MIGUEL ÁNGEL BENEDICTO/ATENEA DIGITAL.ES

“Nunca nos aburrimos”, podría ser el lema del Estado del Israel, según un profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el día que se alcance la paz. Y es que la seguridad de la población judía sigue siendo el principal leitmotiv de la política israelí. Durante la campaña electoral se ha comentado que los problemas sociales y económicos eran las cuestiones prioritarias. Sin embargo, cuando surge un problema en alguna de las fronteras con los países árabes los asuntos sociales desaparecen de la agenda ciudadana.

En los 64 años de historia del Estado de Israel la seguridad ha sido la principal preocupación como demuestra el peso que tiene la defensa en el presupuesto del gobierno o en el 53% de la opinión pública. La reciente operación militar en Gaza, Pilar Defensivo, por el terrorismo de Hamás y la Yihad, la posibilidad de un Irán nuclear a corto plazo, los efectos de la Primavera Árabe en Siria y Egipto así como el reconocimiento de Palestina como estado en Naciones Unidas; son amenazas suficientemente potentes para dejar en un segundo plano los problemas sociales con los ultraortodoxos y su futura incorporación al Ejército o los retos económicos relacionados con el aumento del precio de la vivienda o los alimentos que sacaron a la población a la calle en el verano de 2011.

Sistema político fragmentado

El sistema de partidos israelí está muy fragmentado por el distrito único y una población pequeña y dispersa que se ha ido sedimentando con una inmigración variada con intereses distintos que tienen que estar representados. El umbral electoral está en el 2%. De este modo, de los 34 partidos que inician la contienda electoral cerca de 15 conseguirán representación parlamentaria.

Ningún partido político ha alcanzado nunca la mayoría absoluta de 61 escaños en la Knesset. Los gobiernos siempre han sido de coalición y estas elecciones no van a ser la excepción. Pese a que la coalición de centro-derecha entre Likud e Yisrael Beitenu lleva ventaja, las encuestas no les dan más de 38 diputados, 4 menos de los que sacaron por separado en los comicios de 2009.

Israel apuesta por la seguridad y el crecimiento

Los israelíes apuestan por la seguridad y el crecimiento económico. Y en los bloques políticos a derecha e izquierda del espectro, Netanyahu vuelve a ser el candidato favorito para mantener esos objetivos.

Los gobiernos israelíes no suelen durar mucho más de dos años sin pedir elecciones anticipadas. El del Likud ha sido un poco más extenso, hasta que tuvo que convocarlas el pasado mes de octubre por la incapacidad de aprobar el presupuesto y la deuda de 40.000 millones de shekels, el doble de la prevista.

Los logros de Netanyahu

Pese a ello, Netanyahu parte con ventaja porque el desempleo no llega al 6% y el país es un modelo en el mundo de la innovación y las start ups. Además ha conseguido que, desde 2009, no haya muertos por atentados suicidas o la liberación del soldado Shalit.

Durante el mandato del líder del Likud, Israel no ha sufrido las consecuencias de la Primavera Árabe, salvo el distanciamiento de Egipto y, previamente, de Turquía. Asimismo, ha conseguido que se endurecieran las sanciones internacionales a Irán desafiando a Obama con más asentamientos.

En el debe de Netanyahu estaría la pérdida de apoyo de la UE, la elección de Palestina como estado de la ONU o el ascenso del conservadurismo de Natftali Benett, que representa el sector religioso sionista de la derecha israelí, que se opone a un estado palestino y justifica los asentamientos en Cisjordania.

Por otra parte, el socio político del Likud, Avigdor Lieberman, está siendo investigado por los tribunales por abuso de confianza y blanqueo de dinero, lo que le podría obligar a dejar la política. Aun así cuenta con el apoyo de los judíos procedentes de la antigua URSS que son el 15% de la población. Mientras, Netanyahu debería pensar en recomponer su coalición con partidos del centro izquierda o seguir con los partidos religiosos y la derecha más extrema.

La izquierda también están de capa caída debido al derrumbe de los laboristas, que se han convertido en un partido de clase alta, y a la proliferación de partidos de centro como Kadima. La campaña del líder laborista Yachimovich se ha centrado en temas económicos y es más moderado que la derecha respecto a los palestinos y las concesiones territoriales.

Aun así, en asuntos como la seguridad del país apenas difieren los grandes partidos y, frente a la amenaza de Irán, hay un acuerdo tácito en la población para defenderse del enemigo nuclear, lo que saca el asunto del debate electoral.

Israel es como un péndulo que se mueve entre la amenaza a la seguridad y la política. Y en estos comicios, Netanyahu, según las encuestas, es el más popular y en el que más confían los israelíes para mantener un estado judío, democrático y seguro.