Enlace Judío México e Israel.- Human Rights Watch se toma un receso en aporrear a Israel para examinar los abusos por parte de Fatah y Hamás.

ELLIOT KAUFMAN

Hay una regla de oro para los palestinos que informan sobre los palestinos: Si no se le puede echar la culpa a Israel, no es noticia. Pero algunas normas exigen ser rotas.

Después de una investigación de dos años y cerca de 100 entrevistas con detenidos, Human Rights Watch dio a conocer un informe la semana pasada documentando la violación grosera por parte del liderazgo palestino de los derechos humanos de su pueblo. Tanto Hamás, el cual gobierna Gaza, como la Autoridad Palestina, que gobierna en la Margen Occidental, están implicados. Los dos grupos conducen arrestos arbitrarios por delitos tan ridículos como comentarios críticos en Facebook y torturan regularmente a los detenidos.

Titulado “Dos autoridades, un camino, cero disenso,” el informe detalla casos de violencia y represión horrorosas. Hamás mantuvo a Fouad Jarada, un periodista acusado de “dañar la unidad revolucionaria,” en una famosa sala llamada “El autobús” durante un mes, obligándolo a estar de pie con los ojos vendados sobre una silla para niños pequeños y a la vez azotándolo con un cable. En la Margen Occidental, los detenidos cuentan sobre ser perforados, pateados, golpeados con bastones, arrojados contra las paredes, y recibir choques eléctricos hasta que confiesan.

Ambas organizaciones palestinas dijeron que rechazan la tortura y consideran que los incidentes que recopiló Human Rights Watch son “casos aislados que son investigados cuando son llevados a la atención de las autoridades, las que ajustan cuentas a los perpetradores.” Pero Human Rights Watch no pudo encontrar un solo funcionario en cualquier jurisdicción condenado por maltratar a los detenidos o hacer arrestos arbitrarios.

“El uso habitual, deliberado, ampliamente conocido de la tortura, usando tácticas similares durante años sin que sea tomada ninguna acción de parte de altos funcionarios en ninguna autoridad para detener estos abusos, hace sistemáticas estas prácticas,” concluye el informe. “Ellos también indican que la tortura es política gubernamental tanto para la AP como para Hamás.” Como esto constituye probablemente un crimen contra la humanidad, Human Rights Watch recomienda que la Corte Penal Internacional abra una investigación.

Fatah, el partido que controla la Autoridad Palestina, puede ser más “moderado” que Hamás en su enfoque hacia Israel, pero es brutal con los palestinos en la Margen Occidental. El informe explica que incluso cuando la autoridad libera detenidos, rechaza a menudo a dar de baja los cargos, dejando detrás un pretexto para arrestos punitivos repetidos para intimidar a los críticos en el silencio. Las leyes redactadas vagamente empoderan también a los funcionarios para detener a los palestinos por pedir expresión libre en Facebook o informar sobre el desempleo. Los delincuentes son entonces retenidos en custodia por semanas por provocar “lucha sectaria” e insultar a las “autoridades más altas.” De igual manera en Gaza, el comentario equivocado en las redes sociales puede resultar en persecución por “mal uso de la tecnología.”

En enero la administración Trump suspendió decenas de millones de dólares en ayuda a la Autoridad Palestina, pero en marzo el Congreso eximió u$s70 millones en ayuda para seguridad. El informe llama a Estados Unidos, Europa y Naciones Unidas a suspender toda financiación para las Fuerzas de Seguridad Preventivas, Servicios Generales de Inteligencia, y Comisión de Seguridad Conjunta de la Autoridad Palestina hasta que las agencias dejen de arrestar a los críticos y de torturar a los detenidos. También pide que Irán, Qatar y Turquía dejen de financiar a Hamás. Buena suerte con eso.

Nadie puede acusar a Human Rights Watch de sesgo anti palestino o pro-Israel. Por años el grupo ha enfocado su crítica desproporcionadamente sobre Israel, acusándola de crímenes de guerra y otras violaciones del derecho internacional. El autor principal del informe de Human Rights Watch, Omar Shakir, el Director para Israel y Palestina, en muchas ocasiones ha acusado a Israel de practicar “apartheid.” El grupo incluso ha recaudado dinero por la oposición que atrae de los grupos pro- Israel.

En lugar de demonizar más a Israel, este informe es pro-palestino en el mejor sentido: Defiende al pueblo palestino de sus líderes autoritarios depredadores. Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, fue electo democráticamente en el año 2005 por un mandato de cuatro años. Él nunca permitió que su pueblo votara nuevamente, y todavía gobierna casi 14 años después.

Aparte del abuso y corrupción, todo lo que el liderazgo palestino ofrece es discurso airado o violencia contra Israel. “Los llamados de los funcionarios palestinos a salvaguardar los derechos palestinos suenan vacíos cuando ellos aplastan el disenso,” dijo el director adjunto del programa de Human Rights Watch, Tom Porteous. Han pasado 25 años desde que los Acuerdos de Oslo instituyeron algún gobierno propio palestino en la Margen Occidental y 13 años desde que Israel evacuó la Franja de Gaza. Donde los palestinos tienen autonomía, dice el Sr. Porteous, “ellos han desarrollado estados policíacos paralelos.” Naturalmente, Human Rights Watch y otros críticos castigan a Israel por fallar en dar más autonomía a los palestinos.

En medio de la presión para crear un Estado palestino, lo más fácil de hacer es ignorar las señales de advertencia que la independencia hoy resultaría en aun más tiranía y derramamiento de sangre.

 

 

*Elliot Kaufman es el becario de Joseph Rago del Journal.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México