dios creo el mundo

ADOLFO GARCÍA DE LA SIENRA
INSTITUTO DE FILOSOFÍA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

En su texto “Dios y los lenguajes”,1 Adriana Menassé piensa que mi perplejidad ante lo que dice Emmanuel Levinas (a saber: que la Biblia es divina pero Dios no existe) se debe a “la rigurosa estructura lógica de la escuela en que [me he] formado” y a mi “insistencia en aplicar dicha lógica —lógica clásica, aristotélica— al texto bíblico”. Luego dice que el
pensamiento judío no sigue una lógica semejante y que “el pensamiento judío no se disocia del lenguaje metafórico y simbólico que es fuente de todo lenguaje, sino que hunde sus raíces en la sobreabundancia de sentidos para encontrar allí siempre nuevos significados”.

Finalmente, supone que, por ello mismo, me “resultará incomprensible que el Talmud —el comentario de los rabinos al Tanaj— se entregara en Sinaí al mismo tiempo que aquél. Merecidamente incomprensible que el ritual de Pesaj nos ordene recordar la noche en la que cada uno de nosotros salió de Egipto hace 3000 años, y que la libertad con la que el
pueblo aceptó la Torah para orientarse y regirse se debiera a que Dios levantó la montaña sobre la cabeza de la comunidad allí reunida, conminándola a aceptar el regalo o perecer…”.

En primer lugar, en sentido estricto, el Talmud no fue entregado a los rabinos al mismo tiempo que el texto bíblico (supongo que aquí quiere decir Menassé las Tablas de la Ley).

Ciertamente, no bajó Moisés del Sinaí con los muchos tomos del Talmud bajo el brazo.

Otra cosa es decir que Moisés trajo consigo el principio de una tradición oral que fue dando forma al Talmud a lo largo de los siglos. No sé qué ventajas hay en expresarse de una manera tan vaga si es posible decir las cosas con precisión.

En segundo lugar, creo y confieso que Dios liberó al pueblo de Israel de Egipto pero no creo que todos los descendientes de Jacob, hasta la fecha, hayan estado en Egipto hace tres mil años. Otra vez, no le encuentro ninguna ventaja a esa forma de expresión. Tal vez signifique que los ancestros de los actuales judíos salieron, y que los actuales rememoran el evento como si fuera propio. Pero, ¿por qué no decir con claridad lo que se quiere decir? En
cualquier caso, el punto de lo que estoy diciendo no tiene nada que ver con esas aserciones de Menassé.

En tercer lugar, no estoy defendiendo la lógica “aristotélica” sino el sentido común. Es simplemente una violación de las reglas del lenguaje ordinario decir algo así como:

(1) Moisés habló con Dios pero Dios no es.
Compárese (1) con
(2) Ayer fui al cine con mi tía Sara, pero mi tía Sara no existe.

El problema es el mismo en ambos casos: los enunciados son estrambóticos.

Menassé nos dice que “la trascendencia divina del texto bíblico no implicaría la existencia de Dios en tal sentido teológico clásico, sino en uno mucho más difuso, abstracto e indefinido—como el del propio Dios bíblico en su interpretación judía”. Tal vez el problema esté en el concepto de Dios en el sentido teológico clásico. Yo le pediría a Menassé que nos describiera dicho concepto. Ciertamente, la manera en que el Tanaj habla de Dios es muy diferente de la forma en que lo describe la teología escolástica o medieval.

Como señala el filósofo judío Howard Wettstein (2009), “If the Bible’s portrayal of God, His thoughts, feelings, plans, His role in history, and the like is to count as theology—and why not call it theology?—it is of a very different sort than what, under the influence of the medievals, usually goes by that name. When I suggest in the title of this paper that I am “against theology,” I mean of course theology of the medieval sort. (p. 5)

Desde luego, el lenguaje bíblico es sumamente diferente del acartonado lenguaje escolástico. Pero es al revés de lo que dice Menassé. Es el concepto escolástico de Dios el que es abstracto, definido mediante “perfecciones” abstractas.

En cambio, el Tanaj describe a un Dios vivo que se manifiesta en la vida de un pueblo con acciones portentosas y que se muestra con características perfectamente definidas y comprensibles, cercanas a la experiencia de las personas concretas. Lo que sí es verdad es que la Biblia nunca pretende dar demostraciones de la existencia de Dios. Más bien:

The Bible does speak of trusting in God, of fidelity to God, of fearing (or standing in awe) of God, of believing in God (which concerns trust rather than belief in a thesis, doctrine, or proposition), of knowing God (where the Hebrew verb la’da’at suggests intimacy). But of belief that God exists we hear nothing. Indeed, try to say of someone in Biblical Hebrew that she is or is not a “believer” in our sense. It’s not hard to see how the available biblical
language might be stretched to this end.
(pp. 5-6)

El punto de toda la discusión es que no es posible confiar en Dios, creer que Dios es fiel, tener intimidad con Dios y también creer que Dios (ese Dios vivo, no teológico del Tanaj) no es. La conjunción de enunciados: (3) Confío en Dios, creo que Dios es fiel, tengo temor de Dios y tengo intimidad con Él, pero Dios no es ni existe en realidad.

Es incoherente y viola las reglas del lenguaje significativo con pretensiones de verdad. Si lo que quiere decir Menassé es que el Tanaj es una novela de ficción, debe decirlo clara y abiertamente. De lo contrario, debe admitir que las descripciones que hace el Tanaj de Dios presuponen su ser, su existencia real. No se necesita creer en el Nuevo Testamento para admitir que “es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan” (Hebreos 11:6-7). De lo contrario, no tiene sentido confiar en él o buscar intimidad con él.

¿Qué sentido tiene orar a Dios en la sinagoga, o que pongamos nuestras peticiones en el Muro de las Lamentaciones, si Dios no existe? El Tanaj no trae demostraciones de la existencia o ser real de Dios porque presupone, da por sentado, takes for granted, no sólo su existencia, sino que es el ser que es por antonomasia: ese es, precisamente, el significado de su santo nombre: .יהוה

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Referencia

Wettstein, H., 2009, “Against Theology” en Robert Eisen y Charles Manekin (comps.)
Philosophers and the Bible: General and Jewish Perspectives, University Press of Maryland, Baltimore.

1 Enlace Judío del 8 de abril de 2013; enlacejudio.wpengine.com/2013/04/08/dios-los-lenguajes/.