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La organización norteamericana de derechos humanos Human Rights Watch ha demostrado este martes que, a pesar de vivir en el Siglo XXI, aún existen países anclados en otras etapas de la historia. Concretamente, la asociación hace referencia a Siria, lugar en el que se siguen llevando a cabo torturas como las que se hacían en la Edad Media hace cientos de años

Human Rights Watch ha logrado poner nombre y explicar los brutales métodos de tortura existentes en el país sirio a través de un documento titulado «Archipiélago tortura». El texto, basado en más de dos centenares de entrevistas con prisioneros y desertores de las agencias de inteligencia y seguridad militar de Siria, ha sido elaborado por el investigador noruego Ole Solvang, que ha conseguido establecer además la situación concreta de varios centros en los que se llevaban a cabo estas brutales prácticas.

Los sistemas utilizados para las torturas son múltiples, lo que ha hecho que la organización los englobe en 21 métodos. Entre ellos, se incluyen prácticas como el arrancar las uñas, llevar a cabo violaciones o colgar boca abajo a los prisioneros con la intención de humillarlos. Entre los más brutales destacan:

Shabeh
«El shabeh es una técnica en la que te cuelgan de los brazos y te suspenden en el aire» explica uno de los prisioneros. «Por supuesto es muy doloroso y degradante para nuestra humanidad, pero ellos no tienen respeto por la humanidad» destaca.

Además, en términos de la víctima, mientras les pegaban, los verdugos gritaban: «¿Quieres libertad, quieres democracia? pues éstas son tu libertad y tu democracia».

Dulab
En esta técnica, y según los prisioneros, los torturadores obligan a la víctima a introducirse en un neumático, el cual normalmente está suspendido en el aire, para luego aporrearla. Nuevamente, en éste sistema se unirían el dolor debido a la incómoda posición junto con los golpes.

Torturas a niños
A su vez, también abundan las torturas a niños, como es el caso de Hossam, de sólo 14 años de edad. «Primero me preguntaron el nombre de mi padre, siempre las mismas preguntas» determina el pequeño. «Luego, me llevaron a la sala de interrogatorios y me preguntaron mientras me electrocutaban» explica. «En tercer lugar, después de las preguntas, me sacaron las uñas con unos alicates»

Otros métodos
Otros métodos de tortura incluirían el golpeo en zonas débiles del cuerpo, como explica uno de los supervivientes. «En ocasiones te ponían su porra metálica entre las piernas y te aplastaban los genitales» afirma. «En esos momentos tus gritos son fuertes y acabas diciendo lo que ellos quieren que digas»

Finalmente, otro tipo de maltratos consisten en situar al prisionero en una cruz apoyada en el suelo para luego golpearle e incluso, arrancarle las uñas en un intento de que exponga la información que los verdugos desean.