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EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO

Queridos amigos, cuando una cosa complicada se demora más de lo prudente en ser solucionada, se enreda a tal punto, que cuando las partes involucradas, directa o indirectamente, quieren arreglarlo, no se sabe qué es lo mejor o, cómo se está dando en este conflicto, resulta casi imposible saber qué es lo menos malo.

Desgraciadamente, los intereses creados, los dobles estándares y las presiones internacionales motivadas por conveniencias particulares, tanto políticas como religiosas, han enredado a tal punto la situación siria, que en este momento, tratando de adentrarme en el presente comentario, me encuentro tan confuso, como el conflicto mismo y si me preguntan qué debe pasar con Bashar al Assad, no sabría responder.

Desde luego, no puede seguir gobernando un país, un tirano que ha demostrado tal crueldad y frialdad, como para llevar las cosas hasta el punto en que nos encontramos en este momento, pero, si deja el poder ¿Qué pasará tanto con el arsenal químico como el convencional sofisticado que posee? ¿A manos de quien irán a parar?

Habitualmente, para mis aportes, no recurro a fuentes determinadas, sino que son el cúmulo de lo recogido de distintos medios y de distintas épocas, lo que me lleva a analizar y tratar de sacar conclusiones, más que repetir noticias, que se encuentran en los distintos órganos informativos.

En esta oportunidad, es diferente, habiendo recurrido a distintos medios, para documentarme adecuadamente. El Mercurio, debo reconocerlo, ha informado oportuna y verazmente los últimos acontecimientos ocurridos en Siria, incluido los ataques aéreos israelíes, sin ser éstos, declarados culpables, antes de saber el porqué de sus motivaciones.

También me han servido de valioso aporte, dos comentarios que llegaron a mis manos, uno de Ben Caspit y otro de jcpa.org, proviniendo ambos de fuentes muy responsables.

Trataré de aclarar mis ideas.

Sabemos que la revolución siria, ha adquirido proporciones impensadas, donde el número real de muertos, largamente ha sobrepasado los 100 mil. Igualmente, está claro que elementos extraños, hace tiempo, se han involucrado, dándole características de conflicto internacional, aún cuando no sea oficialmente reconocido.

Irán, desde sus inicios y desde mucho antes, se encuentra directamente involucrado. Igualmente, grupos islamistas sunitas, chiitas y Salafistas no sirios, vienen interviniendo, tanto respaldando a grupos “rebeldes” o “terroristas” así como a favor de Al Assad. La participación directa de elementos pertenecientes a Al Qaeda, hace mucho tiempo que quedó demostrado. Finalmente, Hezbollah no está indiferente y su activa intervención ha sido gravitante.

Veamos en detalle, la participación de algunos de estos factores:

Irán y Hezbollah, resultan imposibles de ser separados. Desde hace muchos años, Irán ha tratado de llevar sus fanáticos tentáculos, en cuanto rincón del Medio Oriente, le ha sido posible. Su influencia en Siria, es simplemente indiscutida, al punto que el dictador difícilmente habría podido sostener su ritmo belicista, si no fuera por los permanentes y cuantiosos pertrechos enviados por los Ayatolas. Los rusos, también han colaborado entusiastamente.

Igualmente, es sabido que Hezbollah ha logrado acumular un cuantioso arsenal de cohetes iraníes, entregados por Siria, lo que demuestra la simbiosis que se ha establecido entre estos tres entes.

Mehdí Taaib, uno de los cercanos de Khamenei, declaró hace mucho tiempo atrás, que Siria era el 35º distrito iraní, asignándole una importancia gravitante en la política exterior nacional.

Siendo los dirigentes iraníes mayoritariamente chiitas, al igual que Al Assad, que es alawita, una rama chii, permitió que clérigos iraníes, se desplazaran profusamente por Siria, tratando de convertir a su mayoría sunita, a la fe chiita. Este trabajo misionero, cumplió una fructífera labor, tanto entre la población alawita como sunita, que es predominante en Siria.

Para lograr estos objetivos, se comprende que Irán debió invertir cuantiosos recursos económicos, logrando entronizarse a tal punto en Siria, que ahora, ante la guerra civil que desangra este país, no está dispuesto a abandonarlo, bajo ninguna circunstancia. Incluso, a estas alturas del conflicto, no me queda claro si Irán está más preocupado de la supervivencia de Bashar al Assad o de sus propios intereses, en lo que ya considera parte integrante de sus dominios.

Para lograr sus objetivos, cuenta con la obediencia indiscutida de sus aliados, los terroristas de Hezbollah. Su líder Hassan Nasrallah, concurrió secretamente a Teherán, hace menos de un mes, a recibir instrucciones sobre el cómo y cuando actuar de su grupo, establecido en El Líbano, donde ha adquirido tal poder, que en el momento en que reciba la orden, se podrá transformar en el amo y señor de este sufrido pueblo, otrora con un 60% de población cristiana, la cual, se encuentra en la actualidad, en una notoria minoría.

El General Qasem Suleimani, ha preparado un ejército de 150 mil hombres, para intervenir en Siria y es posible que ya estén en territorio bélico, gran parte de ellos. Este peligroso ejército, está integrado por iraníes, iraquíes y terroristas de Hezbollah, más un contingente proveniente de otros países del golfo. Su nombre, la “Liga del Pueblo Justo y Kateeb Hezbollah”

Esto, nos está demostrando categóricamente que Irán no permitirá que le quiten Siria y, para ello, Hezbollah desempeñará un papel preponderante.

