ENLACE JUDÍO

Jonathan Grabinsky es un estudiante judío mexicano, hijo de dos queridos colaboradores de Enlace Judío, Salomón Grabinsky y Gina Zabludovsky.

Cursó la licenciatura en Políticas Públicas en la prestigiosa University of Chicago y fue presidente de los estudiantes mexicanos de dicha insttitución. Como tal, organizó un Congreso sobre México.

También le gusta el periodismo y ha colaborado en una publicación de la UC.

Se acaba de recibir con honores, lo cual le valió dar un mensaje ante una nutrida audiencia el día de la graduación. Éstas fueron sus palabras:

El otro día estaba esperando un bus afuera de mi departamento en la calle 54, estaba cargando una mochila que estaba más pesada de lo usual y usaba unos jeans que habían absorbido el fuerte y extrañamente desconcertante olor del los cuartos de la derecha del 5o piso.

Después de un par de minutos el bus número 171 se asomó, desafortunadamente para mí eran las 10:15 a.m., a.k.a. la hora pico de la Universidad de Chicago. Empujé y me empujaron, sintiendo a la vez el sentido de comunidad de compartir el bus con mis queridos compañeros, pero al mismo tiempo un sentimiento de rivalidad al competir por los limitados espacios para sentarse.

-Así es como probablemente será la vida afuera de la universidad-, pensé.

Salir de la universidad será como subirse al bus 171 a las 10:15 a.m.: será lento, concurrido y muy competitivo.

La Universidad de Chicago se enaltece de esculpir la mente de los jóvenes en una forma en la que nos permite manejar la mayor cantidad de conceptos teóricos y abstractos. Y como la mayoría de los estudiantes aquí, me enorgullece formar parte de tal institución. Pero enfrentando un futuro incierto, algunos de nosotros se preguntan: ¿Por qué pasé cuatro años aprendiendo todas estas teorías?

Cuatro años aprendiendo a Foucault, acerca de la definición delta-epsilon de los limites, si al final del día no tengo el conjunto de habilidades que son transferibles al mercado de trabajo. Y creo que estas dudas, estas preocupaciones, todas válidas, salen de una distorsionada idea de lo que se trata la universidad.

Creo que la educación teórica proveída por la universidad es esencial como habilidad educativa. Y déjenme decirles por qué.

Primero, como pensadores conceptuales, somos grandes solucionadores de problemas. Seremos capaces de usar nuestro escepticismo y nuestro conocimiento para atajar el problema desde la raíz hacia afuera.

Segundo, como pensadores conceptuales, podemos empatizar fácilmente de mejor manera con gente que tiene diferentes puntos de vista. Podemos ser mas empáticos, ya que hemos estado expuestos a diferentes y competitivas concepciones del mundo tales como la religión, la historia, de las artes y la economía; podemos ver que no existe una verdad absoluta y que en su lugar le mundo se compone de muchas verdades de igual valor.

Y cuando alguien nos de la oportunidad, diremos nuestras opiniones y lo haremos humildemente.

En lugar de decir “la verdad es” diremos “algún nerd propone”…

El lugar de decir “los hechos dicen”, diremos, “la evidencia sugiere”

Y en lugar de decir “estás mal” citaremos la sabiduría de uno de los grandes intelectuales del siglo XXI Jeffrey “Le Dude” Lebowsky:

-“Uhm, sabes, no estás mal, pero, sabes, eso es… como tu opinión, hombre”.

Tercero, como pensadores conceptuales, nuestra capacidad de absorber nuevo material viene naturalmente. Éste es quizás uno de los más grandes regalos que nos llevamos de la universidad de Chicago. Como pensadores conceptuales, sabemos hacer las preguntas correctas para que cualquier cosa que no sepamos podamos aprenderla.

Salir de la Universidad al mundo será como subirse al bus 171 a las 10:15 a.m.: será lento, concurrido y muy competitivo. Pero como graduados de la universidad de Chicago, como pensadores conceptuales, pienso que tenemos un buen conjunto de habilidades que nos ayudarán a encontrar nuestro camino en el bus.

¡Gracias y felicidades, graduados del 2013!