enlace-judio-felipe-sahagun

JUAN BOSCO MARTÍN ALGARRA

Cuando en 2011 cayó en Egipto el régimen militar de Hosni Mubarak, nadie podía pensar que dos años después gran parte de los egipcios apoyaría un golpe militar. Pero, ¿no habían luchado por el retorno de la democracia y convocatoria de elecciones libres?

“No debemos juzgar los procesos políticos de los demás países con las categorías occidentales”, advierte Felipe Sahagún.
¿Es democrático un gobierno que llega al poder por decisión de las urnas y que luego aprueba leyes antidemocráticas? ¿Debemos los países occidentales aprobar un golpe de estado para derrocar a los islamistas? “Es un proceso muy complejo”, reconoce Sahagún. Complejo, pero más fácil de entender gracias a la capacidad didáctica de este periodista y profesor de la Universidad Complutense.

Primero ocupaban la plaza para pedir democracia. Y ahora apoyan un golpe de Estado. ¿Es que son distintos unos de otros?

Son los mismos en buena parte, pero hace dos años compartían un objetivo con los Hermanos Musulmanes y los salafistas: echar a Mubarak y tumbar el régimen militar. Ahora obviamente no comparten ningún objetivo.

¿Cómo explicar lo ocurrido?

El resultado que arrojaron las urnas en las elecciones presidenciales de 2012 se ha trasladado a la sociedad, hasta partirla en dos. Mursi ganó con un 52% de los votos. Con su presidencia, esta mitad se ha ido separando cada vez más de la otra mitad.

¿Quién es realmente la oposición a Mursi?

Es muy variopinta: hay desde salafistas (islamistas más radicales que los mismos Hermanos Musulmanes) hasta liberales o simpatizantes del antiguo régimen. Antes había una mayoría contraria a Mubarak. Ahora vemos una otra mitad del país contraria a Mursi y a las políticas de su partidoAparte del odio a Mursi, ¿qué separa a los dos bandos enfrentados?
No es nada fácil. No puede establecerse una tipología definida. Y esa es una de las razones que explican la complejidad de este conflicto. Podríamos pensar que el factor divisorio principal se halla en la religión. Pero creo que hay mucho más. También influye la zona urbana o rural, la clase social, la formación intelectual… El partidario de Morsi, en términos globales, es más rural, menos formado y más conservador en sus creencias religiosas, pero también existen muchos partidarios de Mursi en barrios de grandes urbes como El Cairo y Alejandría.

enlace-judio-oposicion

“EN EGIPTO QUIEN PIENSA QUE ALÁ DEBE ESTAR POR ENCIMA DE CUALQUIER ELECCIÓN”

Pero, ¿cómo podemos saber cuáles son los puntos de discrepancia entre los egipcios?

Por resumirlo mucho, tiene que ver con la actitud del Gobierno ante las minorías, ante los derechos de la mujer y ante la legitimidad democrática. Explico esto último: unos consideran que el poder debe salir de las urnas, pero otros piensan que Alá está por encima de cualquier elección.¿Cómo justifican el golpe las masas que lo apoyan, teniendo en cuenta que estas masas antes pedían democracia?

Consideran que la llegada de Mursi no supuso una democratización sino todo lo contrario. Que los Hermanos Musulmanes, lejos de democratizar el país, se dedicaron a ocupar todas las posiciones de poder, marginando a las demás fuerzas políticas. Impusieron una constitución contra el criterio de buena parte de la población, de manera que cada vez fuera más difícil la vuelta atrás. Ahora bien: ¿nos creemos esa versión?


Eso le pregunto yo a usted: ¿se lo cree?

Hay que escuchar a todas las partes. Cuando oyes hablar a los Hermanos Musulmanes en medios internacionales, niegan rotundamente estas acusaciones. Por ejemplo, Mohamed Ghanem, su portavoz en Gran Bretaña, tiene una visión distinta: Egipto llevaba gobernada desde hace 60 años por los militares. Ellos perdieron los privilegios que les otorgaba el Poder, y ahora lo han recuperado con el apoyo de los grandes capitales egipcios, a los que él llama “gángsters”, y con la ayuda de “la mafia de los medios”.

Video: un joven egipcio explica en tres minutos por qué no está de acuerdo con los Hermanos Musulmanes:

“ISRAEL APOYA A LOS GOLPISTAS EGIPCIO PORQUE LES PARECEN MENOS PELIGROSOS PARA ELLOS QUE LOS HERMANOS MUSULMANES”
Pregunta del millón: ¿se puede convertir Egipto en una nueva Siria?

