BENJAMÍN LAUREANO LUNA

La mañana del sábado 6 de octubre, la población israelí se mantuvo alerta, al saber que un pequeño y misterioso avión penetró el espacio aéreo de Israel procedente del Oeste. Desde su vuelo sobre el Mediterráneo fue detectado, luego voló sobre Gaza y llegó a Israel, con diversos propósitos: hacer creer que Gaza atacó a Israel; detectar la capacidad de Israel para localizar vuelos inesperados procedentes del Mediterráneo; comprobar el nivel de defensa israelí.

Pero Israel estuvo monitoreano el vuelo de la nave, minuto a minuto, desde que se encontraba en el Mediterráneo, su llegada a Gaza y su entrada al espacio aéreo israelí, en donde le esperaban naves de guerra israelíes, que lo escoltaron hacia el desierto del Néguev, en donde no hay habitantes y en ese lugar, aviones F161 lo derribaron, quedando regados sus restos en un área muy amplia, comprobándose que no llevaba explosivos, pues su fin fue provocar y explorar para detectar la calidad de defensas israelíes.

El avión no llevaba tripulante (drone). Es de fabricación iraní. Teherán teme que sus instalaciones nucleares subterráneas sean bombardeadas. Por ello le urge desviar la atención israelí hacia Gaza, para que el Gobierno de Jerusalén desencadene una ofensiva contra los palestinos de Hamás y Yihad Islámica, cuerpos armados con 20,000 cohetes: unos de fabricación artesanal; ootros adquiridos en Libia, cuando se colapsó el régimen de Muamar Gadafi y otros producidos en Irán, llevados a Egipco y contrabandeados a Gaza a través de 1200 túneles.

Aún se escuchan los ecos del discurso “humanista”, “pacifista” y “renovador” de las estructuras de las Naciones Unidas, pronunciado por Majmud Hajmadineyad, Presidente de Irán y también Presidente de los 120 Estados No Alineados, que acaban de sesionar en la Cumbre, en Teherán, en cuya Conferencia acordaron establecer en las Naciones Unidas el principio: “Gobernabilidad Global Conjunta”. Ajmadineyad se presentó como “religioso”, por ello invocó en diferentes momentos el nombre de Alláh y reclamó una ONU que permita hacer justicia para llegar a la Paz.

El envío del avión no tripulado a Israel es una demostración de la justicia y paz que propugna Ajmadineyad.