En los últimos conflictos internacionales, hemos visto grandes vacilaciones por parte de los gobiernos occidentales. Principalmente Estados Unidos, por su papel auto impuesto, de guardián y custodio del mundo, ha debido enfrentar múltiples campos de acción, en forma simultánea. Hoy, cuando todavía no termina de retirarse de Afganistán, se encuentra en problemas con Corea del Norte y con la posibilidad de un Irán nuclear. Esto podría estar justificando sus dudas e inacciones, cuando desde afuera, nos resulta tan fácil criticarlo, al no intervenir o actuar, como estimamos debiera hacerlo.

Diferente es la situación de Israel. Siendo físicamente tan pequeño y estando en la zona misma ¿puede arriesgarse a tener un Irán al sur, a una distancia relativamente corta, dadas las sofisticaciones de su arsenal de cohetes, tanto de fabricación propia como rusa y que, además se instale al norte, pegado a sus fronteras, al lograr el dominio total y abierto en Siria y El Líbano?

La inacción que para otros puede significar estar atentos a los acontecimientos, para Israel puede significar un descuido mortal irreparable.

Es ahí donde creo, está el motivo de la intervención israelí. Cuando en el 2007 su aviación destruyó la planta nuclear siria, su gobierno guardó silencio, ya que nunca reconoció que estaba intentando adquirir poder nuclear. Hoy, Al Assad tampoco puede admitir que está tratando de hacer llegar parte de su arsenal a Hezbollah.

Se estima que Nasrallah, no quiere aceptar armas químicas. Habiendo demostrado una gran inteligencia en su clandestino actuar, sabe que Israel no lo puede permitir, tomando en cuenta que su razón de ser es, la destrucción total y definitiva de Israel.

Ante esto, Netanyahu no puede esperar a saber si estas armas, llegadas a manos de Hezbollah, serían para ir en defensa de Al Assad o en contra de Israel, por lo que, por ningún motivo, puede aceptar tal transferencia. Si se demostrara que este movimiento terrorista llegara a poseer armas químicas, Israel se vería obligado a actuar con absolutamente la totalidad de su poderío militar y eso, Nasrallah sabe que le sería fatal.

He ahí el motivo por el cual Israel está tan atento a los acontecimientos sirios. Se comprende que no tiene interés alguno en ayudar a los rebeldes sirios en sus objetivos, a pesar que el tirano no ha dudado en acusar a Israel de ayudar a los “terroristas” y en su contra, al reconocer que aviones israelíes han destruido dos arsenales y dañado seriamente un aeródromo, mientras guarda silencio frente a un posible ataque israelí a por lo menos dos caravanas de camiones, cargados de sofisticados cohetes, camino al Líbano, vale decir, para Hezbollah.

Se sabe que éste movimiento terrorista tiene en su poder decenas de miles de cohetes, cuyo único destinatario, hasta antes que se enredara tanto la situación siria, era la población civil israelí. Cuando lo que se pretende es entregarle armas sofisticadas, Israel debe estar atento para impedirlo a cualquier costo y, el mejor y más práctico, es cuando van camino a sus arsenales.

Tres tipos de armas no pueden ser transferidas por el gobierno sirio y estas son: los misiles Yakhont, los cuales, dotados de una gran precisión, pueden ser utilizados para atacar barcos o plataformas marinas, situadas a más de 300 kilómetros de distancia. Los misiles anti aéreos SA 17, que se transformarían en un serio y real peligro para la aviación israelí, en caso de verse involucrado en una guerra inevitable y, finalmente, los misiles Fateh 110, los cuales, tanto por su poder destructivo, su facilidad de ser disparados y su precisión, cambiaría radicalmente la relación de fuerzas entre Israel y Hezbollah.

Se supone que estos misiles son los que destruyó Israel en sus recientes ataques aéreos.
Hemos escuchado hablar profusamente a occidente de “líneas rojas” y los resultados, hasta éste momento, han sido infructuosos. En la actualidad, la revolución siria ya no sólo los involucra a ellos. La seguridad de Israel está en juego. Las condiciones están dadas para que tenga que ser nuevamente Israel el que actúe, para luego ser severamente criticado, aun cuando esos mismos gobiernos, sepan a cabalidad, que el gobierno israelí está haciendo lo que ellos debieron enfrentar, hace mucho tiempo.

El flamante Secretario General de la ONU y la Liga Árabe, ahora vienen a manifestar su preocupación por la intervención israelí. La horrenda matanza de civiles sirios, ¿No era motivo de preocupación?

Felizmente, Israel ya hace mucho, aprendió la lección: Por unas críticas más o menos, no va a permitir que los acontecimientos lo lleven ante el inminente peligro de su extinción. Llegado el momento, no se sabe quien correría en su ayuda oportunamente y quien tomaría palco, para lamentarse cuando sea tarde, lo doloroso que le resulta la desaparición de Israel.

Es obligación de su gobierno y su ejército, defender la nación y sus ciudadanos y eso, Netanyahu y el gobierno, lo tienen muy claro.

Nosotros, debiéramos tenerlo igualmente claro.