Parece que no, por varias razones. Egipto posee el ejército más poderoso de África, con alrededor de medio millón de efectivos. Además, está muy entrenado, porque lleva 70 años enfrentado casi constantemente a insurgencia islámica, nutrida principalmente por Hermanos Musulmanes.

¿Y estos no tienen armas como para ponerles al menos en un aprieto?

Desde luego no se puede comparar con otros grupos de resistencia, como el GIA argelino en los 90. La geografía egipcia no favorece una guerra de insurgencia. Además, los hermanos musulmanes están enfrentados con quienes podrían apoyarles: los salafistas. Tampoco cuentan con la ayuda externa que siempre resulta necesaria para mantener una oposición armada.

¿Qué apoyos internacionales tienen los golpistas?

Los hay explícitos, como los de Arabia Saudí o Turquía; y más silenciosos, como el israelí, que prefiere tener un gobierno estable en Egipto y menos hostil hacia Israel que el de los Hermanos Musulmanes.

Entonces, una vez triunfado el golpe, ¿no va a pasar nada?

Es bastante probable que la tensión crezca y que se produzcan ataques, atentados, etc, como ya hemos visto estos días, pero de ahí a que se produzca una guerra civil como en Siria media un trecho largo.

¿Y Occidente?

En los primeros días parecían encantados con el golpe. Sobre todo los americanos, pero también España. Lógicamente, no lo pueden reconocer abiertamente, porque sería una contradicción absoluta con todos los principios y valores que supuestamente defienden. Se supone que en Occidente rechazamos los golpes de estado; por eso no han empleado esta expresión para calificar este cambio de poder en Egipto. Además, ni a Occidente ni a nadie creo que le interesa un régimen militar férreo que liquide a los Hermanos Musulmanes.

O sea, que Occidente pone una vela a Dios y otra al diablo.¿Cómo mantener esta actitud en el tiempo?

Pues como hizo Soraya Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros: invitando al diálogo, al pacto, a la negociación. ¿Qué alternativa hay? ¿Decir que no nos fiamos de los Hermanos Musulmanes tal como estaban gestionando la transición a la democracia y que era mejor un golpe militar? Pues no, evidentemente. ¿Cerramos los ojos a una toma gradual del poder con el riesgo de que no haya marcha atrás? Tampoco.

¿Y Mursi no podía buscar apoyos en otros países? Por ejemplo, el gobierno de Siria se mantiene gracias al apoyo de Rusia.

Precisamente ésa ha sido una de las causas de la caída de Mursi. A Occidente le molestó mucho que rechazara las condiciones que impuso el FMI y que se echara en brazos del régimen qatarí, que ya le ha prestado seis o siete mil millones. Occidente trata de evitar por todos los medios que Egipto escape de su área de influencia. Eso le parece más grave incluso que lo que ocurra dentro del país. Sin duda, lo más interesante de la crisis egipcia es ver cómo reaccionan los países del entorno.

¿Lo dice por EEUU y España?

Lo digo por todos los que se ven afectados de una u otra manera. Antes hablada del silencio cómplice de Israel. Pero hay más; por ejemplo:
-Turquía: su primer ministro, el islamista moderado Erdogán, tiene una relación muy tensa con los militares de su país. De ahí que se haya manifestado enérgicamente contra el golpe.
-Qatar: ha protestado enérgicamente porque ha financiado a los Hermanos Musulmanes y ahora se quedan sin un apoyo clave en Egipto.
-Arabia Saudí: está ayudando a los salafistas, que son enemigos directos de los Hermanos Musulmanes, pero como tampoco puede apoyar abiertamente el golpe, ha tomado la misma actitud que Washington: mirar para otra parte.
-Argelia: el gobierno también dio un golpe para evitar la llegada del FIS, así que apoyan a los militares egipcios. Se sienten absolutamente solidarios.
-Túnez: están gobernados por una rama de los Hermanos Musulmanes y acaban de ver afeitar las barbas al vecino. Están muy temerosos.

Y así sucesivamente…

Es decir: cada uno a lo suyo.

Resulta inevitable que ocurran estas cosas. Y más que veremos, probablemente. No podemos juzgar esta transición creyendo que se trata de un proceso semejante a la transición española. No es sólo el paso de la dictadura a la democracia, una transformación que en Europa costó siglos. Se trata del paso de regímenes con una enorme influencia de la religión a otros más seculares, más plurales y más respetuosos de las libertades del individuo.

Fuente:lainformacion.com