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SAL EMERGUI

El informe de investigación del suicidio del ex agente del Mosad, el israelí-australiano Ben Zygier, en una cárcel en diciembre del 2010 no sólo revela las negligencias de los servicios penitenciarios sino algo quizá más importante: la existencia de otro ‘Prisionero X’ en la cárcel de máxima seguridad de Ayalon.

Lo ha revelado hoy el diario israelí ‘Yediot Ajaronot’ citando una frase del informe que habla de “otro preso” y las conclusiones del abogado de Zygier, Avigdor Feldman. Si el ex espía del Mosad (detenido por pasar información secreta al grupo Hizbulá y “dañar la seguridad nacional”) estaba en la galería 15, el nuevo ‘Prisionero X’ se encuentra o encontraba “en condiciones muy parecidas” en la galería 13 del mismo centro penitenciario. Es decir, aislado y bajo estrecha vigilancia.

También en este caso, el misterio marca la pauta. Lo que sí se sabe es que el nuevo preso es también israelí y servía en uno de los organismos de seguridad del país, seguramente del Mosad. “Sólo puedo decir que yo sé de otro preso secreto. Sin entrar en los detalles, este caso es más grave, sensacional, increíble y fascinante”, ha declarado Feldman a la emisora israelí ‘103 FM’.

La líder del partido izquierdista Meretz, Zehava Gaalon, ha pedido hoy la inmediata comparecencia en el Parlamento del ministro de Seguridad Interna, Yitzhak Aharonovich, al que ha criticado “su falta de transparencia”.

“Zygier, al que llaman de forma equivocada ‘prisionero X’ estuvo representado por cinco abogados, recibió visitas familiares y fue sometido a todo un proceso judicial. Decir que hay presos de los que nadie conoce su existencia es mentira”, replica Israel Hasson, diputado de Kadima y ex número dos del servicio secreto interno (Shabak).

El informe, por otra parte, denuncia que las imágenes del suicidio de Zygier, sucedido el 15 de diciembre del 2010, fueron captadas y transmitidas en tiempo real por la cámara número 116 de la galería 15. Los funcionarios de la cárcel, sin embargo, no se dieron cuenta y por tanto no reaccionaron ante la muerte de uno de sus presos más misteriosos.

Otra negligencia es que los abogados y familiares del ex espía judío australiano advirtieron a las autoridades ante el daño que “podía hacerse a sí mismo” tras asumir sus graves delitos contra la seguridad nacional y sentirse abandonado por su entorno social. Yediot Ajaronot informa hoy de que pocas horas antes del suicidio, su esposa y madre de su hija, le visitó en la prisión para pedirle el divorcio. Una noticia que acabó de “romper” al espía israelí nacido en Australia elevando su enfado y frustración en la galería de máxima seguridad.

El caso Zygier estalló gracias a la investigación de un periodista australiano a principios del 2013, dos años después de su funeral en Melbourne. El agente fue detenido por Israel en febrero del 2010 y también estaba bajo el seguimiento de los servicios secretos australianos tras sus sospechosos viajes a Irán, Siria y Líbano. Para estas misiones, usó su pasaporte australiano en donde figuraba como Ben Allen. Tras diez meses en la cárcel Ayalon, se suicidó.

Feldman estima que Zygier “intentó acabar con su vida para llamar la atención ya que pensó que, ante la vigilancia permanente a la que estaba sometido, los guardias evitarían el suicidio”.

La gran pregunta es cuando saldrán a la luz los detalles que descifren el nuevo “X” si es que existe como denuncia Feldman. “Su acción supone un terrible fallo de seguridad. Las negligencias y errores son mucho más graves que los del caso Zygier”, advierte sin dar más detalles. Habrá que esperar.