YOSEF ROMANO

Recientemente, fui a hacerme unos anteojos y se me informó que mi graduación subió. En realidad, es una noticia que provoca un poco de tristeza, ya que es una señal de que los años no pasan en balde. Empero, es una gran lección que D-s me está dando- precisamente que los años van pasando y esto en sí es una enseñanza Divina, hay que acercarse a Él, hay que dedicarse a lo espiritual.

Sin embargo, decidí ver lo positivo: Ya veo muchísimo mejor, distingo los muchos tonos de verde que tienen las hojas de cada árbol. Eso me ha traído un gran goce.

Ahora veo detalles que pasaba por desapercibido anteriormente. Me deleito más en las creaciones del Hacedor. Disfruto más el paisaje.

Creo que es extremadamente importante ver en cada suceso lo positivo. Alguien me dijo, en un tono tristón, “¡otra vez lloviendo!”- pero es un error, hay que ver la bendición Divina que trae la lluvia. No solamente viven las hermosas flores, como las orquídeas, las rosas, los claveles, los girasoles… no solamente se mantienen los árboles de maderas finas, pinos, robles, caobas… no solamente la lluvia trae pasto y comida para los animales que finalmente gozaremos… sino que la lluvia trae vida a nosotros mismos, es una gran riqueza (ni hace falta mencionar la gran variedad de frutas y verduras- desde el apio hasta la zarzamora).

Tal vez sea fácil ver la bendición en la lluvia, en poseer paredes y ventanas en la casa, en tener un auto que nos transporta, en tener visión y olfato, en poseer bienes materiales y espirituales… pero, ¿cómo se ve lo positivo en el desempleo o en una enfermedad (que nadie sepa)? También aquí hay lecciones del Creador: En casos como éstos debemos reflexionar: No somos los todopoderosos que creemos que somos, son mensajes de nuestro Padre Celestial que quiere que estemos más apegados a Él, que lo recordemos en las buenas y en las no tan buenas.

Quiere que lo reconozcamos como nuestro Rey, no está todo en nuestras manos, quiere que le recemos, que nos enfoquemos en todas las demás cosas buenas que tenemos, quizá que disfrutemos más a nuestros hijos, a nuestros cónyuges, que gocemos aquello que tal vez no siempre notamos. Hay momentos de reflexión.

¿Qué quiere de mí mi Creador? Tal vez simplemente que tomemos más en serio la parte espiritual de nuestras vidas. (Esto no significa que la dificultad desaparecerá, sólo que será más fácil vivir con ella.)

No siempre es fácil ver lo positivo, pero creo que es un gran ejercicio que se debe tratar de implementar en la casa desde que los niños son pequeños para que así cuando crezcan estén acostumbrados a hacerlo.

Shabbat shalom.

Por favor, pedir por la pronta curación de Valeria bat Ivonne y de Amelia bat Paulina, gracias.