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EDUARDO HADJES NAVARRO

Queridos amigos, continuando con el comentario de la semana pasada, ahora lo tengo claro: podía haber sido titulado de varias maneras, pero, lo importante, es el contenido, por lo que continuaremos nuestra conversación, ya que me quedaron tantas cosas en el tintero virtual, que no sé si hoy, podremos abarcar todo lo originariamente propuesto.

Estábamos viendo el doble estándar en que caen tanto los gobiernos, como los organismos internacionales, cuando Israel está presente.

El año 2005, el gobierno israelí decide retirarse unilateralmente de Gaza, en un intento por lograr que los palestinos se empiecen a organizar y puedan lograr el tan mencionado Estado Palestino que, si analizamos fríamente, llegaremos a la conclusión que ellos, los dirigentes, no quieren concretarlo. Lógico si recordamos que, según sus propias declaraciones, sus aspiraciones son apoderarse de toda la antiguan Palestina, borrando del mapa tanto a Israel como a los israelíes, lo que no amerita la protesta de ningún gobierno, salvo el de Israel. Como de costumbre, el mundo condena a Israel, culpándolo por la no creación del Estado Palestino.

Luego del retiro israelí, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) está segura que es tan querida por su pueblo, que cuenta con el 150% de los votos palestinos, motivo por el que llama a elecciones “democráticas” en la Franja de Gaza. Lo que no toman en cuenta es que Hamás se organiza mejor que ellos y les gana por el 120% de los votos emitidos.

Envalentonado con tan asombroso resultado, Hamás inicia un exterminio sistemático de sus hermanos de la ANP y su brazo armado Al Fatah, los cuales, deben huir a Cisjordania para salvar sus vidas. Se comprende que nadie reclama por los muertos palestinos en esta guerra fraticida. Al no intervenir Israel, ni siquiera es necesario saber cuantos fueron los muertos (no asesinados)

Casi recién establecido Hamás en el poder, se inicia una seguidilla interminable de bombardeos en contra del sur de Israel. Los resultados son espantosos y, oportunamente, han sido comentados en estas páginas virtuales. Toda una generación de niños de Sderot, son víctima de tan deleznable actuar, quedando marcadas sus vidas por el tristemente famoso “15 segundos” que es el tiempo que va entre la vida y la muerte, ya que, cada vez que es lanzado un cohete o mortero desde Gaza en contra de Sderot, cuentan con esos escasos 15 segundos, para llegar al refugio más cercano, antes que el proyectil disparado, haga impacto.

Sabemos que Irán ha ido dotando cada vez con más potentes y destructivos cohetes a los terroristas de Hamás, por lo que ahora más de un millón de israelíes, están expuestos a estos asesinos disparos. Más de 10.000 disparos han sido lanzados desde Gaza sobre la población civil israelí, desarmada e indefensa.

¿Cuál ha sido la reacción mundial ante tan permanente, perverso y criminal actuar de Hamás? Condenar a Israel, cada vez que, detectado el punto de lanzamiento de cohetes, responde, dando muerte a los terroristas sorprendidos.

Por favor no pierdan tiempo tratando de encontrar una explicación a este absurdo.

Ahora, si al defenderse Israel, mueren civiles palestinos, por culpa de los terroristas que instalan sus ramblas de lanzamiento en casas densamente habitadas, en escuelas con niños en su interior, en hospitales llenos de enfermos o en mezquitas repletas de feligreses, los organismos internacionales se movilizan rápidamente y, antes de cualquier investigación, Israel es condenado.

JAMÁS, LOS TERRORISTAS DE HAMÁS HAN SIDO CONDENADOS O LLAMADOS A TERMINAR REALMENTE CON SUS DISPAROS.

En dos oportunidades, ha sido tal el incremento de estos feroces ataques en contra de la población israelí, que el gobierno ha tenido que efectuar operaciones más serias, tratando de destruir en cuanto sea posible, el enorme arsenal acumulado por Hamás y así, poder disminuir estos ataques.

Siguiendo la tónica imperante, la condena en contra de Israel ha sido de tal magnitud, que la demonización por el grave delito de defenderse, simplemente ha alcanzado grados demenciales.

Todos los países del mundo tienen el sagrado derecho a defenderse, tanto su territorio como a su población. Al único país que se pretende privar de tal derecho es a Israel. Parece esto una exageración de mi parte, vamos a una demostración clara y contundente, ocurrida recientemente en la misma zona.

En la matanza indescriptible que está efectuando Bashar Al Assad con su propio pueblo, (según recientes cálculos de la delegada de UN, ya van en noventa mil), soldados leales al gobierno sirio, equivocaron el disparo de un cohete, el cual fue a dar a un poblado turco.

¿Cuál fue la reacción mundial ante esto?
La Unión Europea (UE) se movilizó de inmediato. El gobierno turco desplegó el máximo de su poder militar. Una barrera protectora de Patriot se puso a disposición del gobierno turco, para defender sus fronteras y se advirtió drásticamente al gobierno sirio, que por ningún motivo, se aceptaría un nuevo ataque que violara la soberanía turca.

Qué asombroso, un cohete en contra de Turquía resulta un ataque condenable e inaceptable, tanto para el gobierno afectado, como para la UE, Estados Unidos y la ONU. 10.000 cohetes en contra de Israel, carecen de importancia y si el afectado responde, lo primero que se le dice es que hizo uso “desproporcionado” de su poderío militar y luego, viene la feroz condena.

