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Negocio o respeto a la libertad religiosa. El debate está abierto después de la decisión tomada ayer por la FIFA de autorizar que las mujeres puedan jugar al fútbol con velo islámico en sus competiciones oficiales.

La medida anunciada en Zurich -y adoptada tras recibir el voto positivo del “Board”, el único organismo autorizado para modificar las reglas del fútbol- desató la euforia en los círculos oficiales de casi todos los países del Golfo, en particular los deportivos.

“No vamos a ser lanzadas al estrellato mundial, pero la decisión consagra el respeto a las diferentes religiones”, declaró a France Presse la presidenta de la comisión del deporte femenino de Kuwait, la jequesa Naima Al Sabah. Declaraciones similares se produjeron en Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. “El número de mujeres que jugarán al fútbol se va a disparar”, dijo el responsable de fútbol femenino de Qatar, Hani Ballan, que añadió: “Las familias van a poner ahora todo de su parte, una vez que saben que se respetará la identidad musulmana”. Qatar organizará los Mundiales de Fútbol de 2022.

Omán -que no cuenta con equipo femenino de fútbol- y Arabia Saudí -que prohíbe de modo terminante toda actividad deportiva pública de la mujer- se abstuvieron de hacer comentarios sobre la decisión de la máxima instancia del fútbol mundial.

La medida de la FIFA se produjo después de “certificar que el uso del velo en las competiciones deportivas no pone trabas a la seguridad”.

El uso del velo como factor religioso es motivo de debate entre los teólogos musulmanes. Propio en particular de las sociedades árabes del Golfo Pérsico, se convirtió en símbolo de afirmación islámica con el triunfo de la revolución iraní en 1979, y ha vuelto a conocer un impulso en las grandes urbes desde el comienzo de la llamada Primavera Árabe.

En términos financieros, la desaparición de esa traba para que las selecciones femeninas árabes participen en las próximas competiciones –para empezar, los Juegos Olímpicos- va a ser también un factor revolucionario para las arcas de la FIFA y para el negocio deportivo.