RODICA RADIAN-GORDON/EXCELSIOR

En diversas ocasiones a lo largo del año pasado escribí acerca de iniciativas israelíes relacionadas con los Objetivos del Desarrollo del Milenio definidos por las Naciones Unidas. En particular, llamé la atención sobre el hecho de que, cómo uno de los países líderes en ciencia y tecnología, Israel promovió en 2011, por tercera ocasión, una resolución en materia de tecnología agrícola para el desarrollo, enfocada en las mujeres del sector rural, seguridad alimentaria, cambio climático y agricultura verde.

Este año Israel promovió una nueva resolución llamada Iniciativa Empresarial para el Desarrollo, la cual pretende contribuir con el desarrollo sustentable a la creación de empleo e impulsar el crecimiento económico y la innovación, para enfrentar así parte de los desafíos de la pobreza. El pasado 7 de diciembre esta resolución, promovida por un grupo de 97 países, entre ellos México, fue adoptada por una mayoría de 129, en el marco de la Comisión de Economía y Finanzas de la ONU (Segunda Comisión).

Dicha resolución se basa en un creciente consenso sobre el rol crítico del emprendimiento en el desarrollo económico. Pero más allá del aspecto económico, los beneficios de alentar el emprendimiento se reflejan en el empoderamiento de los individuos, que luego buscan mejores niveles educativos y mejores condiciones de vida para ellos y sus hijos. De este modo, tiene el poder de ayudar a construir sociedades en donde las personas adquieren la confianza, las herramientas y el deseo de resolver los problemas que ven a su alrededor.

Además, la resolución llama la atención de gobiernos, sociedad civil, academia y sector privado en el importante rol que tienen en apoyar al emprendimiento y habilitar a individuos para ejercer sus talentos. En especial en países en vías de desarrollo, los aspirantes a emprendedores se enfrentan con retos y dificultades que surgen de marcos regulatorios difíciles, de una carga burocrática, una falta de apoyo financiero o la presencia de barreras sociales inminentes.

En su discurso, el embajador israelí ante la ONU, Ron Prosor, destaca que “la experiencia israelí muestra que la gente es el recurso natural más valioso de un país. En sólo seis décadas Israel se ha convertido de ser un país en vías de desarrollo, en uno país start-up… Estos logros no son accidentales. Son el resultado de una estrecha colaboración entre emprendedores y gobierno, y surgen de una cultura que premia la toma de riesgos, acoge el empoderamiento y alienta la imaginación”.

A lo largo de los años Israel, a través de su Agencia Internacional de Cooperación y Desarrollo (MASHAV) y en colaboración con la Organización de Estados Americanos y el Young Americas Business Trust (YABT), ha organizado muchos talleres de Laboratorios Empresariales enfocados en jóvenes y mujeres en particular (hace un año, el 1/12/2011, escribí en esta columna sobre el Taller organizado en Querétaro). MASHAV y YABT han estado comprometidos en apoyar el espíritu emprendedor y las habilidades empresariales de éstos, ofreciéndoles herramientas para iniciar o expandir un emprendimiento y luego transmitir sus conocimientos en sus comunidades.

Por su parte, la Iniciativa Empresarial para el Desarrollo completa y añade un escalón muy importante a los esfuerzos hoy existentes, a través del compromiso asumido por una gran mayoría de gobiernos