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RTV.ES

19 de febrero 2013.-Debido a las presiones recibidas, el Gobierno de Israel ha levantado parcialmente el secreto de sumario sobre la muerte del “Prisionero X”, el inmigrante australiano que se suicidó en 2010 encarcelado por un delito de alta traición.

Las declaraciones del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu han sido la primera confirmación del asunto que sacó a la palestra una televisión australiana.

Uno de los abogados del preso Ben Zygier ha sido vinculado con el Mosad, dando pie a las especulaciones de que Zyegier, judío de 34 años procedente de Melbourne, hubiera sido arrestado y mantenido en régimen de aislamiento bajo sospecha de haber traicionado a la agencia de espionaje.

“Tras muchos informes, la oficina del primer ministro enfatiza que el Sr. Zygier no tenía conexión con los servicios y organizaciones de seguridad de Australia”, han asegurado fuentes oficiales.

Además, señala que Israel y Australia comparten una “excelente cooperación, completa coordinación y total transparencia en lo relativo a los asuntos que están en la agenda”

Los grupos de derechos humanos y algunos legisladores de Israel, en protesta por la censura estatal que ha restringido los informes de los medios locales, han exigido saber si los derechos de Zygier fueron violados durante sus meses de encarcelamiento, aislado de otros presos, y si su muerte se pudo haber evitado.

El suicidio de Zygier

Por estos motivos, un juzgado israelí ha autorizado que se haga pública la investigación, completada hace unos meses, que explicaba que Zygier se suicidó colgándose con una sábana en su celda.

La investigación concluyó que el prisionero se suicidó enrollando y humedeciendo una sábana alrededor de su cuello, la ató a las barras de la ventana del baño y se ahorcó.

Medios israelíes han informado de que ese área del baño no estaba cubierta por las cámaras de seguridad, por motivos de privacidad. Sin embargo, el circuito cerrado sí transmitía imágenes de otras partes de la celda de aislamiento.

En base a las pruebas médicas y psicológicas, la jueza Dafna Blatman-Kardai ha dicho que “la entrada de la celda estaba monitorizada por cámaras! y que el material examinado muestra que “nadie intervino en la muerte del preso”.

Además ha añadido que la familia, que no ha comentado el asunto públicamente, ha estado de acuerdo con las conclusiones.

“Se ha encontrado una pequeña cantidad de sedante en su sangre, pero no había alcohol ni drogas. Esto no cambia mi decisión (…) sobre la causa de la muerte”, ha afirmado un experto en medicina forense.

Esas peticiones han tenido su eco en Australia, donde los medios han indicado que Zygier habría sido acusado de traicionar a las misiones del Mosad para los servicios de espionaje a Canberra.

Acusaciones de negligencia

En su informe, la jueza ha indicado que había pruebas evidentes de negligencia por parte de la Autoridad de Prisiones, ya que había recibido instrucciones especiales de supervisar al prisionero para evitar, precisamente, un posible suicidio.

Un portavoz del Ministerio de Justicia ha dicho que los fiscales estatales decidirán si presentan cargos.

Según una fuente de Reuters, Israel ha instalado, desde entonces, detectores biométricos en los lavabos de los prisioneros de alto riesgo, diseñados para avisar a los miembros de seguridad en tan sólo unos segundos si detectan ausencia de respiración o alguna otra alteración peligrosa.

El Ministro de Seguridad Interior israelí, Yitzhak Aharonovitch, ha dicho al Parlamento que “el prisionero había recibido frecuentes visitas familiares” y que “había sido supervisado por los sistemas de tratamiento y apoyo de salud mental, tanto internos como externos al centro”.

Zygier gozaba de estabilidad mental

Avigdor Feldman, un abogado israelí al que recurrió Zygier, ha afirmado que poco antes de su muerte el australiano
habló de “graves cargos” en los que había sido imputado, y de la posibilidad de un acuerdo con el fiscal.

“Yo me reuní con una persona equilibrada (…) que estaba sopesando racionalmente sus posibildades legales”, comentó Feldman a la televisión israelí, añadiendo que Zygier había negado los cargos que había sobre él.

“Sus interrogadores le advirtieron de una larga estancia en prisión y del ostracismo de su familia y la comunidad Judía. Intentaron ponerle contra las cuerdas por todas las vías posibles y supongo que eso finalmente le empujó al trágico final”.

Feldman se negó a comentar el informe aparecido en un periódico que señalaba que Zygier habría sido condenado a entre 10 y 20 años de prisión. El viceprimer ministro Dan Meridor calificó la muerte de Zygier de “tragedia”, pero afirmó que su tratamiento fue justificado.