Sorprende la sensación, a pesar de la enorme diversidad que ofrece, de que la danza contemporánea en Israel es realmente genuina, tiene verdaderamente una personalidad propia.

Y eso es lo que la hace tan atractiva, porque tiene algo de particular que no solemos ver en compañías de otras latitudes.

Es muy curioso el caso de Israel, un país pequeño, de reciente creación, con apenas 64 años de existencia, con poco más de 7 millones y medio de habitantes, y con un apogeo tan grande en cuanto a la danza contemporánea.

Fuente:rtve.es