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El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Benny Gantz, asegura que sus tropas “están preparadas” para atacar a Irán, en su programa nuclear con fines pacíficos y civiles. Esto pese a las negociaciones nucleares entre Teherán y las potencias del mundo.

“El Estado de Israel cree que es algo muy malo que Irán tenga armas nucleares. El mundo debería impedírselo e Israel debería hacerlo. Estamos preparando nuestro plan como corresponde”, indica Gantz.

Asimismo, precisa que están listos para atacar las instalaciones nucleares iraníes, pese a que reconoció que la posibilidad de que la República Islámica llegue a suponer una “amenaza” para Israel “todavía no ha llegado”.

“Ese potencial existe”, pero “en estos momentos, según las estimaciones, todavía no es el caso”, agrega el general israelí.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, afirmó el pasado martes que Irán puede ingresar pronto en una “zona de inmunidad” contra un ataque sionista.

“Las negociaciones entre Irán y un grupo que comprende a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China, Rusia y Alemania pueden prolongarse y perder un tiempo valioso”.

Según una cadena de televisión israelí, la Fuerza Aérea de Israel ya tiene elaborado un plan para atacar las instalaciones nucleares de Irán, en caso de que las sanciones y el diálogo diplomático no generen el efecto de que la República Islámica abandone su programa atómico.

En caso de fracasar las negociaciones, en la misión intervendrán “docenas de aeronaves, aviones de ataque y escolta, buques cisterna para reabastecimiento en el aire, aviones no tripulados de ataque y helicópteros de rescate” israelíes, subrayó el reportero de la cadena de televisión.

Israel posee un número no declarado de ojivas nucleares y, a diferencia de Teherán, no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear ni ha permitido que inspectores de la Agencia de Energía Atómica verifiquen sus instalaciones nucleares.

Por su parte, Estados Unidos ha desarrollado armas nucleares y ha hecho uso de estás contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, a finales de la Segunda Guerra Mundial, así como se ha negado a firmar algún protocolo de desarme.