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Antisemitismo en México

Como cada inicio de mes, el pasado sábado 1o de junio nos reunimos en un desayuno los integrantes de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM), de la cual hice referencia en una Crónica pasada. En esta ocasión, el tema central de la agenda se relacionó con las crecientes evidencias antisemitas que se registran en la República, principalmente en el Área Metropolitana de la Ciudad de México, donde se concentra la comunidad judía del país.

Las actitudes antisemitas, antisionistas y antiisraelíes se dan por parte de grupos neonazis; de la Iglesia Católica tradicional que heredó la retórica medieval contra los judíos; de los izquierdistas que comulgan con ideas pasadas de moda, cuyo campo de acción se orienta, en buena medida, al sector estudiantil y al sindical, y en algunos casos, tienen nexos con los remanentes de la guerrilla que surgió en el país en los sesentas y setentas. Asimismo, con el rápido avance de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, las denominadas TIC, han surgido antisemitas espontáneos que se lanzan al ruedo en las redes de twitter con espeluznantes diatribas altamente ofensivas para los judíos.

Considero que los brotes antisemitas en México han cobrado fuerza en los últimos cinco años. Mi experiencia previa a este lustro, en las tres o cuatro décadas anteriores, es que prácticamente no enfrenté situaciones antisemitas, y en el entorno de la comunidad, estas eran esporádicas. En esa etapa de mi vida, por razones de trabajo, mi relación social y con amistades fue básicamente con personas no judías, estuve poco relacionado con la comunidad judía, empero, no desligado del judaísmo.

En este contexto de antisemitismo, cada vez más he recibido expresiones antijudías de amigos, de conocidos y de terceros con los que circunstancialmente tuve una relación o encuentro; creo que sus expresiones antisemitas derivan de reminiscencias de su educación católica y/o de frustraciones personales o envidia hacia mi persona o a mi familia.

Como judío fui el chivo expiatorio de estas actitudes; entre estas “agresiones” la que más me afectó fue la de una pareja de amigos maduros, con los que junto con mi esposa tuvimos una relación muy intensa durante diez años. Sin embargo, empezamos a tener diferendos ligados a una relación financiera que establecí con el esposo, que no concluyó bien, precisamente, porque a mi juicio, él la suspendió por “envidia” familiar.

No hubo quebranto para ninguna de las partes, ni tampoco un rompimiento violento. Creo que mutuamente las parejas nos seguimos queriendo. Empero, a estas alturas, en las que aumenta el antisemitismo en México, por dignidad, no puedo aceptar sus insinuaciones antisemitas. Con otras amistades no judías tuve discusiones sobre “el régimen de Apartheid que Israel ha establecido para los palestinos”; indudablemente la desinformación de los medios de comunicación ha “calado fuerte”, no sólo en las masas, sino también en intelectuales y gente teóricamente “abierta al mundo”.

Por otra parte, a través de mi esposa, que no es judía, y tiene numerosas amistades gentiles que saben que ella está casada con un judío, me cuenta que es frecuente que mencionen expresiones antijudías como “ya sabes como son los judíos”. En este sentido, me llamó la atención lo que dijo una conocida de mi esposa del club deportivo al que asistimos respecto a que ella descendía de judíos, empero, que esperaba que fuera la última de su familia que portara la sangre judía: “los judíos son racistas”. Siempre he pensado que no existe peor antisemitismo que el que deriva de los propios judíos antisemitas. En este sentido, está probado genéticamente que un tercio de la población de la Península Ibérica proviene de antepasados judíos; sin embargo, considero que los españoles son los más antisemitas de Europa.

En este marco, hace dos años se difundió un mensaje antisemita que me sorprendió mucho y que vi en un video en relación a tumbas judías profanadas y pintarrajeadas de suásticas y agresivos mensajes como “el verdadero Holocausto está por venir”. Las tumbas están ubicadas en la ciudad de San Luis Potosí en un cementerio municipal que tiene una pequeña sección que en el pasado se destinó para los entierros de judíos. Hoy en día, la presencia de judíos es casi
nula. En los cincuentas y sesentas la comunidad judía de San Luis Potosí sumaba una o dos docenas de familias.
¿De dónde se alimentan en el presente sentimientos antijudíos en San Luis Potosí? No tengo una respuesta.

En los dos últimos años los medios de comunicación han aumentado sus comentarios antijudíos: fraude de judíos; judío golpea salvajemente a acomodador de automóviles, entre otros, que han fomentado la aversión de diferentes grupos de la población hacia los judíos. Por lo demás, en las homilías dominicales de algunas iglesias católicas ha reaparecido la mención de que los judíos mataron a Cristo, ello a pesar de que el Papa Juan XXIII en el Segundo Concilio Vaticano, 1962-1965, negó que los judíos lo mataron y se prohibió que se difundiera esta idea.

Igualmente, llama la atención que un senador federal del Pan dijera que él era un admirador del liderazgo de Hitler. En este ámbito, destaca que México con la administración del Presidente Calderón, el año pasado, diera su voto en la ONU para la creación de un Estado palestino independiente. Por su parte, Enlace Judío presentó numerosos mensajes de twitter de negacionistas del Holocausto y de exaltación de conductas antisemitas que son expresados en un lenguaje grosero y con textos ofensivos e incitantes al odio a los judíos.

En el ambiente antisemita que se manifiesta en México, existen dos eventos, que reseñó y ha dado seguimiento Enlace Judío, y que han desbordado las pasiones. El primero se refiere al seminario Palestina Ya que se organizó en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, irónicamente en el plantel de la colonia Del Valle en donde estuvo ubicado el Colegio Israelita de México. En el seminario se manifestó una contundente negación del Holocausto y se pidió que México rompiera relaciones con Israel. La profesora Raquel Rodríguez mencionó que “Si fuera cierto lo del Holocausto y han matado a millones de judíos, ya tuviéramos la satisfacción de que no hubiera más judíos en este mundo”, adicionalmente hizo comentarios extremadamente negativos sobre la actividad de los desarrolladores inmobiliarios judíos en México. Rodríguez, en aras de la libertad de expresión que se le brinda a ella en México, es de Uruguay, “promueve ideas para llamar al odio con expresiones de oprobio contrarias al respeto de las personas”. Rodríguez representa una expresión del odio racial y/o religioso e incita a la violencia.

El tema del antisemitismo no se agotó; haré unas observaciones adicionales al respecto en la próxima Crónica; espero no cansarlos.