Enlace_Judío_9 de Av

BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA  ENLACE JUDÍO

Se comenta en el Pentateuco (la Torá), que Moisés envió exploradores a la Tierra de Canaán para verla y saber qué tal era; saber si el pueblo que la habitaba era fuerte o débil y si eran pocos o numerosos los habitantes; cómo eran las ciudades: abiertas o en fortaleza; si el suelo era fértil o estéril, si en él había árboles o no y traer muestras de los frutos. En Hebrón encontraron gigantes; llegaron al valle de Eshkol en donde cortaron uvas, granadas e higos y al cabo de 40 días retornaron al desierto de Parán, en donde se les esperaba, informando que la tierra manaba leche y miel y al efecto mostraron los frutos, pero -comentaron- muy fuerte es el pueblo que habita, las ciudades están fortificadas y son muy grandes, hemos visto gigantes. Habitan Amalec, los Hiteos, Yevuseos, Emoreos y Cananeos.

El Pueblo de Israel comenzó a murmurar contra Moisés, pero Kalev, lleno de confianza en A’ y en forma resuelta, exhortó a los Israelitas: ¡Subamos y tomemos posesión, porque ciertamente prevaleceremos sobre ella! Pero los exploradores, en forma derrotista, se opusieron diciendo: ¡no podremos contra aquél pueblo, porque es más fuerte que nosotros…la tierra es tierra que consume a sus moradores; todo el pueblo que vimos es de gran estatura (gigantes), gente fuerte, comparando nuestro tamaño con ellos “éramos como langostas”.

Ante esa depresiva información, el pueblo lloró toda la noche del nueve del mes de Av y se quejó contra Moisés y Aarón y dijeron: ¡Ojalá y hubiéramos muerto en la tierra de Egipto o hubiéramos muerto en el desierto!, agregando: ¿Por qué razón el Eterno nos trae a esta tierra para que caigamos a espada, y para que nuestras mujeres y nuestros hijos vengan a ser una presa? (esclavos). ¡Es mejor para nosotros volver a Egipto! (por falta de confianza en A’, carecer anhelo y amor por Eretz Israel, vencidos por el temor y miedo a los gigantes, incapaces de tomar las fortificadas ciudades y miedo a la libertad).

Josué y Kalev, que formaron parte del grupo de exploradores, en señal de luto y dolor rasgaron sus vestidos, pero al mismo tiempo, trataron de neutralizar el anterior y depresivo informe diciendo: La tierra por donde hemos pasado para explorarla, es una gran tierra. ¡El Eterno nos llevará a Ella y nos la Dará!. ¡Es tierra que mana leche y miel!. ¡No os rebeléis contra el Eterno, ni temáis a los pueblos que habitan la Tierra, son pan para nosotros!. ¡No tienen amparo!,¡EL ETERNO ESTÁ CON NOSOTROS!,¡No los temáis!.

Entonces, la llorosa población israelita pensó en apedrearlos.

El Eterno dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?

¿Hasta cuándo no creerán en Mí, a pesar de todas las señales que hice en medio de él? (Se refería entre otras cosas a la apertura del Mar Rojo para que Israel pasara para huir de Egipto, en tanto que a sus perseguidores, el faraón y su ejército los ahogó. A’ demostró estar en medio del Pueblo de Israel y durante el día su nube lo cubrió y durante la noche en forma de columna de fuego lo iluminó).

El Eterno explicó lo que haría con los gigantes: “Yo los heriré con mortandad y los aniquilaré y haré de ti, Israel, una nación más grande y más fuerte que ellos”.

Vosotros, esta noche del nueve de Av., lloráis sin motivo. YO MARCARÉ ESTA FECHA COMO NOCHE DE LLANTO Y CON MOTIVO, PARA VUESTRAS GENERACIONES (Taanit 29).

Al pasar algunos siglos, el 9 de Av, en el año 586, antes de la era actual, el rey Nabucodonosor destruyó el Templo que construyó en Jerusalén el Rey Salomón y el Pueblo Judío en masa fue conducido al exilio (Galut) a Babilonia. Pero el Rey Ciro de Persia, al conquistar Babilonia, liberó a Israel y retornó a Jerusalén y reconstruyó el Templo.

El imperio Romano, el 9 de Av del año 70 de la era actual, destruyó el Segundo Templo, y condujo esclavizado al Pueblo de Israel a Roma, apoderándose de la Menorá o Candelabro de Siete Brazos y de todos los utensilios del culto, los cuales “desaparecieron” posiblemente ocultos en el Vaticano.

Séneca aconsejó al Emperador de Roma expulsar a los judíos porque éstos tenían sus propias leyes, como la costumbre de no trabajar el séptimo día de cada semana, poniendo mal ejemplo a los esclavos, por ello eran peligrosos por sus ideas libertarias y se decretó su expulsión, por lo que fueron conducidos a España y a diversos países de Europa, en donde se inició la vida del “judío errante”. En Europa Oriental fueron brutalmente perseguidos, asesinados y discriminados.

En Francia, Napoleón Bonaparte,trató de frenar estos tratos discriminatorios.

Pero el Papa Sixto IV emitió una bula que estableció la inquisición en España, el 1 de noviembre de 1478, y se preparó el ambiente para decretar la expulsión de los judíos, que desde la época de Nabucodonosor residían en Sefarad (nombre en idioma hebreo dado a España), contingente engrosado con los expulsados de Roma y mil años después de haber sido deportados de la Roma Imperial, el Papa exigió a los reyes de España, Isabel de Castilla y al judío Fernando de Aragón, que expulsasen a los judíos de España y así se decretó en 1492, forzándolos a bautizarse (Anusim) si deseaban permanecer en el país ibérico y dieron un plazo para salir, a los que prefirieron continuar en su fue judía y al expirar el tiempo señalado fue el 9 de Av.

