THANYA ASSE PARA ENLACE JUDÍO

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En estos momentos me encuentro de Hajshará en Israel. Estoy segura que, al igual que yo, muchos jóvenes que se encuentran viviendo esta experiencia la ven como una oportunidad de crecimiento y madurez; como un viaje para encontrarse a ellos mismos y para conocer un poco más sobre Israel en sus múltiples y diferentes aspectos. Es por esta razón, que es difícil ver que la mayoría de los jóvenes de la comunidad judeo-mexicana que se encuentran aquí, han perdido, o más bien, le han quitado el sentido a la Hajshará.

Cuando antes la Hajshará se aprovechaba como unos meses lejos de casa y de los padres para aprender y hacerse responsable de uno mismo, hoy esta ruptura con la rutina y la separación de la cultura en la que vivimos se ha convertido en un desfile de excesos: el dinero, el alcohol, el cigarro, la narguila, el juego… Es sorprendente ver cómo esta gente no se cansa de hacer lo mismo día con día, como desvelarse noche tras noche consumiendo altos niveles de alcohol se ha convertido en su única actividad por los últimos dos meses.

Yo siempre he sido de esas personas que “defienden” la Hajshará, sigo creyendo que es importante que los jóvenes judíos vivan esta experiencia y sé que a pesar de todo, seguimos siendo varios los que aprovechamos esta experiencia como se debe. Sin embargo, la apatía que caracteriza hoy en día a la juventud ha hecho que ya ni los mismos programas de Hajsharot que existen puedan combatir contra este fenómeno. Pero, ¿cómo pueden ellos tratar de infundir valores, cuando la carencia de los mismos viene desde la casa?

Las personas de Sudamérica (Brazil, Argentina, Uruguay, etc.) que he conocido dentro del plan en el que estoy se sorprenden al ver lo irrespetuosos, irresponsables y prepotentes que somos. Varias de estas personas me clasifican como “una Mexicana ‘No Mexicana'”. A sus ojos, esto es un cumplido, ya que “el mexicano” que ellos han llegado a conocer aquí es una persona carente de valores, que bebe y fuma todo el día y que vive a pesar de todo y de todos; la ven como alguien que no vino de “Hajshara”, sino que viajó seis meses a perderse en los excesos evadiendo toda responsabilidad. Para mí, el que me llamen así me da vergüenza. Me apena saber la imagen que la comunidad judeo-mexicana esta dejando en la demás gente, en el mundo. Duele percatarse del estereotipo que se ha creado de nosotros; duele que sea raro encontrarse con “una Mexicana ‘no Mexicana'” ya que la mayoría de la gente entra dentro del estereotipo previamente mencionado, estereotipo que, tristemente, es una realidad.

Es mas triste aun darse cuenta que no solo los jovenes de nuestra edad se han creado esta imagen, sino que la mala disposicion e irresponsabilidad de los jovenes de nuestras comunidades en Mexico ha llegado mas lejos hasta alcanzar instituciones israelíes causando que se les cierren las puertas a las proximas personas que vienen de Hajshará. Hoy en dia existen Kibutzim que no aceptan mexicanos especificamente, tambien hay programas en los que por ser Mexicano se te tiene mala fe y no se te dan las mismas oportunidades que a personas de otros paises, los mexicanos se enfrentan a mas obstaculos al querer encontrar un empleo… La mala imagen que han dejado generaciones de Hajsharot pasadas, es una limitante para las personas que hoy en dia estamos de Hajshará y nos vemos afectadas directamente, impidiendo que vivamos esta experiencia como deseariamos.

Viendo este tipo de actitudes de parte de los jovenes de la comunidad judia de Mexico me pregunto, ¿donde esta la educacion? ¿Dónde estan los padres? Porque son los mismos padres los que pagan por la Hajshará de sus hijos, pero se ciegan ante la realidad de que sus hijos no estan haciendo nada mas que perderse en los vicios. Son los padres los que mandaron a sus hijos llenos de dinero, pero vacios de valores. En ellos cae la responsabilidad de educar a los jovenes ahora y en las futuras generaciones para eliminar la imagen del judio mexicano prepotente e irrespetuoso que se ha formado en el pasado. Éste sera un trabajo dificil, ya que dicha imagen se ha estado formando ya por varios años, pero no me parece justo ni aceptable que se sigan teniendo este tipo de comportamientos que solo crean una imagen negativa hacia nosotros y que poco a poco van distorsionando los valores que como padres, se deberian de estar inculcan

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