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ANDRÉS ROEMER/LA CRÓNICA

Esta semana me reuní con mis colaboradores de Poder Cívico. En una de esas juntas largas, luego de muchos temas y opiniones, y luego de que gente salía y entraba de la sala de juntas empezaron las ocurrencias. Empezamos a soñar con los ojos abiertos y a imaginar escenarios que no suceden ni sucedieron, pero que resulta divertido y retador preguntarse.

Entonces, pregúntese ¿qué pasaría si… un diputado sueco se despierta en la Cámara de Diputados en México y viceversa? ¿Si Sócrates viajara a través del tiempo y se encontrara con el CERN en Suiza? ¿Si nos fuera imposible mentir? ¿Si fuéramos eternos? ¿Si las cárceles fueran internados escolares? ¿Si nos diéramos cuenta de que nuestras vidas ya están escritas y no hay tal cosa como la libertad de elegir? ¿Si tomar agua fuese un pecado? ¿Si leer fuese prohibido? ¿Si tuviéramos dos bocas y un solo oído? ¿Si nos enseñaran a beber alcohol con moderación y por placer desde el kínder? ¿Si fuese probado que no existe el paraíso, ni el infierno, ni el alma ni otras vidas? ¿Si la riqueza sea midiera por el número de gente que uno ama? ¿Si los celos no existieran? ¿Si las drogas ilícitas fueran legales? ¿Si la vida en verdad no tuviera sentido? ¿Si la sexo no fuera divertido? ¿Si la monogamia fuera un mito? ¿Si el respeto a los derechos humanos fuese parte de nuestro instinto biológico? ¿Si amor no doliera? ¿Si no necesitáramos enemigos ni chivos expiatorios? ¿Si la gula y la lujuria fueran virtudes en lugar de pecados? ¿Si la religión fuera mala para la humanidad? ¿Si la demagogia fuese punible como acto de corrupción? ¿Si a los animales les preocupara lo que otros piensan de ellos? ¿Si a los osos les afectara tener unos kilitos de más? ¿Si los espejos pudieran hablar? ¿Si por ser impuntual uno tuviera que pagar una multa? ¿Si no existieran las calificaciones? ¿Si hubiera un mercado de sentimientos? ¿Si hubiera una sola moneda? ¿Si los aztecas hubieran conquistado Europa?

¿Si no hubiera fronteras? ¿Si todo el mundo hablara el mismo idioma? ¿Si los niños rigieran la política educativa? ¿Si hubieran lanzado la bomba atómica tres millas en el mar en lugar de en Hiroshima y Nagasaki? ¿Si Hitler hubiera sido aceptado a la Academia de Bellas Artes de Viena (al cual solicitó admisión)? ¿Si supiéramos el día en que vamos a morir? ¿Si la tecnología tuviera límites? ¿Si Einstein hubiera nacido en México? ¿Si tuviéramos un cuaderno con nuestro futuro escrito en él, lo leerías? ¿Si se probara vida en otros planetas? ¿Si los humanos pudieran tener relaciones sexuales consecutivas sin límite? ¿Si no necesitáramos dormir para sobrevivir? ¿Si no engordáramos al comer chatarra o chocolates? ¿Si California y Texas siguieran siendo parte de México? ¿Si Napoleón hubiera conquistado Rusia? ¿Si las relaciones sexuales fueran un tabú? ¿Si andar desnudo no fuera en contra de la moral pública? ¿Si no existiera el sentimiento de culpa? ¿Si lo hombres se pudieran embarazar? ¿Si todos tuviéramos los mismos rasgos físicos? ¿Si los hombres no le pudieran ver la boca a las mujeres? ¿Si la vida empezara por la vejez? ¿Si no nos reprodujéramos a través del sexo? ¿Si no existiera la gente supersticiosa? ¿Si el petróleo fuera renovable? ¿Si el 50% del gabinete ampliado estuviese compuesto por mujeres? ¿Si como fuera evidentemente detectable la corrupción, como la orina en una alberca? ¿Si pudiéramos elegir el sexo o características de los bebés? ¿Si el sentimiento del amor se pudiera comprar? ¿Si existiera una droga que nos hiciera más inteligentes? ¿Si siempre todos dijéramos lo que pensamos? ¿Si pudieras demandar a tu jefe si te busca a horas de descanso? ¿Si el jefe fuera hoy el empleado y el empleado el jefe? ¿Si fueras policía en tu ciudad? ¿Si fuera no fuera reprobada la poliandria y la poligamia? ¿Si te reencontraras con el niño que fuiste? ¿Si la vida fuera un sueño? ¿Si el desamor no doliera? ¿Si los sacerdotes se pudieran casar? ¿Si al casarse se jurara “hasta que el amor se nos acabe” en lugar de “hasta que la muerte nos separe”? ¿Si la ciudad de México fuera sitiada hoy? ¿Si pudiéramos cambiar unos kilos de envidia por kilos de generosidad?

¿Qué pasaría si todas las preguntas fueran contestables?