Por ello Cristóbal Colón, que tenía señalado zarpar el 9 de Av, retardó un día el inicio de su histórico viaje financiado por los judíos sefaraditas, el cual culminó en América. Entre los tripulantes se encontraron judíos, como Luis de Torres, que hablaba hebreo y arameo y fue el Primer Gobernante Español en la Isla Española (hoy Dominicana).

A partir de entonces, más y más judíos llegaron a Puerto Rico, Cuba y la Dominicana. Así se inició en América la triste vida de los Anusim (forzados), que pronto fueron detectados por la inquisición, la cual desde Puerto Rico dirigía su cacería. Algunos de los judíos buscados como Hernando Alonso Herrero, Santiago de Carbajal, Alonso de Avila y otros se inscribieron como soldados de Hernán Cortes, los cuales llegaron a México Tenochtitlan en 1519.

Estos Anusim (marranos para los españoles por aparentar que eran cristianos cuando en realidad, en secreto, siguieron practicando el judaísmo), se vieron perseguidos por los sacerdotes dominicos que eran inquisidores, por ello, dos meses después del 13 de agosto de 1521, fecha en que se inició en México-Tenochtitlan el virreinato español, fue enjuiciado y condenado el judío Antonio Sañer, iniciándose una larga lista de judíos quemados vivos por practicar su religión.

El primer Rabino fue Antonio Machado, que estableció su Sinagoga en el Siglo XVI, cerca de la Ermita de San Sebastián (hoy Jardín de “Torres Quintero”, en el extremo norte de la calle de “Jesús María”, cerca de Tepito. Para ocultarse como Rabino, Machado acudía a primera hora de la madrugada a misa y fue miembro de diversas cofradías católicas, como la del “Santísimo Sacramento”.

Al morir en 1590, su cuerpo fue lavado conforme al rito judío por su hija Isabel y fue sepultado en la iglesia de San Agustín. Pero ya fallecido, Catalina Urbina lo denunció ante la inquisición y sus huesos fueron quemados el 25 de marzo de 1601, y al mismo tiempo fueron capturados más de cien judíos que acudían a la Sinagoga, enjuiciados y conducidos al “quemadero de judíos”, establecido en el costado norte de la Alameda (hoy calle de “Hidalgo” esquina con Paseo de la Reforma).

En estos quemaderos, como el que funcionó en el Zócalo, el sacrificio de judíos duró más de 200 años.

Así “vivieron” los Anusim en la Nueva España, algunos ocultos en cuevas, otros ocultos en zonas llenas de agua entre Guanajuato, Michoacán y Jalisco y otros en las Sierras del Estado de Guerrero como Taxco o en Cocula (cerca de Iguala), cuyos sobrevivientes lograron hacer aliá y hoy viven en Israel).

Hubo Anusim que escalaron cargos en la iglesia católica, como el Doctor Juan de Machado, abogado de la Real Audiencia de México. De los judíos de Michoacán emergió en 1810 un batallón que enarboló el Maguén David y se unió a la rebelión iniciada por Miguel Hidalgo el 15 de septiembre de 1810, siendo expulsada España y con ello murió la inquisición. En el Museo del Castillo de Chapultepec se encuentra la bandera judía bajo el nombre de “Doliente de Hidalgo”. Los Anusim hemos construido una Nación Independiente en donde hay libertad religiosa. Cuando Francia, Alemania y Bélgica invadieron México en 1862 para imponer como emperador a Maximiliano de Habsburgo, el Sefaradita Mariano Escobedo combatió a los invasores y fusiló a Maximiliano.

Hacia 1880 Baruch Bonifacio Laureano Moyar creó el Kahal Kadosh Benei Elohim, pero fue necesario seguir ocultando la identidad.

Por otro lado, la Roma Imperial, a partir del emperador Constantino, transfirió sus poderes a la iglesia cristiana que el propio Constantino y Osio fundaron en Nisea en el año 325 y ésta mantuvo vigente la prohibición del imperio para que los judíos no retornaran a Tierra Santa.

Por ello algunos rabinos se vieron obligados a aceptar:

1.-Los judíos prometen no retornar a Israel (hacer aliá).

2.-Los judíos prometen no rebelarse ante la opresión.

3.- Los pueblos cristianos se comprometen a no hacer sufrir demasiado a los judíos.

Estos compromisos esclavistas o de servidumbre duraron varios siglos. Estas fueron las leyes que obligaron al Galut (exilio).

Hasta que la Ilustración del Siglo XVIII hizo reflexionar: Los cristianos no han cumplido su compromiso de no hacernos sufrir.

Los judíos conservadores se aferraron al compromiso, porque el castigo del exilio (Galut) es divino y los “goim” son los ejecutores de ese castigo.

Los laicos comenzaron a pensar en la lucha por la Redención (Gueulá), pero los extremamente conservadores (Jaredim) se opusieron, ya que el Eterno liberará a los judíos mediante el Mesías.

Estas tendencias precedieron al nacimiento del Sionismo que en 1897 convocó a su Primer Congreso en Basilea, Suiza.

Cincuenta años después en 1948 fue creado el Estado de Israel. La Unión Soviética, en aquellos días, calificó al Sionismo como el Movimiento de Liberación Nacional del Judaísmo.

Pero los Anusim permanecen en la oscuridad pues los sectores conservadores judíos los discriminan.

En Argentina, Chile, Perú, Brasil, Venezuela, México, incluso en Islas del Mediteráneo, los Anusim esperan la Gueulá