ataque contra el campo de refugiados, de hecho, podría haberse producido como represalia a un enfrentamiento con el Ejército Sirio Libre, que esta mañana ha abatido a al menos seis soldados leales a Bashar al Assad en la localidad de Salama. Al menos ocho rebeldes han resultado heridos en el combate. La localidad de Tall Rifaat, a quince kilómetros de allí, ha sido bombardeada por la artillería siria, provocando decenas de muertos y heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

«Los policías turcos no hacían nada para defendernos. Tenían miedo»
De acuerdo con varios testigos dentro del campamento, los combates comenzaron de madrugada en la región de Alepo, y se han ido acercando a la frontera, lo que ha provocado el éxodo de numerosas personas hacia territorio turco. El ejército sirio ha abierto fuego contra un grupo que trataban de cruzar, hiriendo a más de una decena , que han sido trasladados al hospital de Kilis, donde dos de ellos han muerto.

Aparentemente, horas más tarde, las tropas sirias dispararon contra un segundo grupo a pocos metros de Kilis. Los refugiados del campamento salieron a tratar de ayudarles, momento en el que los soldados gubernamentales abrieron fuego hacia el campo. A pesar de encontrarse presentes miembros de los cuerpos de seguridad turcos, no devolvieron el fuego. «Los policías turcos no hacían nada para defendernos. Ni siquiera defendían a las ambulancias bajo el fuego sirio, sino que se escaparon; tenían miedo», asegura a ABC Jalil Kara, un refugiado presente en el lugar de los hechos, por vía telefónica.

«Pensar en todas las posibilidades»
«He visto cuatro heridos: uno fue alcanzado en la cabeza, le corría la sangre, puede que haya muerto. Otros dos fueron alcanzados en el pecho y uno en la mano», indica. Otras fuentes hablan de un total de cinco heridos.

El ataque se produce en un momento especialmente delicado. Mañana se esperaba la visita del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, a los campos de refugiados de la región de Hatay, en su camino hacia Irán. Y mañana termina también el plazo impuesto por la ONU al régimen sirio para que retire las tropas e inicie un alto el fuego que será inmediatamente secundado por los rebeldes, según han anunciado los portavoces del Ejército Sirio Libre.