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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El valor terapéutico de la música

La temporada de conciertos de verano de la Orquesta Sinfónica de Minería inició este fin de semana en la sala Nezahualcóyotl de la Ciudad Universitaria. Asistí el primer domingo con mi amigo Rodolfo. Se presentaron obras de Nicolai, Beethoven y Brahms. El concierto estuvo excelente y la Orquesta recibió una gran ovación del público, sobre todo el extraordinario pianista, Jorge Federico Osorio, que fue parte ejecutante de “Cuatro Conciertos para Piano” de Beethoven. Federico Osorio es considerado el mejor pianista mexicano de nuestro tiempo; su maestra inicial fue su madre; no obstante, primero estudio violín, instrumento que tocó su padre, Juan José Osorio, antes de dedicarse a la política. No cabe duda que la sinergia de la compañía de mi amigo Rodolfo, la buena música, la comida y la bebida que disfrutamos, fue vital para reconfortar mi alma el pasado domingo.

En el contexto de los amigos, hoy recibí un mensaje de Paco, de quien hice un comentario de nuestro reencuentro en una Crónica anterior, mencionó que la Crónica CXVI que se titula Los Judíos, Víctimas de la Intolerancia, y en gran medida, versa sobre el secuestro y muerte reciente de tres adolescentes israelíes asesinados con saña por terroristas de Hamas, el “nombre de Crónicas Intrascendentes no va de acuerdo con el tema, ya que este es de lo más trascendente”; su observación me halaga; lo que sucede es que mi intensión, cuando inicie la serie de Crónicas hace más de dos años, era centrarme en relatos de mi vida personal y del medio ambiente que me rodea, y pensé que en aquél entonces mis escritos iban a ser intrascendentes para muchas personas. Sin proponérmelo, cada vez más incluyo en las Crónicas reflexiones sobe la sociedad en general, que pienso llaman la atención a un número creciente de lectores; ello me ha animado a seguir adelante en este esfuerzo editorial y trato que no sólo sea un mecanismo de información; sino para sensibilizar a los lectores de situaciones acuciantes que los individuos viven en su relación con terceros.

Crimen y castigo

En el marco de las protestas que se realizaron en Israel y en diversos países de Occidente; incluyendo México, por el asesinato de los adolescentes israelíes en junio pasado, se confirma que extremistas judíos, léase fanáticos religiosos, asesinaron en venganza a un joven árabe de 16 años de Jerusalén, quien fue muerto en la más abominable saña. No sólo fue golpeado salvajemente por sus verdugos, sino quemado vivo. Este injustificable y execrable hecho puso más leña al fuego en la violencia que se vive entre árabes y judíos.

l primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, condenó la muerte del adolescente árabe y prometió que los responsables serían castigados con todo el rigor de la ley; dijo que estos criminales no tienen lugar en la sociedad israelí; “nosotros no distinguimos entre terror palestino y judío y castigaremos a ambos severamente”. Netanyahu mandó sus condolencias a la familia del joven asesinado, empero, a la vez enfatizó que a diferencia de lo que sucede en Israel, los asesinos palestinos son aclamados como héroes por la Autoridad Palestina, que incita a los medios de comunicación y al sistema educativo a la destrucción del Estado de Israel; “las plazas en Cisjordania y Gaza son nombradas en honor de los asesinos y sus familiares reciben compensaciones por sus crímenes a través de las ayudas económicas que EUA, la Unión Europea y otros países transfieren a la Autoridad Palestina”, comentó.

Miembros del gabinete israelí calificaron este asesinato como inmoral y antijudío y dijeron que los responsables- ya hay seis sospechosos detenidos- deben ser procesados como terroristas. En este sentido, considero que en la historia del pueblo judío, por lo menos en la época reciente, nunca se había presentado una conducta tan irreprochable e indignante como la de los asesinos extremistas judíos; su acción va contra los valores y la moral judía. Es inexplicable que descendientes del Holocausto hayan cometido un crimen atroz. Los extremistas judíos asesinaron al primer ministro Rabin, y no se detendrán. En su momento visitaron al fundamentalista, expresidente de Irán, Ahmadineyad, para rendirle pleitesía; ¡qué actitud tan aberrante!

Por otra parte, los fanáticos religiosos con sus conductas irracionales y segregacionistas están alimentando el odio hacia los judíos por parte de los grupos neofascistas y los tradicionales antisemitas apoyados por facciones retrogradas del Clero Católico; que el Papa Francisco rechaza. Al mismo tiempo, los fanáticos judíos están alejando a judíos moderados de las sinagogas y de las comunidades judías. Muchas veces logran atraer a sus filas, a judíos tradicionalistas o laicos que ingenuamente buscan identificarse con sus raíces, empero, que son arrastrados a la intolerancia, provocando que las familias se diluyan y se enfrenten entre sí. Lenin afirmó que la religión es el opio de los pueblos, creo que solo lo es cuando se convierte en fanatismo que alienta la discriminación. Las Cruzadas y la Inquisición son un ejemplo del extremismo intolerante, asociado a intereses económicos y de poder.

El dolor que provoca la muerte de los jóvenes israelíes y del palestino traspasa las ideologías, y denota una profunda crisis de valores en el seno de los judíos y los palestinos. En este sentido, no puedo entender cómo miembros de un pueblo piadoso, ultrajado por las huestes nazis, pudieron cometer un crimen tan reprochable; espero que esto no sea el inicio de una etapa de oscurantismo emanada del corazón judío.