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Irán rechazó el día de ayer las exigencias de Israel y Occidente ante la prevista reanudación el próximo viernes en Estambul de las conversaciones con la comunidad internacional para negociar sobre su controvertido programa nuclear.

Israel exigió a Irán nuevamente la renuncia al enriquecimiento de uranio al 20 por ciento, dijo el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, citado por su oficina. Las reservas enriquecidas a ese nivel deben además sacarse del país.
Israel exige también que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) vigile en su totalidad el programa nuclear iraní.
Además, Teherán debe declarar todas las actividades en sectores que pudieran formar parte de un programa militar.

“Esas demandas no son racionales”, dijo el director de la autoridad de la energía nuclear iraní, Fereydun Abbasi, citado por la agencia de noticias Isna.

A su vez el presidente Mahmud Ahmadineyad reiteró su posición de que Irán no renunciará bajo ninguna circunstancia a un programa nuclear con fines civiles, ni con nuevas sanciones o amenazas militares.
Posteriormente, en una reunión con el ex primer ministro japonés Yukio Hatoyama, que realiza una visita de dos días por Teherán, Ahmadineyad, defendió que el programa atómico de Irán es exclusivamente civil y pacífico, manifestando su deseo de colaborar con Japón para conseguir la paz y la seguridad en el mundo, así como el desarme nuclear, según la agencia oficial iraní, IRNA.

Ahmadineyad insistió en que el mundo se debe ver “libre de armas de destrucción masiva”, en concreto de bombas atómicas, al tiempo que recordaba los bombardeos nucleares de Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.

“La cultura islámica considera cualquier daño al ser humano como una injusticia contra toda la comunidad internacional, y la República Islámica de Irán ha renunciado a las armas de destrucción masiva por mandato del Islam”, recalcó Ahmadineyad.