REFORMA

15 septiembre 2012.- La difusión de la película que detonó una ola de protestas antiestadounidenses en países de Medio Oriente no fue fortuita sino que tenía la clara intención de irritar a una población en específico, señala el profesor Mauricio Meschoulam, internacionalista y académico de la Universidad Iberoamericana.

En entrevista con REFORMA, Meschoulam apunta que detrás de la divulgación habría una alianza entre los coptos cristianos que viven en Estados Unidos con los de Egipto.

“El contenido, el diálogo muestran a un profeta Mahoma como un violador de niños, como un mentiroso, como un ladrón (…) es claramente ofensivo”, describe.

A ello se suma, la publicación y promoción del video por parte del polémico pastor estadounidense Terry Jones en su sitio de Internet, el, de acuerdo con Meschoulam, tiene bastante difusión.

“La intención claramente era meterlo a Egipto con la traducción árabe”, resalta.

El trailer de la película La inocencia de los musulmanes lleva aproximadamente dos meses en el sitio de videos YouTube pero fue hasta hace aproximadamente 10 días, según el académico, que fue traducido a la lengua árabe, lo que supuso su masificación. Los medios de otros países árabes aparentemente replicaron lo que veían estaba causando furor en Egipto.

De acuerdo con el académico, el contenido del video prendió la mecha en el sentimiento antioccidental arraigado en la población musulmana, depositando su furia en las sedes diplomáticas estadounidenses.

“Automáticamente hallan un destinatario, empieza en Egipto por parte del grupo de manifestantes conocidos como los ultras”, explica.

Las protestas que estallaron en Egipto y hasta hoy se han reproducido en países más alejados de la región como Sudán e Indonesia, se registraron con violencia en Libia, donde el Embajador de Estados Unidos Christopher Stevens y tres diplomáticos más fallecieron el martes cuando un grupo de hombres armados atacó el Consulado ubicado en la ciudad de Benghazi.

En un inicio Washington señaló la posibilidad de que el ataque hubiera sido planeado y que las manifestaciones por la película fueron sólo el pretexto. Incluso se habló de que grupos pro Al-Qaeda estarían detrás.

Si bien, ninguna de estas teorías ha cobrado avance, Meschoulam señala que el caso de Libia sí podría llegar a ser una excepción debido a la situación en la que se encuentra el país tras la caída de Muammar Gaddafi.

El académico recuerda que las milicias que fueron proveidas de armas durante la revuelta contra el coronel aún permanecen armadas.

“Libia es un estado verdaderamente débil (…), en Libia no hay un Estado sólido que pueda monopolizar la violencia”, explica.

Ayer, al honrar a los diplomáticos fallecidos, el Presidente Barack Obama aseguró que el país resistirá ante la violencia, y exclamó que los Gobiernos de los países donde se han registrado las manifestaciones de odio tienen la obligación de garantizar la seguridad del personal estadounidense.

Al respecto, Meschoulam señala que pese a que todos los gobiernos están obligados a proteger las sedes diplomáticas extranjeras, la Primavera Árabe dejó como lección que no es fácil dispersar a una multitud enardecida.

“Es una sociedad que ya experimentó lo que significa estar en la plaza pública, tienes un contexto de manifestaciones y protestas por otros motivos, otros factores, pero ya lo vivimos, en muchos de estos países los Gobiernos no se van a aventurar a reprimir manifestaciones que en este caso están defendiendo al islam, que muestran enojo por un video que claramente los ataca”, comenta.