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El Tribunal Constitucional de Egipto tenía previsto pronunciarse hoy sobre la validez de la Asamblea Constituyente que el jueves aprobó una nueva Carta Magna –la sharía o ley islámica sigue siendo la base fundamental de la legislación- y la entregó al presidente Mohamed Morsi para que la someta a referéndum. Finalmente, no habrá tal decisión. Una protesta de los seguidores del presidente islamista alrededor del tribunal han obligado al Tribunal a posponer su fallo, un fallo que tampoco iba a servir de nada después del decreto que la semana pasada emitió Morsi, que impide que cualquier institución del Estado anule sus decisiones.

“[Los jueces] anuncian la suspensión de las sesiones del tribunal hasta que puedan proseguir con sus mensajes y resoluciones sin presiones psicológicas o materiales”, ha manifestado la corte en un comunicado. “El tribunal”, prosigue la nota, “manifiesta su profundo pesar y dolor hacia los métodos de asesinato psicológico de los jueces”.

Según han informado medios locales citados por la agencia Reuters, varios cientos de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, el grupo islamista al que pertenece Morsi y cuyo partido es mayoritario en el Parlamento, se han concentrado desde primera hora del día a las puertas del Constitucional gritando consignas que exigían la “purga de la judicatura”.

El Tribunal no ha especificado cuando emitirá finalmente su dictamen ni si lo hará siquiera.