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Los países de la Unión Europea están preparando un embargo a las importaciones de gas procedentes de Irán con el objetivo de aumentar la presión sobre Teherán en relación con su polémico programa nuclear, indicaron hoy fuentes diplomáticas.

El objetivo de los Veintisiete es que estas nuevas sanciones estén listas para ser aprobadas oficialmente en la próxima reunión de ministros de Exteriores del bloque, que se celebrará el día 15 en Luxemburgo, explicaron.

La medida, sobre la que un Estado miembro aún mantiene reservas, se sumaría al embargo total al petróleo iraní que los Veintisiete aplican desde julio y a otras sanciones en diversos ámbitos destinadas a presionar al régimen persa para que acceda a cooperar con la comunidad internacional en relación a su programa nuclear.

Según explicaron las fuentes, actualmente la UE no importa gas directamente de Irán y el poco que entra en el bloque lo hace a través de terceros países, como Turquía, por lo que el impacto de la medida estaría lejos del que tuvo el embargo petrolero.

El difícil control sobre esas importaciones vía terceros países es una de las cuestiones que están analizando los expertos comunitarios antes de cerrar el acuerdo, indicaron.

Según las mismas fuentes, sí hay ya un acuerdo cerrado entre los Veintisiete para que las nuevas sanciones apunten a cuatro sectores: el energético, el de los transportes, el financiero y el comercial; aunque no quisieron entrar en más detalles sobre otras posibles medidas.

El pasado 7 de septiembre, en la última reunión de los titulares de Exteriores, los Veintisiete ya se comprometieron a estudiar nuevas medidas para endurecer la postura ante Teherán, algo que demandaron con especial interés Francia y el Reino Unido.

Desde entonces, representantes de los Estados miembros en Bruselas y expertos comunitarios han trabajado en la preparación de un nuevo paquete, con vistas a su adopción el 15 de octubre.

En paralelo a las sanciones, la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, representa al Grupo 5+1 (los miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) en las discusiones que la comunidad internacional mantiene con Irán y que a lo largo de este año han logrado pocos avances.

La UE sigue esperando que Irán acceda en las negociaciones a poner sobre la mesa pruebas claras de que su programa nuclear no tiene fines militares.

Entre otras cosas, las potencias occidentales exigen a Irán que cese el enriquecimiento de uranio al 20 % y traslade sus reservas de este material al extranjero, algo a lo que los iraníes se oponen.

El uranio enriquecido al 20 % no es útil para fabricar armas atómicas, que lo precisan al 90 %, pero algunos países creen que Irán lo podría usar como precursor para un posterior mayor enriquecimiento.

La pasada semana, Israel volvió a dar la señal de alarma en la Asamblea General de la ONU y aseguró que Teherán podría dotarse de armas nucleares en menos de un año.

El Gobierno israelí ha sugerido en varias ocasiones durante los últimos meses la posibilidad de atacar las plantas nucleares iraníes para frustrar su programa si Teherán no detiene el desarrollo atómico. EFE