Pero esta “desproporción” no sólo se da en los cohetes disparados. Todos los días, leemos en las noticias que en tal o cual lugar de Medio Oriente o África, “murieron” 20, 87 o 110 personas, producto de tal o cual atentado y la noticia no pasa de ser una más, en medio del rutinario acontecer mundial. Hay un solo caso en que todo cambia, y es cuando Israel, su gobierno o ejército, está involucrado en el asunto y ahí, bastará sólo uno, para que en vez de “muerto” sea “asesinado” y en vez de ser una noticia rutinaria y casi desapercibida, se tratará de algo tan grave, que de inmediato, se llamará al Consejo de Seguridad, a los organismos defensores de los derechos humanos y a la Asamblea General, para emitir una condena inmediata, en contra de Israel.

Como de costumbre, se opondrá tanto Israel como Estados Unidos a dicha condena y, es posible que unos dos o tres otros países, también se opongan. El resto de las naciones, respaldará sin remordimientos, el terrorismo de Hamás.

Ante comportamientos tan dispares, hipócritas e inmorales ¿Puede o debe extrañarnos que el terrorismo vaya aumentando tan drásticamente a nivel mundial? ¿Cómo no se avergüenzan los gobernantes que respaldan tan livianamente a Hamás, cuando condenan un atentado terrorista si éste ocurre en su propio territorio?

¿Otro ejemplo? Irán ha declarado públicamente y en distintos lugares, incluida la Asamblea General de la ONU, que su objetivo primordial es hacer desaparecer a Israel y a su población, de manera que no quede vestigio de su existencia.

¿Resulta lógico concebir que cuando Ahmadinejad pronunció éste discurso en la Asamblea, anunciando su clara intención de cometer un genocidio, exterminando a más de siete y medio millones de personas, entre judíos, cristianos y musulmanes, sólo unos pocos representantes de países asistentes, se retiraron de la sala y el resto, al finalizar su discurso, lo aplaudió, incluido el chileno, uruguayo y mexicano?

Irán dice que su proyecto nuclear es con fines pacíficos. Israel clama al mundo, haciéndole ver que lo “pacífico” tiene que ver directamente con el exterminio de la población israelí.

La respuesta que recibe es una seria advertencia que no se le vaya a ocurrir atacar las instalaciones nucleares iraníes. Cuando Israel destruyó la planta nuclear iraquí, fue unánimemente condenado. ¿Habría podido Estados Unidos atacar a Hussein, si éste hubiera logrado hacerse de un arsenal nuclear? ¿Alguien se acordó de agradecerle a los israelíes haber asumido la responsabilidad y los riesgos de su oportuno actuar?

Cuando Israel destruyó la planta nuclear siria, que se construía con la colaboración de Corea del Norte, los afectados no pudieron reclamar, ya que siempre negaron su construcción ¿Se imaginan en las circunstancias actuales a Al Assad con poderío nuclear?

El jueves 24 de Enero, Corea del Norte declaró que continuará con sus ensayos nucleares y que su objetivo era Estados Unidos. Pese a las amenazas de ONU y muchos países, incluida China por primera vez, el ensayo se llevó a cabo. ¿Serán las declaraciones de nuestro gran aliado, tan proclives a la calma, la diplomacia y la paciencia, al ser los directamente mencionados como objetivo, o esto sólo se aplica a Israel frente al peligro iraní? Me imagino que la respuesta la tendremos muy pronto.

En España, uno de los diarios más populares y leídos, es El País. Acaba de publicar una foto de Chávez entubado, lo que resultó falso. La prensa mundial repudió tal información y muchos gobiernos, participaron en tal rechazo ¿Por qué guardan silencio, las permanentes oportunidades en que este periódico publica falsa información, referida al conflicto entre Israel y los palestinos? Se comprende que cuando se trata de condenar a Israel, siempre estarán de acuerdo Chávez y Venezuela con El País y España.

Hace poco, en Argelia se produjo un secuestro. Se publicitó profusamente en el mundo entero. La condena fue unánime y el actuar del gobierno, desastroso en su resultado, fue mayoritariamente justificado, pese a la increíble cantidad de muertos. ¿Por qué, cuando terroristas de Hamás o Hisbollah secuestran israelíes, se guarda tal silencio, sin ver la labor de los organismos defensores de los derechos humanos, aun cuando los secuestrados permanezcan años, sin absolutamente ningún derecho? ¿Se imaginan la crítica a Israel si éste organizara una operación de rescate, conociendo su capacidad de realizarlo exitosamente, al estilo Entebe y producto de ello, fallecieran secuestradores?
Es increíble la liviandad con que se respalda la pretensión palestina de dividir Jerusalén, la capital de Israel, para crear su propia capital. ¿Podríamos compararlo esto, con el fervor que esos mismos gobiernos, defienden hasta el último centímetro de sus territorios? Mientras Jordania dominó Jerusalén, a los judíos se les prohibió categóricamente su ingreso, pese a estar en dicha ciudad, los lugares más sagrados del judaísmo y no fue declarada capital de nada. Se comprende que ninguna nación reclamó y, ahora que es parte integral e indivisible del Estado de Israel, absolutamente la totalidad de las religiones conocidas, pueden efectuar sus ceremonias con absoluta libertad. La totalidad de las mezquitas son respetadas y resguardadas en su integridad, incluso aquellas que fueron erigidas sobre antiguas sinagogas y todos quieren dividirla, para que Israel le regale una parte a una nación inexistente. Lamentablemente, esta enorme diferencia, tampoco es vista y menos apreciada, por quienes tan fácilmente, regalan lo que no les pertenece.

Existe una ley natural de causa y efecto. De acuerdo a lo que se hace, se recibe. Esto es realidad incluso para aquellos que no creen en ello. No se como funciona, pero se da, tanto en las personas como en las naciones. Lástima que los grandes estadistas no lo tomen en cuenta, cuando, tan frecuentemente, actúan con el doble estándar tan despreciable que hoy estamos terminando de analizar.