NELLY HUSNY SMEKE

La intolerancia y la censura hacia cualquier tipo de libertad son la muestra principal de un primitivismo y retroceso hacia el mundo antiguo. La libertad de expresión es, según una resolución de la Suprema Corte de Justicia Norteamericana, tolerar y aceptar lo que mas se detesta, lo que mas molesta o incluso hiere.

Siguiendo esta premisa, se puede concluir, que las manifestaciones violentas que se están dando en el mundo musulmán, a raíz, de la propagación de la película norteamericana y las caricaturas francesas, que atacan al profeta Mahoma y en si, a la religión musulmana, son simple y sencillamente actos de salvajismo puro y genuino.

Nada en este mundo justifica la furia, el terror y la violencia que estos yihadistas están generando. El mundo moderno y civilizado debe darse cuenta del gran problema que esta población representa para la estabilidad y la paz internacional.

El fanatismo y el poder de convocatoria que los grupos extremistas, integristas y fundamentalistas islámicos poseen para movilizar masas, y cometer asesinatos a sangre fría, es, simplemente inadmisible.

Los ataques en contra de sedes diplomáticas americanas y francesas alrededor del mundo no deben tolerarse ni ser minimizados. No son las formas adecuadas para expresar su inconformidad y exigir, por parte de occidente, respeto y entendimiento a su cultura y religión.

Un mundo liberal debe ser intolerante con los intolerantes, porque esos grupos terminan afectando las dinámicas de las sociedades modernas, conduciendo al caos, al terror y a la esclavitud. El mundo moderno y civilizado que promueve la tolerancia y la libertad, debe encontrar las formas adecuadas de frenar y limitar estos actos bestiales y ancestrales.

La escala de violencia islámica manifiesta, nuevamente, su incapacidad para convivir y coexistir pacíficamente con sus opuestos. Ahora los actores internacionales involucrados o simplemente los aliados de éstos, se ven obligados a poner en marcha diversos programas de inteligencia y seguridad nacional e internacional para prevenir o sofocar cualquier atentado terrorista en contra de su territorio.

Estos yihadistas esperan cualquier momento, cualquier pretexto, para incitar a la violencia y a la destrucción. Sus comportamientos salvajes, bestiales e irracionales, demuestran una realidad que provoca mayor rechazo y mayor temor hacia estos grupos atrasados, intolerantes y con sed de sangre. Esto ya se ha manifestado en diversas ciudades de Estados Unidos, en donde se esta haciendo una propaganda en los medios de transporte pro Israel y anti terroristas islámicos.

Se ha logrado, abrir más, la brecha entre Occidente y Oriente. Se hace mas evidente que la “guerra de civilizaciones” como bien lo “presagió” Samuel Huntington está por llegar.