Los judíos de Yemen acostumbraban (y hay quienes acostumbran hasta hoy en día) envolverse en un talit grande. Los más rápidos van temprano a la sinagoga y leen en conjunto el Cantar de los Cantares y cinco capítulos de Salmos.

Las mujeres de Kurdistan acostumbraban a cubrir las jalot de Shabat con dos manteles, uno encima y otro por debajo, como la maná. También acostumbraban a olfatear antes del kidush ramas aromáticas y bendecir sobre ellas la bendición del aroma.

Los judíos de Marruecos acostumbraban los viernes a leer la lectura semanal, “shnaim mikrah veejad targum” (cada versículo dos veces y luego la traducción de Unkelus al arameo). Al encender las velas se va a la sinagoga y se lee el Cantar de los Cantares. Así también acostumbran los seguidores de Jabad.

En Jerusalem se acostumbraba a resonar la trompeta en vísperas de Shabat, 40 minutos antes de la puesta del sol para aligerar al público a cerrar sus negocios y que se prepare para el Shabat.

Los judíos de Libia acostumbran a cantar en coro, antes de las comidas o después, el poema del Shabat: “Bar Iojai”, “Iom shabat en kamou” y “ia ribon olam”. Muchos madrugan y se dirigen a la sinagoga para leer capítulos de Salmos.

SHABAT SHALOM LE KULAM